(La Política OnLine). El legislador porteño, que trabaja junto a Vilma Ripoll, dejó sin trabajo a la ex diputada y a siete trabajadores más a pesar de un acuerdo firmado por el cual debían tener estabilidad laboral hasta diciembre de 2011. Hubo forcejeos, discusiones y la ex legisladora terminó lastimada. Walsh había dejado su banca en diciembre para que asuma Parrilli. “Quien maltrata tanto a los trabajadores no puede tener una política para los trabajadores, rompieron un acuerdo y fue posterior a que yo cumpla con mi palabra de dejar mi banca”, dijo la hija del escritor ante LPO. Veinte mil pesos de contratos en juego.
La izquierda porteña, encarnada en el MST-Nueva Izqueirda, no parece estar pasando su mejor momento. Es su único legislador porteño que tiene, Marcelo Parrilli, se peleó ferozmente con la ex diputada Patricia Walsh y echó a todos los empleados que le respondían.Cuando la izquierda obtuvo una banca parlamentaria en la ciudad se había generado un acuerdo por el cual durante dos años por la cual la hija del célebre escritor estaría en su banca y los otros dos quedarían para el abogado extrapartidario.
La primera parte se concretó, pero hoy Parrilli rompió el pacto: decidió echar a siete empleados de Walsh, a ella misma, y cambió la cerradura de su despacho.
“Hubo un acuerdo por escrito con la firma de Parrilli, mi firma y de Alejandro Bodart (MST) por el cual todos los trabajadores tenían estabilidad laboral hasta el 10 de diciembre de 2011”, dijo Walsh a LPO.
Curiosamente ninguno de los despedidos era militante del MST (Movimiento de Trabajadores Socialistas), cuya cara visible es Vilma Ripoll.
Nueva Izquierda - MST fue el sello por el cual en 2007 Walsh ingresó como legisladora. Además del MST, confluyen militantes de Derechos Humanos y otras agrupaciones como el Movimiento por un Pueblo Libre que lidera el ex legislador Tomás Devoto.
Parrilli la conoce hace muchos años a la ex legisladora: fue asesor de Walsh cuando fue diputada nacional entre 2001 y 2005.
En este marco, hace algunas horas, Walsh llamó a Ripoll (quien también fuera su asesora cuando fue legisladora). Ella contestó que, en su opinión, pertenecen a “proyectos políticos diferentes”.
La pelea
A todo esto, Walsh relató cómo se enteró que ella y siete empleados más quedaron despedidos. “No hubo una pelea a trompadas como trascendió, de hecho no le vi la cara a Parrilli. No hubo una pelea por la sencilla razón: desde ayer a las 16 supe de esta decisión de los despidos, incluida yo. No pude comunicarme con él. Fui ayer a la Legislatura sabiendo que se estaban resolviendo estos despidos cuando terminaba la sesión pero el legislador no fue a su despacho así que no lo pude ver”.
“Mis compañeros de trabajo me contaron que no podían ingresar al despacho de Parrilli en el segundo piso y en la oficina del bloque en el anexo. Y, como no hubo previo aviso ni comunicación formal ni informal, fui hasta ahí”, contó.
En ese momento había trabajadores adentro, todos militantes del MST. Parrilli había llamado un cerrajero para cambiar la llave e impedir el ingreso de los despedidos mientras se escuchaban fuertes discusiones en la puerta de la oficina del segundo piso de la Legislatura. “Pensé que podía conversar civilizadamente me encontré que tampoco podía ingresar”, dijo la ex diputada.
“Cuando ingresa el cerrajero, yo había intentado ingresar porque pensé que siendo mi lugar de trabajo no tenía que haber problemas porque no había podido conversar. Ahí se produce una situación desafortunada cuando las personas adentro del despacho cerraron la puerta”, relató Walsh. En ese momento la ex legisladora se lastimó su brazo.
“Los compañeros necesitaban entrar, inclusive muchos tenían cosas personales en la computadora. No es frecuente este tipo de situaciones, sin que el legislador ponga la cara”, agregó.
- ¿Qué opina de la actitud de Parrilli?
- Quien maltrata tanto a los trabajadores no puede tener una política para los trabajadores, rompieron un acuerdo y fue inmediatamente posterior a que yo cumpla con mi palabra de dejar mi banca. Pienso que la izquierda merece mejores conductas.
Acorde a lo que calculan en la Legislatura, los despidos sumarían unos $20 mil en contratos. Este medio intentó hablar con Parrilli pero no atendió el teléfono para explicar si este era el motivo.
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