Según un análisis privado, el axioma de que el ladrillo es la mejor inversión porque puede cambiarse por dólares entró en crisis, y la pregunta del millón es ahora: ¿La solución se logrará pasando a pesos el valor de las propiedades?
Durante la última década, y hasta octubre del 2011 los inmuebles funcionaron como un activo dolarizado. El comprador o propietario de un inmueble consideraba que su bien se intercambiaba por una cantidad de dólares que además aumentaba de precio año a año.
Las restricciones cambiarias que se fueron adoptando en la Argentina desde octubre del año pasado pusieron en crisis esta inercia de funcionamiento del mercado, impulsándolo de manera acelerada y abrupta hacia la recesión por la cual hoy transita.
Ello, porque el cepo cambiario provocó que luego de seis meses consecutivos de caída interanual el mercado inmobiliario de compraventa de inmuebles sea la primera actividad económica en ingresar técnicamente en recesión.
¿Es posible revertir esta situación?, se pregunta un trabajo evaluatorio sobre la situación efectuado por Reporte Inmobiliario. En el corto plazo y de manera inmediata la respuesta que surge es negativa.
Desde la macro, el gobierno sostiene y blanquea que la restricción de dólares a venido para quedarse, haciendo evidente a través del accionar de la AFIP que la autorización para poder comprar dólares no es cuestión de contar con fondos blancos para hacerlo, sino que el vendedor que está transfiriendo un bien a su nombre totalmente blanqueado a un valor de mercado no pueda acceder a comprar dólares al tipo de cambio oficial.
En esto, hasta el momento resulta evidente que el dólar oficial no existe para las transacciones inmobiliarias.
El gobierno ha reconocido la desaceleración económica anunciando que uno de los objetivos del plan de créditos para la vivienda "Procrear" es dinamizarla. Sin embargo tales créditos resultan inocuos para la reactivación directa del mercado de inmuebles usados y de desarrollos privados de edificios de departamentos para su posterior venta.
Por el contrario, de efectivizarse dichos créditos tal como fueran anunciados, cuestión por otra parte poco probable, generarían una mayor presión hacia el alza de los ya elevados costos de construcción (unos 5.400 pesos/m2 vendible para un departamento estándar) elevando los valores de venta y por consiguiente haciendo mucho mas difícil sumar a la producción privada de unidades de vivienda para satisfacer el abultado déficit habitacional.
Asimismo y de acuerdo a lo admitido por el gobierno la economía no esta creciendo a las tasas chinas de años anteriores, lo cual resulta negativo por supuesto para todos los sectores económicos y en especial para el sector de la construcción y el de la intermediación inmobiliaria, altamente pro cíclicos, señala más adelante Reporte Inmobiliario.
Por ende y en base a una lectura pragmática de los hechos, no podrá esperarse que el mercado inmobiliario se reactive a partir de una mejora de las condiciones macroeconómicas ni a partir de acciones de aliento directo para la compraventa de inmuebles usados o a estrenar producidos por desarrolladores y capitales privados.
El axioma de que el ladrillo es la mejor inversión porque puede cambiarse por dólares entró en crisis, y la pregunta del millón es ahora: ¿La solución se logrará pasando a pesos el valor de las propiedades?
Durante la última década, y hasta octubre del 2011 los inmuebles funcionaron como un activo dolarizado. El comprador o propietario de un inmueble consideraba que su bien se intercambiaba por una cantidad de dólares que además aumentaba de precio año a año.
Las restricciones cambiarias que se fueron adoptando en la Argentina desde octubre del año pasado pusieron en crisis esta inercia de funcionamiento del mercado, impulsándolo de manera acelerada y abrupta hacia la recesión por la cual hoy transita.
Ello, porque el cepo cambiario provocó que luego de seis meses consecutivos de caída interanual el mercado inmobiliario de compraventa de inmuebles sea la primera actividad económica en ingresar técnicamente en recesión.
¿Es posible revertir esta situación?, se pregunta un trabajo evaluatorio sobre la situación efectuado por Reporte Inmobiliario. En el corto plazo y de manera inmediata la respuesta que surge es negativa.
Desde la macro, el gobierno sostiene y blanquea que la restricción de dólares a venido para quedarse, haciendo evidente a través del accionar de la AFIP que la autorización para poder comprar dólares no es cuestión de contar con fondos blancos para hacerlo, sino que el vendedor que está transfiriendo un bien a su nombre totalmente blanqueado a un valor de mercado no pueda acceder a comprar dólares al tipo de cambio oficial.
En esto, hasta el momento resulta evidente que el dólar oficial no existe para las transacciones inmobiliarias.
El gobierno ha reconocido la desaceleración económica anunciando que uno de los objetivos del plan de créditos para la vivienda "Procrear" es dinamizarla. Sin embargo tales créditos resultan inocuos para la reactivación directa del mercado de inmuebles usados y de desarrollos privados de edificios de departamentos para su posterior venta.
Por el contrario, de efectivizarse dichos créditos tal como fueran anunciados, cuestión por otra parte poco probable, generarían una mayor presión hacia el alza de los ya elevados costos de construcción (unos 5.400 pesos/m2 vendible para un departamento estándar) elevando los valores de venta y por consiguiente haciendo mucho mas difícil sumar a la producción privada de unidades de vivienda para satisfacer el abultado déficit habitacional.
Asimismo y de acuerdo a lo admitido por el gobierno la economía no esta creciendo a las tasas chinas de años anteriores, lo cual resulta negativo por supuesto para todos los sectores económicos y en especial para el sector de la construcción y el de la intermediación inmobiliaria, altamente pro cíclicos, señala más adelante Reporte Inmobiliario.
Por ende y en base a una lectura pragmática de los hechos, no podrá esperarse que el mercado inmobiliario se reactive a partir de una mejora de las condiciones macroeconómicas ni a partir de acciones de aliento directo para la compraventa de inmuebles usados o a estrenar producidos por desarrolladores y capitales privados.
El axioma de que el ladrillo es la mejor inversión porque puede cambiarse por dólares entró en crisis, y la pregunta del millón es ahora: ¿La solución se logrará pasando a pesos el valor de las propiedades?
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