LUJAN, Abril 14, (PUNTO CERO-El Civismo) Los obispos que esta semana deliberaron en Pilar, el miércoles se trasladaron a la Basílica para brindar un mensaje vinculado al conflicto entre el campo y el gobierno.
El arzobispo Radrizzani habló de “genuino” y aclaró que “sentarse a dialogar no es reunirse para prevalecer o imponer”. También se pidió que “no falte el pan a la gente”.
Justo cuando se conocía la invitación del gobierno nacional para un diálogo, cara a cara, con los dirigentes de las cuatro entidades del agro que mantuvieron un paro de más de 20 días, la expectativa periodística estaba posada sobre Luján. Concretamente sobre lo que se diría en la misa del miércoles a las 19, en la Basílica, presidida por el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina.
El religioso, se sabía de antemano, estuvo secundado por decenas de obispos que participaron esta semana de un plenario del Episcopado, en Pilar. Y del cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
También se sabía, aunque sin precisiones, que la Iglesia aportaría su mensaje para bregar por un diálogo entre el campo y el gobierno, para evitar los extremos de una confrontación que llegó al desabastecimiento de productos alimenticios básicos.
La intención de la ceremonia quedó establecida desde la lectura del Evangelio: “Cuando se reúnen, lo que menos hacen es comer la cena del Señor porque apenas se sientan a la mesa, cada uno se apresura a comer su propia comida. Y mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio. ¿Acaso no tienen sus casas para comer y beber? ¿O tan poco aprecio tienen a la Iglesia de Dios y quieren hacer pasar vergüenza a los que no tienen nada? En esto no puedo alabarlos”, señalaba la lectura.
Desde las primeras filas de bancos escucharon el mensaje los presidentes de Coninagro, Hernán Gioino; Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas; Guillermo Andelique, de la Asociación Rural de Productores Agropecuarios del Este (ARPAE) y el presidente del Concejo Deliberante de Luján, Hernán Mosca. También estaba, nadie sabe en apoyo a quién, “El Tula”, el bombo del menemismo (esta vez sin bombo).
Conocedor del interés que se depositaba en sus palabras, Radrizzani optó por una homilía que trajo escrita. En ella expresó:
- Vinimos en peregrinación a la casa de Nuestra Madre, nuestra casa. Vinimos a este querido Santuario de Luján porque tenemos hambre y sed. Hambre y sed de justicia, de verdad, de convivencia fraterna, de paz.
- En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice ‘El que viene a mí, jamás tendrá hambre. El que cree en mí, jamás tendrá sed’. Por eso estamos aquí en humilde oración y representando a nuestro querido pueblo. Porque en Jesús podemos saciar nuestra hambre y nuestra sed.
- Voy a dirigir mis palabras a la Santísima Virgen, como una manifestación de confianza en ella, para que venga en nuestra ayuda.
- Venimos hoy a tu casa para pedirte por nuestro pueblo. Especialmente por los más pobres, por los débiles y por los sufrientes. Tu hijo Jesús prometió que estaría siempre que nos reunamos en su nombre. Y aquí estamos tus hijos de Argentina, con una total confianza en su presencia te pedimos por nuestra Patria.
- Atento a todo, te pedimos que nos ayudes a saber valorar y construir amistad social. Enséñanos a amarnos como hermanos, a desterrar enfrentamientos, desencuentros, agresiones y resentimientos. Y que sepamos promover siempre la justicia para todos.
- Tenemos que encontrar la manera, venciendo el egoísmo, de superar toda inequidad. Que no suceda entre nosotros lo que sucedió en la comunidad de Corinto, que unos tienen demasiado y otros pasan hambre. Sino que todos puedan sentarse a la mesa de la creación, nadie se vea excluido y todos puedan llevar una vida digna.
- Además, Madre, queremos pedirte que aprendamos a favorecer y cultivar la disposición al diálogo genuino en la verdad y el respeto entre las personas y los distintos sectores como camino indispensable en la búsqueda del bien común.
- Que cultivemos en nuestro espíritu la convicción de que sentarse a dialogar no es reunirse para prevalecer o imponer, o convencer al otro, sino que el diálogo es fecundo cuando cada uno se pone en el lugar del otro y llegan a un acuerdo, a un punto común, aunque no se logre todo lo que cada uno quiere, pero todos salen enriquecidos por haber buscado, con sinceridad y desprendimiento, la verdad.
