A pocas semanas del recambio de autoridades en la UCR, el alfonsinismo aseguró públicamente que buscará un candidato de consenso. "Tenemos mayoría de los delegados, pero no creemos que sea el momento de aplicarla, sino de construir consensos con el resto del partido", explicó Miguel Bazze.
Con una autocrítica muy modesta, una aval a la reforma del partido y un guiño a sus enemigos internos, ayer el alfonsinismo se reunió por primera vez desde las elecciones presidenciales, según publicó el diario La Nación.
Unos 50 dirigentes del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) debatieron durante casi cinco horas en la sede de la Asociación de Personal Legislativo (a puertas cerradas y sin periodistas) el futuro de la corriente que comandan Ricardo Alfonsín, Gerardo Morales, Angel Rozas y Ricardo Gil Lavedra, entre otros.
En un clima muy poco festivo, Alfonsín explicó con lujo de detalles por qué se frustró su alianza con el socialista Hermes Binner (algo que muchos le reprochan) y los motivos de su acercamiento a Francisco de Narváez: aseguró que tenía el aval de Binner para acercarse al empresario, pero dijo que el socialista cambió sobre la marcha y puso eso como excusa para alejarse de los radicales.
"Los resultados no fueron los esperados, pero no lo tomamos como una catástrofe. Para diputados sacamos 2.750.000 votos, los mismos que Binner, sólo que él los juntó en media docena de distritos, y nosotros, en los 24", comparó a La Nacion Rozas, vocero del encuentro.
Con la mirada puesta en la mitad del vaso lleno, los alfonsinistas admitieron sus errores en la campaña, pero consideraron que no fueron lo único que incidió en el resultado final, y elogiaron "el esfuerzo titánico" de su fórmula presidencial.
Criticados por un grupo de intendentes radicales que buscan sacarles poder en el partido, el Morena aceptó negociar con ellos quién será el próximo titular de la UCR. "Tenemos mayoría [de delegados al comité nacional], pero no creemos que sea el momento de aplicarla, sino de construir consensos con el resto del partido", explicó el diputado electo Miguel Bazze.
A contramano de estas declaraciones, tanto Bazze como Rozas ayer objetaron a Mario Barletta (el único candidato que hasta ahora sumaba consensos para presidir la UCR) porque no es delegado del partido, un requisito legal para ser nombrado titular del radicalismo.
"Tengo las mejores referencias de él, pero ofrecerle un cargo sabiendo de antemano que no puede ser, es una jugada macabra", disparó Rozas sobre la propuesta que Barletta recibió de todo el arco no alfonsinista.
También les habló a los intendentes que se reunirán mañana en Córdoba, liderados por el cordobés Ramón Mestre y el mendocino Víctor Fayad. "No se puede armar un partido sólo con los que ganaron. Yo fui dos veces gobernador, pero a veces se pierde. Y de nuestro lado también hay gente que tiene votos", marcó Rozas.
El Morena también decidió ayer presentar en la convención radical (dentro de dos semanas) su proyecto de reforma del partido, que propone elegir presidente por voto directo e introduce el cupo joven. (La Política OnLine).
Con una autocrítica muy modesta, una aval a la reforma del partido y un guiño a sus enemigos internos, ayer el alfonsinismo se reunió por primera vez desde las elecciones presidenciales, según publicó el diario La Nación.
Unos 50 dirigentes del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) debatieron durante casi cinco horas en la sede de la Asociación de Personal Legislativo (a puertas cerradas y sin periodistas) el futuro de la corriente que comandan Ricardo Alfonsín, Gerardo Morales, Angel Rozas y Ricardo Gil Lavedra, entre otros.
En un clima muy poco festivo, Alfonsín explicó con lujo de detalles por qué se frustró su alianza con el socialista Hermes Binner (algo que muchos le reprochan) y los motivos de su acercamiento a Francisco de Narváez: aseguró que tenía el aval de Binner para acercarse al empresario, pero dijo que el socialista cambió sobre la marcha y puso eso como excusa para alejarse de los radicales.
"Los resultados no fueron los esperados, pero no lo tomamos como una catástrofe. Para diputados sacamos 2.750.000 votos, los mismos que Binner, sólo que él los juntó en media docena de distritos, y nosotros, en los 24", comparó a La Nacion Rozas, vocero del encuentro.
Con la mirada puesta en la mitad del vaso lleno, los alfonsinistas admitieron sus errores en la campaña, pero consideraron que no fueron lo único que incidió en el resultado final, y elogiaron "el esfuerzo titánico" de su fórmula presidencial.
Criticados por un grupo de intendentes radicales que buscan sacarles poder en el partido, el Morena aceptó negociar con ellos quién será el próximo titular de la UCR. "Tenemos mayoría [de delegados al comité nacional], pero no creemos que sea el momento de aplicarla, sino de construir consensos con el resto del partido", explicó el diputado electo Miguel Bazze.
A contramano de estas declaraciones, tanto Bazze como Rozas ayer objetaron a Mario Barletta (el único candidato que hasta ahora sumaba consensos para presidir la UCR) porque no es delegado del partido, un requisito legal para ser nombrado titular del radicalismo.
"Tengo las mejores referencias de él, pero ofrecerle un cargo sabiendo de antemano que no puede ser, es una jugada macabra", disparó Rozas sobre la propuesta que Barletta recibió de todo el arco no alfonsinista.
También les habló a los intendentes que se reunirán mañana en Córdoba, liderados por el cordobés Ramón Mestre y el mendocino Víctor Fayad. "No se puede armar un partido sólo con los que ganaron. Yo fui dos veces gobernador, pero a veces se pierde. Y de nuestro lado también hay gente que tiene votos", marcó Rozas.
El Morena también decidió ayer presentar en la convención radical (dentro de dos semanas) su proyecto de reforma del partido, que propone elegir presidente por voto directo e introduce el cupo joven. (La Política OnLine).
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