Los vendedores desalojados de la calle Florida por el Gobierno porteño comenzaron a migrar hacia otros barrios de la Ciudad. Se los puede ver en San Telmo, Costanera, y en avenidas como Corrientes y Pueyrredón. Hay nuevas quejas de los comerciantes.
Dos semanas después del operativo que la Metropolitana desplegó para impedir que continúe la venta callejera en Florida, los manteros ya empezaron a migrar hacia otras ferias y barrios de la Ciudad. Ahora trabajan en pequeños grupos para evitar confrontaciones con los vendedores que ya están en esos lugares y como parte de una estrategia para poder seguir vendiendo sin ser perseguidos por la policía.
Ya se ven en San Telmo y Costanera Sur, y en distintas cuadras de Lavalle, Corrientes, Rivadavia y Pueyrredón . En esas zonas, los comerciantes ya se quejan porque la venta ilegal es cada vez mayor, según señala el diario Clarín.
Los vendedores callejeros de Florida habían ganado protagonismo en noviembre pasado, cuando los comerciantes de la peatonal decidieron juntarse para exigir públicamente el desalojo de los manteros, a quienes acusaban de hacer competencia desleal por vender los mismos productos que en los locales, pero a precios más bajos y en negro. En diciembre, con el dinero de las ventas navideñas en juego, la protesta sumó cortes de la avenida Corrientes y la convivencia, desesperada, de comerciantes y manteros en plena calle. Finalmente, el miércoles 11 de enero el Gobierno porteño ordenó el despliegue de 60 inspectores y 150 agentes de la Metropolitana para evitar que los vendedores se instalaran en Florida.
El operativo –que se hizo de madrugada, antes que los manteros llegaran con sus mercaderías– provocó la reacción de un grupo de al menos 50 vendedores callejeros identificados con remeras blancas de la agrupación “Movimiento social Francisco Jofré”. Desde ese día, y hasta el miércoles pasado, ese grupo, encabezado por Julio Pereyra, su vocero, lideró algunas marchas, se enfrentó con los artesanos y organizó tres cortes en Corrientes y Florida. El último día, Pereyra presentó un proyecto “alternativo” para seguir vendiendo en la peatonal –pero con el compromiso de no vender mercaderías truchas– pero desde el Gobierno porteño le respondieron que no iban a negociar con ellos y el reclamo, finalmente, se diluyó. Y luego hubo un quiebre en el grupo, motivado por la falta de acuerdo en la forma de reclamar. “Ellos sólo representan a los de Florida al 400 y al 500, y no escuchaban a la mayoría. Sólo querían cortar la calle, no tenían profundidad para plantear el tema”, contó Mariano, uno de los manteros que trabajaban en Florida.
“El resto quedamos unidos y somos mayoría. Ahora estamos yendo a distintos lugares y ferias, donde podemos trabajar”, agregó. El cambio de rumbo, admitió, los llevó en pequeños grupos a la feria de los domingos en San Telmo, en la calle Defensa, y a la Costanera Sur, donde cada vez hay más vendedores callejeros que arrojan sus mantas con todo tipo de mercaderías. Y según anticipó Mariano, la idea es ir buscando otros espacios también en Palermo, Caballito y en la placita del Obelisco . Otro grupo, menor, optó por la calle Avellaneda, donde antes del conflicto en Florida ya había un puesto de venta trucho por cada comercio legal.
Según un relevo informal, en Florida había, en diciembre, entre 600 y 800 manteros. Esa migración ya levantó quejas entre comerciantes. En San Telmo, por ejemplo, están preocupados porque la nueva ley de venta callejera (que se aprobó en diciembre pasado) legaliza el paseo de la calle Defensa y temen que haya más vendedores de los que estarán permitidos. “Está complicado. El Gobierno tiene que reordenar, reubicar y sacar a los que no entren. Hoy está colapsado”, reclamó Juan Carlos Maugeri, de la Asociación de Anticuarios y Amigos de San Telmo.
En la avenida Avellaneda también exigen medidas: “Ahora están instalándose en las calles laterales. Y están arreglados . Tienen personas que les avisan si la Policía viene levantando mercadería. Sabemos que pagan $ 300 por semana de coima para estar”, denunció Carlos, dueño de uno de los locales de ropa. Ayer, ante ese reclamo, Patricio Di Stéfano, subsecretario de Espacio Público, explicó que los operativos “se hacen sólo en conjunto con la Policía Metropolitana, sin la Federal” y que se irá abarcando más zonas “a medida que vaya creciendo la disponibilidad de agentes de la fuerza porteña”. El objetivo, prometió, será aquellos barrios donde el problema con la venta ilegal sea similar al que se daba en la calle Florida.
Desde la CAME, una de las principales entidades de comerciantes y parte también de las protestas en contra de los manteros en Florida, también alertaron sobre el aumento de la venta ilegal en la Ciudad. Según sus estadísticas, el rubro ya mueve más de $ 9 millones por día. (La Política OnLine).
