El vocero de la empresa prestadora del servicio en Capital Federal y el Conurbano, Diego Muñiz, admitió que "la tarifa se multiplica por tres". "Por ejemplo, si la factura promedio que se paga hoy es de $ 25, se convertirá en 75 u $ 80 cuando desaparezca el subsidio del Estado", detalló.
Los subsidios a los servicios públicos que mantuvo cerrado el grifo de las tarifas en la última década, va a conseguir -paradójicamente- en el 2012, que muchos usuarios decidan “cerrar” abruptamente las canillas en sus hogares. La razón es que las facturas de quienes voluntariamente o no dejen de percibir el subsidio en este servicio van a ver triplicados los montos respecto de las boletas actuales.
Así lo ratificó ayer Diego Muñiz, el vocero de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), la empresa prestadora del servicio en Capital Federal y el Conurbano.
“La tarifa se multiplica por tres”, aclaró el directivo. “Por ejemplo, si la factura promedio que se paga hoy es de $ 25, se convertirá en 75 u $ 80 cuando desaparezca el subsidio del Estado ”, aclaró.
Se calcula que, en promedio, los aumentos por este servicio van a derivar en subas del 230% , según los niveles de consumo.
Si bien, según la empresa, el nivel promedio de las boletas es de 25 pesos, esto afecta sólo a los usuarios que no tienen el servicio medido.
Quienes tienen medidor en sus casas, aproximadamente el 15% del total de usuarios de la compañía, pagan un promedio más alto: unos $ 50 , con el subsidio incluido. Ocurre que este segmento de clientes -localizados en zonas del Conurbano- paga un 50% de la tarifa igual que el resto de los usuarios y el otro 50%, según sus niveles de consumo. Por eso, en general, se trata de clientes que perciben facturas más abultadas.
Por ejemplo, un usuario de Vicente López que hoy recibe una factura por $ 53, cuando reciba la factura sin la leyenda roja que describe la compensación estatal, va a pagar $ 170.
Esto implica un aumento del 220%.
Según el nuevo organigrama del Gobierno, a partir del 1° de diciembre los usuarios van a empezar a recibir las cartas en las que deben manifestar su voluntad y/o necesidad de continuar con el subsidio. Con lo cual, las nuevas facturas empezarán a regir a partir de enero del año próximo .
Aysa recibe aproximadamente el 300% de subsidio del Estado. Es decir, la empresa recauda casi 800 millones de pesos al año, pero necesita mucho más para cubrir los gastos de operación y mantenimiento. Por eso, percibe unos 2.500 millones en subsidios nacionales.
Ayer, entre las reflexiones que motivaron las medidas oficiales sobre la quita de subsidios en los servicios de luz, agua y gas, el diputado Claudio Lozano, del Frente Amplio Progresista, señaló la necesidad de “considerar la estructura de costos de las empresas y la revisión del esquema tarifario vigente”. “En una economía de alta concentración, la eliminación de subsidios cuyo objeto fue contener precios, debe acompañarse de cambios en los marcos regulatorios de los diferentes mercados. De lo contrario, se abre la posibilidad de que los ajustes tarifarios que originalmente puedan concentrarse en las grandes empresas, terminen sobre las espaldas de la comunidad vía traslado de los mayores costos al sistema de precios”, advirtió. A su turno, el titular de la entidad de usuarios Consumidores Libres, Héctor Polino, opinó que “las decisiones del Gobierno son correctas porque pueden contribuir a una más justa distribución del ingreso”. Pero también, el ex diputado mostró su preocupación en cuanto a la implementación de las medidas en los sectores medios y bajos de la sociedad. (La Política OnLine).
Los subsidios a los servicios públicos que mantuvo cerrado el grifo de las tarifas en la última década, va a conseguir -paradójicamente- en el 2012, que muchos usuarios decidan “cerrar” abruptamente las canillas en sus hogares. La razón es que las facturas de quienes voluntariamente o no dejen de percibir el subsidio en este servicio van a ver triplicados los montos respecto de las boletas actuales.
Así lo ratificó ayer Diego Muñiz, el vocero de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), la empresa prestadora del servicio en Capital Federal y el Conurbano.
“La tarifa se multiplica por tres”, aclaró el directivo. “Por ejemplo, si la factura promedio que se paga hoy es de $ 25, se convertirá en 75 u $ 80 cuando desaparezca el subsidio del Estado ”, aclaró.
Se calcula que, en promedio, los aumentos por este servicio van a derivar en subas del 230% , según los niveles de consumo.
Si bien, según la empresa, el nivel promedio de las boletas es de 25 pesos, esto afecta sólo a los usuarios que no tienen el servicio medido.
Quienes tienen medidor en sus casas, aproximadamente el 15% del total de usuarios de la compañía, pagan un promedio más alto: unos $ 50 , con el subsidio incluido. Ocurre que este segmento de clientes -localizados en zonas del Conurbano- paga un 50% de la tarifa igual que el resto de los usuarios y el otro 50%, según sus niveles de consumo. Por eso, en general, se trata de clientes que perciben facturas más abultadas.
Por ejemplo, un usuario de Vicente López que hoy recibe una factura por $ 53, cuando reciba la factura sin la leyenda roja que describe la compensación estatal, va a pagar $ 170.
Esto implica un aumento del 220%.
Según el nuevo organigrama del Gobierno, a partir del 1° de diciembre los usuarios van a empezar a recibir las cartas en las que deben manifestar su voluntad y/o necesidad de continuar con el subsidio. Con lo cual, las nuevas facturas empezarán a regir a partir de enero del año próximo .
Aysa recibe aproximadamente el 300% de subsidio del Estado. Es decir, la empresa recauda casi 800 millones de pesos al año, pero necesita mucho más para cubrir los gastos de operación y mantenimiento. Por eso, percibe unos 2.500 millones en subsidios nacionales.
Ayer, entre las reflexiones que motivaron las medidas oficiales sobre la quita de subsidios en los servicios de luz, agua y gas, el diputado Claudio Lozano, del Frente Amplio Progresista, señaló la necesidad de “considerar la estructura de costos de las empresas y la revisión del esquema tarifario vigente”. “En una economía de alta concentración, la eliminación de subsidios cuyo objeto fue contener precios, debe acompañarse de cambios en los marcos regulatorios de los diferentes mercados. De lo contrario, se abre la posibilidad de que los ajustes tarifarios que originalmente puedan concentrarse en las grandes empresas, terminen sobre las espaldas de la comunidad vía traslado de los mayores costos al sistema de precios”, advirtió. A su turno, el titular de la entidad de usuarios Consumidores Libres, Héctor Polino, opinó que “las decisiones del Gobierno son correctas porque pueden contribuir a una más justa distribución del ingreso”. Pero también, el ex diputado mostró su preocupación en cuanto a la implementación de las medidas en los sectores medios y bajos de la sociedad. (La Política OnLine).
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