QUILMES, Julio 06, (PUNTO CERO-Perspectiva Sur) Casi sin dientes, María tiene 32 años y pesa 39 Kilos. Tiene su lugar en el populoso barrio IAPI y junto a su compañero Mariano viven de «changas». Habla rápido como si no tuviera mucho tiempo y no entiende mucho de los grandes problemas del mundo. Su madre la echó de su casa porque quedó embarazada otra vez y ya va por el 10ª hijo.Hace un tiempo ya que construyeron «dos piezas» a la orilla del Arroyo Las Piedras y Montevideo del Barrio IAPI en el oeste de Bernal, distrito de Quilmes. El portal El Editorial que dirige Jorge Módica, publicó en su edición de ayer esta historia que refleja el costado de nuestra realidad que aún continúa sin solución. El relato continúa así: «Mariano ahora salió con el carro de caballo, con las dos nenas. Lo que mas necesito son chapas para hacer otra pieza porque mi mamá me echó y la única que me ayudó fue mi tía» relata María Esther Alcántara quien vive a la orilla del Arroyo Las Piedras en condiciones infrahumanas.
UNA SITUACION LACERANTEA la intemperie, entre la basura y el huano del caballo, cocina con leña, en un tarro, el guiso que servirá a su familia.Piso de tierra, paredes y techo de chapas es el hogar donde vive «María Esther Alcántara» quien cuando se le pregunta qué necesita, increíblemente no pide alimentos, sino «chapas»; como si el techo fuera lo más importante para albergar a sus 9 hijos y al que está por venir. Sólo la leche del Plan Más Vida que a diario le trae la Manzanera Teresa y «algo de comida de mi casa» relata la trabajadora social, ayuda a esta numerosa familia que tiene a su mamá «desnutrida». Cuando se le pregunta si la Municipalidad o la Secretaria de Desarrollo Social la ayudan dice «...no... nada, nada, yo y Mariano sólo ayudamos yo ayuda de otro lado no tengo... «y yo»- interrumpe la manzanera». La desnutrición de Alcántara y las condiciones en las que viven no solamente su familia sino todas las humildes viviendas sobre la calle 173 y a la vera del arroyo, hace presuponer que se hacen operativos de Salud a menudo pero ella exclama: «No, acá no, remarca.
OTRA CRONICA DEL OLVIDOMaría es otra exponente de una situación social aberrante que se repite en amplios sectores de nuestro Distrito. El caso de Karina Rodriguez de La Matera, que llevó la desnutrición de sus hijos a la consideración de la Corte Provincial, terminó obligando tanto a la Provincia como al Municipio a salir a su encuentro. Por estos días, se están construyendo dos casitas para la misma Karina. Sí, ahora Karina tiene dos casas a falta de una. Una de mejor calidad construida por cuenta y orden de la Provincia; la otra, se construye pegada a la anterior por cuenta de la Comuna. En ninguna de las dos hay servicios sanitarios básicos. Todo una síntesis del desencuentro que tiene a los más necesitados como si fueran rehenes. (PUNTO CERO-Perspectiva Sur).
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