Dos semanas después del operativo que la Metropolitana desplegó para impedir que continúe la venta callejera en Florida, los manteros ya empezaron a migrar hacia otras ferias y barrios de la Ciudad. Ahora trabajan en pequeños grupos para evitar confrontaciones con los vendedores que ya están en esos lugares y como parte de una estrategia para poder seguir vendiendo sin ser perseguidos por la policía.
Ya se ven en San Telmo y Costanera Sur, y en distintas cuadras de Lavalle, Corrientes, Rivadavia y Pueyrredón . En esas zonas, los comerciantes ya se quejan porque la venta ilegal es cada vez mayor, según señala el diario Clarín.
Los vendedores callejeros de Florida habían ganado protagonismo en noviembre pasado, cuando los comerciantes de la peatonal decidieron juntarse para exigir públicamente el desalojo de los manteros, a quienes acusaban de hacer competencia desleal por vender los mismos productos que en los locales, pero a precios más bajos y en negro. En diciembre, con el dinero de las ventas navideñas en juego, la protesta sumó cortes de la avenida Corrientes y la convivencia, desesperada, de comerciantes y manteros en plena calle. Finalmente, el miércoles 11 de enero el Gobierno porteño ordenó el despliegue de 60 inspectores y 150 agentes de la Metropolitana para evitar que los vendedores se instalaran en Florida.
El operativo –que se hizo de madrugada, antes que los manteros llegaran con sus mercaderías– provocó la reacción de un grupo de al menos 50 vendedores callejeros identificados con remeras blancas de la agrupación “Movimiento social Francisco Jofré”. Desde ese día, y hasta el miércoles pasado, ese grupo, encabezado por Julio Pereyra, su vocero, lideró algunas marchas, se enfrentó con los artesanos y organizó tres cortes en Corrientes y Florida. El último día, Pereyra presentó un proyecto “alternativo” para seguir vendiendo en la peatonal –pero con el compromiso de no vender mercaderías truchas– pero desde el Gobierno porteño le respondieron que no iban a negociar con ellos y el reclamo, finalmente, se diluyó. Y luego hubo un quiebre en el grupo, motivado por la falta de acuerdo en la forma de reclamar. “Ellos sólo representan a los de Florida al 400 y al 500, y no escuchaban a la mayoría. Sólo querían cortar la calle, no tenían profundidad para plantear el tema”, contó Mariano, uno de los manteros que trabajaban en Florida.
“El resto quedamos unidos y somos mayoría. Ahora estamos yendo a distintos lugares y ferias, donde podemos trabajar”, agregó. El cambio de rumbo, admitió, los llevó en pequeños grupos a la feria de los domingos en San Telmo, en la calle Defensa, y a la Costanera Sur, donde cada vez hay más vendedores callejeros que arrojan sus mantas con todo tipo de mercaderías. Y según anticipó Mariano, la idea es ir buscando otros espacios también en Palermo, Caballito y en la placita del Obelisco . Otro grupo, menor, optó por la calle Avellaneda, donde antes del conflicto en Florida ya había un puesto de venta trucho por cada comercio legal.
Según un relevo informal, en Florida había, en diciembre, entre 600 y 800 manteros. Esa migración ya levantó quejas entre comerciantes. En San Telmo, por ejemplo, están preocupados porque la nueva ley de venta callejera (que se aprobó en diciembre pasado) legaliza el paseo de la calle Defensa y temen que haya más vendedores de los que estarán permitidos. “Está complicado. El Gobierno tiene que reordenar, reubicar y sacar a los que no entren. Hoy está colapsado”, reclamó Juan Carlos Maugeri, de la Asociación de Anticuarios y Amigos de San Telmo.
En la avenida Avellaneda también exigen medidas: “Ahora están instalándose en las calles laterales. Y están arreglados . Tienen personas que les avisan si la Policía viene levantando mercadería. Sabemos que pagan $ 300 por semana de coima para estar”, denunció Carlos, dueño de uno de los locales de ropa. Ayer, ante ese reclamo, Patricio Di Stéfano, subsecretario de Espacio Público, explicó que los operativos “se hacen sólo en conjunto con la Policía Metropolitana, sin la Federal” y que se irá abarcando más zonas “a medida que vaya creciendo la disponibilidad de agentes de la fuerza porteña”. El objetivo, prometió, será aquellos barrios donde el problema con la venta ilegal sea similar al que se daba en la calle Florida.
Desde la CAME, una de las principales entidades de comerciantes y parte también de las protestas en contra de los manteros en Florida, también alertaron sobre el aumento de la venta ilegal en la Ciudad. Según sus estadísticas, el rubro ya mueve más de $ 9 millones por día. (La Política OnLine).
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