La directora de Educación bonaerense y hermana del productor de 6,7 y 8 se muestra nerviosa, a sólo un mes de enfrentar la primera negociación paritaria con los gremios docentes, que reclaman un aumento del 25%. Por eso busca auxilio en especialistas del gobierno porteño, como Gerardo Marchesini.
Perturbada por la inminente negociación salarial con los gremios docentes, que podría hacer peligrar el inicio del ciclo lectivo, Silvia Gvirtz, directora de Educación de la provincia de Buenos Aires y hermana del productor de 6, 7 y 8, requirió la asistencia de varios especialistas del gobierno porteño.
Uno de esos es Gerardo Marchesini, reciente en educación técnica de Mauricio Macri y ahora en el staff de Gvirtz, la única funcionaria del Gabinete bonaerense de línea directa con Nación.
Según confirmaron a LPO fuentes de la propia dirección de Escuelas, la ex gerenta del Programa Conectar Igualdad se muestra alterada y nerviosa, actitud que contrasta a la pasividad que, aún en los momentos más difíciles, exhibía su antecesor Mario Oporto. Poco le importó que, como dijo en una entrevista a 360 TV antes de fin de año, la Ciudad tenga el modelo "de castigar al docente".
“Se la nota desbordada y sin ningún conocimiento de la cartera más grande de la provincia. Y sabe que Scioli la pondrá al frente de las paritarias como estaba Oporto”, reflexionan en Educación.
Oporto lidera las negociaciones salariales desde 2002, con una breve interrupción entre 2005 y 2007 cuando fue jefe de Gabinete del gobierno de Felipe Solá.
En su ausencia, Adriana Piugross, ahora diputada nacional, no la pasó bien y requirió la asistencia del entonces Ministro de Trabajo, Roberto Mouillerón.
Piugross también tuvo una relación difícil con los empleados de Educación, una buena parte nombrados durante la gobierno de Eduardo Duhalde.
Hace tres años la delegación de UPCN de la cartera protagonizó una dura disputa con el titular del gremio, Carlos Quintana, que terminó con denuncias de enfrentamientos armados. Oporto habría sido uno de los padrinos de los rebeldes.
Ajena a esa historia, en un mes Gvirtz podrá ocupar la agenda informativa nacional no por obra de su hermano Diego, sino por el riesgo de que no comience el ciclo lectivo en la provincia más numerosa.
Los sindicalistas comenzaron a sondearla. “A la paritaria llegaremos desfasados por la negativa del Gobierno a reabrir la discusión a mediados del año pasado”, se quejó Mirta Petrocini, de la Feb.
Roberto Baradel, de Suteba, ligado a la CTA oficialista de Hugo Yasky, se apartó de los deseos de la Casa Rosada y anticipó que pedirán un aumento del 25%. Y Sergio Romero, de la Unión de Docentes bonaerenses, anticipó que reclamarán “la apertura de las negociaciones para el segundo semestre”.
Fue en este clima que Gvirtz echó una mano al gabinete del Ministerio de Educación porteño, que conduce Esteban Bullrich.
No debería extrañar: estuvo casada con Mariano Narodowski, el primer titular de la cartera educativa de Macri, salpicado por la causa de espionaje que acorraló al jefe de Gobierno.
A través de ese vínculo, habría invitado a otros funcionarios de Macri a pasarse a la órbita bonaerense, donde se presenta como la más cristinista de un gabinete casi sin vínculos con la Casa Rosada. De hecho, su incorporación se conoció después de las primarias, fue promovida por Nación y será avalada sin problemas por el Senado, donde manda Gabriel Mariotto. (La Política OnLine).
Perturbada por la inminente negociación salarial con los gremios docentes, que podría hacer peligrar el inicio del ciclo lectivo, Silvia Gvirtz, directora de Educación de la provincia de Buenos Aires y hermana del productor de 6, 7 y 8, requirió la asistencia de varios especialistas del gobierno porteño.
Uno de esos es Gerardo Marchesini, reciente en educación técnica de Mauricio Macri y ahora en el staff de Gvirtz, la única funcionaria del Gabinete bonaerense de línea directa con Nación.
Según confirmaron a LPO fuentes de la propia dirección de Escuelas, la ex gerenta del Programa Conectar Igualdad se muestra alterada y nerviosa, actitud que contrasta a la pasividad que, aún en los momentos más difíciles, exhibía su antecesor Mario Oporto. Poco le importó que, como dijo en una entrevista a 360 TV antes de fin de año, la Ciudad tenga el modelo "de castigar al docente".
“Se la nota desbordada y sin ningún conocimiento de la cartera más grande de la provincia. Y sabe que Scioli la pondrá al frente de las paritarias como estaba Oporto”, reflexionan en Educación.
Oporto lidera las negociaciones salariales desde 2002, con una breve interrupción entre 2005 y 2007 cuando fue jefe de Gabinete del gobierno de Felipe Solá.
En su ausencia, Adriana Piugross, ahora diputada nacional, no la pasó bien y requirió la asistencia del entonces Ministro de Trabajo, Roberto Mouillerón.
Piugross también tuvo una relación difícil con los empleados de Educación, una buena parte nombrados durante la gobierno de Eduardo Duhalde.
Hace tres años la delegación de UPCN de la cartera protagonizó una dura disputa con el titular del gremio, Carlos Quintana, que terminó con denuncias de enfrentamientos armados. Oporto habría sido uno de los padrinos de los rebeldes.
Ajena a esa historia, en un mes Gvirtz podrá ocupar la agenda informativa nacional no por obra de su hermano Diego, sino por el riesgo de que no comience el ciclo lectivo en la provincia más numerosa.
Los sindicalistas comenzaron a sondearla. “A la paritaria llegaremos desfasados por la negativa del Gobierno a reabrir la discusión a mediados del año pasado”, se quejó Mirta Petrocini, de la Feb.
Roberto Baradel, de Suteba, ligado a la CTA oficialista de Hugo Yasky, se apartó de los deseos de la Casa Rosada y anticipó que pedirán un aumento del 25%. Y Sergio Romero, de la Unión de Docentes bonaerenses, anticipó que reclamarán “la apertura de las negociaciones para el segundo semestre”.
Fue en este clima que Gvirtz echó una mano al gabinete del Ministerio de Educación porteño, que conduce Esteban Bullrich.
No debería extrañar: estuvo casada con Mariano Narodowski, el primer titular de la cartera educativa de Macri, salpicado por la causa de espionaje que acorraló al jefe de Gobierno.
A través de ese vínculo, habría invitado a otros funcionarios de Macri a pasarse a la órbita bonaerense, donde se presenta como la más cristinista de un gabinete casi sin vínculos con la Casa Rosada. De hecho, su incorporación se conoció después de las primarias, fue promovida por Nación y será avalada sin problemas por el Senado, donde manda Gabriel Mariotto. (La Política OnLine).
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