ALMIRANTE BROWN, Agosto 10, (PUNTO CERO-Inforegión) El Presidente del Concejo Deliberante efectivizó su renuncia a la bancada oficialista seguido por el histórico dirigente de San José, Delfino Meza, en el primer síntoma evidente del estado de descomposición de las filas que acaudilla el diputado nacional Jorge Villaverde. El veto del Departamento Ejecutivo a la instalación de un comercio de expendio de GNC en zona residencial terminó por ser el detonante de una presión largamente acumulada.
El presidente del Concejo Deliberante de Almirante Brown, Joaquín González, oficializó su renuncia formal al bloque de concejales del Partido Justicialista en el contexto de la crisis institucional que venía atravesando ese Cuerpo desde la nueva elección de sus autoridades en el pasado mes de diciembre y como parte de los conflictos políticos que derivaron en una parálisis administrativa de su gestión.
González abandonó la bancada oficialista junto al histórico dirigente de San José, Delfino Meza, en medio de profundas discrepancias con la conducción que ejerce allí Alejandro Torres quien, como parte de la disputa que tuvo lugar en el propio despacho de la Presidencia del Concejo, también amagó con renunciar a su cargo.
La dimisión al bloque de ambos ediles no hace más que confirmar la compleja situación de un bloque que deberá refrendar en las elecciones presidenciales del año próximo 10 de las 13 bancas que actualmente lo componen y en un contexto de crisis interna de esa corriente desatada por ese horizonte adverso, en el que nadie estima que la selección de los que aspiren a continuar se produzca por efectos naturales.
Según pudo saber InfoRegión, González y Meza ya se encuentra tramitando el armado de su propia bancada desde donde procurarán defender la Presidencia del Cuerpo hasta la finalización de su mandato, estipulado para el mes de diciembre.
El ahora concejal disidente, también conocido por su apodo de Landuchi, había hecho trascender en reiteradas ocasiones su intención de abandonar el bloque oficialista e incluso había advertido que aguardaría a la finalización del Mundial de Fútbol para que la novedad no pasase desapercibida frente al presunto clima festivo que rodeaba el desempeño del combinado nacional.
Con esa expectativa resultó frustrada, González realizó un replanteo: dejar correr el receso del Cuerpo para avanzar con su objetivo inicial, que no descartó de plano la posibilidad de una recomposición con los principales actores con que venía manteniendo enfrentamientos: Torres y a través suyo, el intendente Manuel Rodríguez y el propio Villaverde.
El panorama terminó de definirse, según indicaron fuentes confiables a este medio. Durante el primer día de actividad oficial del Cuerpo y con la sesión ordinaria de mañana por delante, González ingresó dispuesto a formalizar su renuncia tras resultar sorprendido por el anuncio del jefe comunal a la prensa barrial a quien reveló que el pasado viernes por la noche había vetado la medida de excepción votada por el oficialismo para instalar una estación de servicio dedicada al expendio de GNC en una zona residencial de la ciudad de Adrogué.
Esto, añadido a la virtual desaparición de las trabas administrativas que hasta aquí le había presentado Torres para la designación de un asesor para cada uno de los 24 ediles derivó en una trifulca en la que el propio titular de la bancada justicialista habría tenido a mano su propia dimisión al cargo, tras caer en la cuenta del costo político pagado con la decisión tomada por el Intendente y que lo descolocaba de su preciada meta de convertirse en sucesor de González como máxima autoridad de Concejo.
El fuego cruzado, verbal y político, habría dejado en medio de la línea de tiro a Ernesto “Chiquito” Martínez, el otro justicialista que junto a Torres motorizó la medida de excepción para habilitar el comercio que, como se esforzaban en subrayar, habría sido en respuesta a un pedido del más alto nivel político.
Hasta donde pudo saber InfoRegión, el kirchnerismo adoptaría una actitud cauta y dejaría que sea el propio justicialismo y sus aliados del bloque “K” quienes salden con González y Meza las diferencias que derivaron en sus sendas renuncias a esa bancada. Con todo, la propia volubilidad de esa corriente invita a abrir un margen de dudas sobre su comportamiento en el futuro. Por supuesto, las cuentas giran en torno a la posibilidad que esta jugada termine por decidir la remoción de González de la presidencia del Concejo. Operadores de Landuchi hacían trascender que habían especulado con ese escenario antes de adoptar su flamante postura. En una hipótesis de máxima, imaginan como improbable un acuerdo con la oposición que implique una apertura hacia una negociación política que abra hendijas hacia el corazón de la gestión municipal, el secreto mejor guardado durante los últimos 17 años. Desde el otro extremo, no descartan que el justicialismo y sus aliados promuevan la destitución en soledad.
En esa alternativa, se sienten en condiciones de lograr que algunos ediles del justicialismo no ocupen sus butacas a la hora de votar y así arrastrarlo hacia un empate técnico con la oposición rechazando la propuesta del oficialismo.
En cualquiera de esos casos y aún en otros posibles, el oficialismo enfrenta por primera vez en años un desafío a su poder institucional monolítico. (PUNTO CERO-Inforegión).
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