- Finalmente queremos pedirte Madre que nos ayudes a defender los derechos de cada provincia y de cada pueblo del interior, que seamos uno en la diversidad. Que logremos afianzar las instituciones democráticas de la República, según nuestra Constitución. Esta es nuestra Carta Magna como argentinos y es la mejor garantía para que todos se vean respetados e incluidos en nuestro querido suelo patrio.
- Anhelamos un proyecto de nación en el que cada argentino se sienta valorado y respetado en su dignidad, y nuestra comunidad nacional goce de una auténtica y pacífica convivencia donde logremos superar toda mezquindad y con corazón magnánimo, veamos siempre en el otro a un hermano.
- A ti, como buena Madre que eres, te pedimos que nos hagas buenos unos con otros y nos queramos de verdad. Dile a tu Hijo Jesús que tenemos hambre y sed por eso hemos venido aquí en nombre de todos.
- Y pídele a Él que nos dé las gracias que necesitamos para que estas intenciones por las cuales hoy hemos peregrinado, se hagan realidad.
El arzobispo Radrizzani habló de “genuino” y aclaró que “sentarse a dialogar no es reunirse para prevalecer o imponer”. También se pidió que “no falte el pan a la gente”.
Justo cuando se conocía la invitación del gobierno nacional para un diálogo, cara a cara, con los dirigentes de las cuatro entidades del agro que mantuvieron un paro de más de 20 días, la expectativa periodística estaba posada sobre Luján. Concretamente sobre lo que se diría en la misa del miércoles a las 19, en la Basílica, presidida por el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina.
El religioso, se sabía de antemano, estuvo secundado por decenas de obispos que participaron esta semana de un plenario del Episcopado, en Pilar. Y del cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
También se sabía, aunque sin precisiones, que la Iglesia aportaría su mensaje para bregar por un diálogo entre el campo y el gobierno, para evitar los extremos de una confrontación que llegó al desabastecimiento de productos alimenticios básicos.
La intención de la ceremonia quedó establecida desde la lectura del Evangelio: “Cuando se reúnen, lo que menos hacen es comer la cena del Señor porque apenas se sientan a la mesa, cada uno se apresura a comer su propia comida. Y mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio. ¿Acaso no tienen sus casas para comer y beber? ¿O tan poco aprecio tienen a la Iglesia de Dios y quieren hacer pasar vergüenza a los que no tienen nada? En esto no puedo alabarlos”, señalaba la lectura.
Desde las primeras filas de bancos escucharon el mensaje los presidentes de Coninagro, Hernán Gioino; Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas; Guillermo Andelique, de la Asociación Rural de Productores Agropecuarios del Este (ARPAE) y el presidente del Concejo Deliberante de Luján, Hernán Mosca. También estaba, nadie sabe en apoyo a quién, “El Tula”, el bombo del menemismo (esta vez sin bombo).
Conocedor del interés que se depositaba en sus palabras, Radrizzani optó por una homilía que trajo escrita. En ella expresó:
- Vinimos en peregrinación a la casa de Nuestra Madre, nuestra casa. Vinimos a este querido Santuario de Luján porque tenemos hambre y sed. Hambre y sed de justicia, de verdad, de convivencia fraterna, de paz.
- En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice ‘El que viene a mí, jamás tendrá hambre. El que cree en mí, jamás tendrá sed’. Por eso estamos aquí en humilde oración y representando a nuestro querido pueblo. Porque en Jesús podemos saciar nuestra hambre y nuestra sed.
- Voy a dirigir mis palabras a la Santísima Virgen, como una manifestación de confianza en ella, para que venga en nuestra ayuda.
- Venimos hoy a tu casa para pedirte por nuestro pueblo. Especialmente por los más pobres, por los débiles y por los sufrientes. Tu hijo Jesús prometió que estaría siempre que nos reunamos en su nombre. Y aquí estamos tus hijos de Argentina, con una total confianza en su presencia te pedimos por nuestra Patria.
- Atento a todo, te pedimos que nos ayudes a saber valorar y construir amistad social. Enséñanos a amarnos como hermanos, a desterrar enfrentamientos, desencuentros, agresiones y resentimientos. Y que sepamos promover siempre la justicia para todos.
