LUJAN, Febrero 12, (PUNTO CERO-El Civismo) Fiel a su costumbre de analizar los temas económicos y financieros de la comuna, el ex concejal y dirigente del ARI, Raúl Suescun, cuestionó el fuerte incremento en las tasas.
“En el año 2000 y en 2001, los ingresos por la tasa de recolección de residuos fue de 1.500.000 pesos. El año pasado ingresaron unos 2 millones de pesos. En el presupuesto del año 2007, en gasto de la tasa figuran 1.929.631 pesos. En 2006, ese gasto era apenas superior al 1.500.000. Y en el corriente año prevén un ingreso de 3.440.000 pesos”, disparó el ex concejal Raúl Suescun, actual referente del ARI Luján y asesor en el Congreso Provincial. Lo dijo para demostrar que “análisis de números se pueden hacer cuarenta mil, pero la realidad es que una tasa es una retribución a un servicio y cuando en una reciente región le pregunté al concejal (Manuel) Silva (UCR) cuál era el respaldo para votar el aumento de las tasas, me dijo que era el déficit muy importante, una deuda importante y que se pensaba en futuras estrategias”.
Suescun, como queda demostrado en las primeras expresiones en el marco de una charla con EL CIVISMO, es uno de los dirigentes partidarios que están en contra del incremento promedio del 60 por ciento que ya se reparte en las boletas municipales.
El ex concejal ahondó en las razones del polémico voto por la afirmativa que protagonizó prácticamente toda la oposición. “Según lo que me comentaron en la sesión, por supuesto que por lo bajo, la estrategia que avaló el aumento en las tasas es que desde la UCR y el vecinalismo creen que con su alianza van a ser gobierno a partir de las próximas elecciones. Con más ingresos, tendrán un presupuesto más voluminoso. Eso, con la yapa de que la actual administración pague el costo político del aumento. Si es así, es una hijaputés”, dijo el ex edil.
Metido de lleno en los números del aumento, Suescun dijo: “Hay cosas en las que quiero pensar que no se dieron cuenta. Porque de lo contrario, son mala gente. En la ordenanza fiscal se les pasaron 200 mil errores”.
“Por ejemplo, con la prescripción del pago de las deudas de tasas. Prescriben a los 5 años por Ley Nacional, pero se había acomodado a Luján porque acá eran 10 años para la prescripción. Ahora vuelve a figurar el año 1996”, detalló.
“También ‘se olvidaron’ de modificar la fecha de los deudores que se pueden publicar. Sigue figurando 1991, cuando debería decir 5 años para atrás”.
Suescun dijo que “lo hablé con concejales a los que les dije que lo votado demuestra que no analizaron nada. Además, la ordenanza debió llegar al Concejo en agosto. Llegó en diciembre cuando muchos concejales estaban de vacaciones”.
¿PREMIO O CASTIGO?
En los premios por buen comportamiento, Suescun también encontró objeciones que no pudo plantear en la asamblea por la prepotencia de Héctor Melo y la complicidad del resto de los ediles.
“Las tasas tienen un premio por buen comportamiento. Antes el porcentaje era general. Vos te comportabas bien y tenías un 12 por ciento de descuento. Cuando modificaron la tasa de recolección de residuos, el mayor incremento se dio en los barrios cerrados porque se supone que tienen una capacidad socioeconómica superior. Después se baja, hasta llegar a sectores a los que no se les aumentó la tasa”, explicó el dirigente del ARI.
“Si bien hicieron eso –indicó- como para compensar el mayor aumento, aprobaron una escala de premios que quiero entender que resultó equivocada, para no pensar que son jodidos”.
Suescun subrayó que “a las Urbanizaciones Especiales les descuentan el 21 por ciento. A Residencial Máximo el 19,8, Residencial Medio el 18,6 y Residencial Bajo el 17,4. ¿Qué significa? Que un ciudadano de Luján de un barrio cerrado con buen comportamiento, en comparación con uno en las mismas condiciones pero que vive en Residencial Bajo, reciben descuentos diferentes”.
“Los que tienen mayor poder económico terminan siendo ‘mejores’ que los de abajo. Y como en el descuento están todas las tasas, el kiosco de Rivadavia y San Martín, si se comporta bien tendrá un descuento o premio del 21 por ciento, mientras que el kiosco de la calle Libertad tendrá un descuento del 17,4 por ciento. Con el agua, lo mismo, porque se maneja con consumos presuntos”, dijo el asesor.
“Creo que hay dos caminos. O se equivocaron o se trata de una tasa regresiva a más no poder. Queda demostrado que en definitiva se castiga a los sectores más pobres”.
- Cuando fueron a la barra a seguir la asamblea de mayores contribuyentes, ¿era para realizar estos planteos?
- “Cada uno, desde su grupo o sectores, tenían ideas diferentes. Yo quería plantear estas cosas. Son análisis técnicos pero que sirven para tomar decisiones políticas. Determinar que los que más tienen menos pagan es una decisión política”.
“En realidad, me hubiese encantado preguntarle públicamente a los concejales por qué el aumento. Te repito que esto no es un impuesto que se determina por tus capacidades. Es una tasa, es decir una retribución a un servicio”, agregó el dirigente opositor.
“Hubo concejales que votaron a favor del aumento en las tasas, pero en su argumentación parecía que iban a votar en contra. Fue toda una contradicción. Por eso considero valedera la posición de la concejal vecinalista Amanda Robles, que soportó las presiones del bloque y dejó de lado cuestiones electorales. Creo que actuó sin especulación”, concluyó Suescun.
Imprenta mágica
Aquellos que piensan que la aprobación del aumento promedio del 60 por ciento estaba “cocinada” entre el oficialismo y la oposición no se equivocan. A la luz de los hechos, la votación en la asamblea de mayores contribuyentes fue un trámite o, si se quiere, una burla.
Al otro día a la mañana, la Municipalidad ya estaba repartiendo en los domicilios las boletas con el aumento. Varios vecinos pensaron que allí no estaba agregado el incremento, pero se equivocaron.
Se supone que entre la noche del miércoles y la mañana del jueves, los funcionarios y empleados municipales calcularon cuánto debía pagar cada contribuyente y, en tiempo récord, llegaron a imprimir las boletas. Caso contrario, hay que pensar que estaba todo impreso, sin importar que los concejales y mayores contribuyentes todavía no habían votado. (PUNTO CERO-El Civismo).
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