- Tenemos que encontrar la manera, venciendo el egoísmo, de superar toda inequidad. Que no suceda entre nosotros lo que sucedió en la comunidad de Corinto, que unos tienen demasiado y otros pasan hambre. Sino que todos puedan sentarse a la mesa de la creación, nadie se vea excluido y todos puedan llevar una vida digna.
- Además, Madre, queremos pedirte que aprendamos a favorecer y cultivar la disposición al diálogo genuino en la verdad y el respeto entre las personas y los distintos sectores como camino indispensable en la búsqueda del bien común.
- Que cultivemos en nuestro espíritu la convicción de que sentarse a dialogar no es reunirse para prevalecer o imponer, o convencer al otro, sino que el diálogo es fecundo cuando cada uno se pone en el lugar del otro y llegan a un acuerdo, a un punto común, aunque no se logre todo lo que cada uno quiere, pero todos salen enriquecidos por haber buscado, con sinceridad y desprendimiento, la verdad.
- Finalmente queremos pedirte Madre que nos ayudes a defender los derechos de cada provincia y de cada pueblo del interior, que seamos uno en la diversidad. Que logremos afianzar las instituciones democráticas de la República, según nuestra Constitución. Esta es nuestra Carta Magna como argentinos y es la mejor garantía para que todos se vean respetados e incluidos en nuestro querido suelo patrio.
- Anhelamos un proyecto de nación en el que cada argentino se sienta valorado y respetado en su dignidad, y nuestra comunidad nacional goce de una auténtica y pacífica convivencia donde logremos superar toda mezquindad y con corazón magnánimo, veamos siempre en el otro a un hermano.
- A ti, como buena Madre que eres, te pedimos que nos hagas buenos unos con otros y nos queramos de verdad. Dile a tu Hijo Jesús que tenemos hambre y sed por eso hemos venido aquí en nombre de todos.
- Y pídele a Él que nos dé las gracias que necesitamos para que estas intenciones por las cuales hoy hemos peregrinado, se hagan realidad.
“POLÍTICA A LARGO PLAZO”
Los obispos se retiraban lentamente del templo y las cámaras de los canales de televisión ya encendían sus reflectores para conseguir, en vivo, la reflexión del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, quien llegó a Luján para escuchar los últimos minutos de la misa. Un seminarista, explicando que “estamos en un lugar de oración”, apenas consiguió que los medios se corrieran dos metros y se iniciara una verdadera descarga de preguntas hacia Miguens.
En un ida y vuelta en el que prácticamente no se le permitió al dirigente terminar una respuesta completa, las principales expresiones de Miguens fueron las siguientes:
- Queríamos venir porque estamos de acuerdo en todo lo que se haga como intención en pos de la paz, el diálogo y el país. Todo lo que se haga para apoyar, más si es con una misa en Luján, debemos rescatarlo. A nadie le gusta la confrontación, pero creemos que nuestros reclamos son justos.
- Por supuesto que en la Argentina no tiene que faltarle el pan a la gente. Ni el pan, ni la leche, ni la carne. Por eso repetimos que retenciones en los productos básicos tenemos hace tiempo. Lo que pasa es que a veces, en el caso de la soja que casi no se consume en el país, nos parece un ajuste excesivo y justo antes de la cosecha.
- Me alegro que se haya comprendido que no somos ni especuladores, ni buscamos privilegios ni tenemos un fin político, ni golpistas ni nada de eso.
- Llegaron animales a Liniers y ahora notarán que los productores no son los formadores de precios. Por eso pedimos que nadie especule con estas situaciones no deseadas. No sé si hay especulación, pero el abastecimiento se normalizó y basta mirar los precios de Liniers y compararlos en las carnicerías. Con la leche y los pollos pasa lo mismo.
- Estos últimos 20 días hubo medidas de los productores manifestados que fueron duras y sabemos que no es bueno llegar a esto. No nos gusta. Pero el campo tuvo la necesidad de expresar un reclamo que creemos justo, razonable. El campo quiere seguir produciendo.
- Poder seguir con la producción es lo principal. Y el sector necesita señales de mediano y largo plazo para aumentar la oferta y abastecer tanto al mercado interno como el externo.
- A nuestra actividad se la suele tratar de golpista, remontándose a 30 o 40 años porque hayamos estado de acuerdo con algún gobierno militar. Creo que hoy hay que mirar para adelante. Argentina tiene una posibilidad enorme con la demanda de nuestros alimentos desde China, India y también por el consumo interno. Pero políticas erradas de años anteriores hacen que el stock de nuestra hacienda haya disminuido.
- Nosotros queremos dialogar sobre una propuesta muy completa. No podemos pensar que en un día vamos a resolver una larga agenda que tenemos para la producción, pero vamos con las entidades y los técnicos para fijar prioridades.
- El detonante del conflicto fueron las retenciones móviles. Estamos buscando, si se puede, una posición superadora en este tema. No sé si retirarlas, pero sí mejorarlas por las incidencias de los mercados a futuro. Hay que hablar también de temas de ganadería. Sabrán los problemas que hubo con la carne.
Los obispos se retiraban lentamente del templo y las cámaras de los canales de televisión ya encendían sus reflectores para conseguir, en vivo, la reflexión del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, quien llegó a Luján para escuchar los últimos minutos de la misa. Un seminarista, explicando que “estamos en un lugar de oración”, apenas consiguió que los medios se corrieran dos metros y se iniciara una verdadera descarga de preguntas hacia Miguens.
En un ida y vuelta en el que prácticamente no se le permitió al dirigente terminar una respuesta completa, las principales expresiones de Miguens fueron las siguientes:
- Queríamos venir porque estamos de acuerdo en todo lo que se haga como intención en pos de la paz, el diálogo y el país. Todo lo que se haga para apoyar, más si es con una misa en Luján, debemos rescatarlo. A nadie le gusta la confrontación, pero creemos que nuestros reclamos son justos.
- Por supuesto que en la Argentina no tiene que faltarle el pan a la gente. Ni el pan, ni la leche, ni la carne. Por eso repetimos que retenciones en los productos básicos tenemos hace tiempo. Lo que pasa es que a veces, en el caso de la soja que casi no se consume en el país, nos parece un ajuste excesivo y justo antes de la cosecha.
- Me alegro que se haya comprendido que no somos ni especuladores, ni buscamos privilegios ni tenemos un fin político, ni golpistas ni nada de eso.
- Llegaron animales a Liniers y ahora notarán que los productores no son los formadores de precios. Por eso pedimos que nadie especule con estas situaciones no deseadas. No sé si hay especulación, pero el abastecimiento se normalizó y basta mirar los precios de Liniers y compararlos en las carnicerías. Con la leche y los pollos pasa lo mismo.
- Estos últimos 20 días hubo medidas de los productores manifestados que fueron duras y sabemos que no es bueno llegar a esto. No nos gusta. Pero el campo tuvo la necesidad de expresar un reclamo que creemos justo, razonable. El campo quiere seguir produciendo.
- Poder seguir con la producción es lo principal. Y el sector necesita señales de mediano y largo plazo para aumentar la oferta y abastecer tanto al mercado interno como el externo.
- A nuestra actividad se la suele tratar de golpista, remontándose a 30 o 40 años porque hayamos estado de acuerdo con algún gobierno militar. Creo que hoy hay que mirar para adelante. Argentina tiene una posibilidad enorme con la demanda de nuestros alimentos desde China, India y también por el consumo interno. Pero políticas erradas de años anteriores hacen que el stock de nuestra hacienda haya disminuido.
- Nosotros queremos dialogar sobre una propuesta muy completa. No podemos pensar que en un día vamos a resolver una larga agenda que tenemos para la producción, pero vamos con las entidades y los técnicos para fijar prioridades.
- El detonante del conflicto fueron las retenciones móviles. Estamos buscando, si se puede, una posición superadora en este tema. No sé si retirarlas, pero sí mejorarlas por las incidencias de los mercados a futuro. Hay que hablar también de temas de ganadería. Sabrán los problemas que hubo con la carne.
- Los días previos al llamado al diálogo, todas las entidades los utilizamos para discutir y definir las mejores propuestas. Creo que el gobierno también habrá utilizado el tiempo para lo mismo. (PUNTO CERO-El Civismo).
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