viernes, febrero 01, 2013

"Carta de un amor eterno". Obra premiada de Juan Manuel Olveira.

La Asociación Cultural Rosalía de Castro realizó el concurso internacional de ‘Cartas de Amor’ homenaje a Rosalía de Castro, El ganador es de la ciudad de Grand Bourg, partido de Malvinas Argentinas, Juan Manuel Olveira con su obra "Carta de un amor eterno":

CARTA DE AMOR ETERNO
Querida mía:
Cuando recibas esta carta yo yaceré en cenizas. Nada puede hacer  que cambie mi voluntad ni el destino que me aguarda. Pero la presente quiero que sea un testimonio claro de mi ausencia. En estos días en que no tuve la caricia de tu presencia,  que no escuché el apagado pero inconfundible rumor de tu respiración, ni el dulce bienestar de tu sonrisa, en estos días  quizás pensaste que mi  olvido de ti estaba muy cerca y sin embargo es tal vez el momento que más he sufrido esta ausencia.
Acá, en la soledad de esta casa, el viento me trae el aroma de tu cuerpo, el leve roce de tus pasos, el suave murmullo de tu voz amada. No, no es ilusión,  es una realidad distinta, tú estás aquí conmigo  entretejiendo tus finos dedos con los míos, y yo me miro extasiado en la profundidad de tus hermosos ojos grises en el largo y profundo mensaje en que tu alma se encuentra con la mía, para comprenderse y para adorarse. Quiero decirte en estas líneas, que no pueden expresar  todo el dolor que me causa tu ausencia, que nunca he dejado de quererte y que pase lo que pase, ese amor estará presente como parte de mi yo, como parte de mi alma.
Desde mi ventana, miro la tarde que poco a poco muere. Las sombras de la noche que se aproxima, desdibujan los objetos del parque, van borrando la pintura del paisaje. Como pasan mis cosas a una realidad nueva pero oscura,  también  se estrellan mis deseos contra esa certeza en que de aquí al final no existe la menor esperanza de volver a verte, de estrecharte entre mis brazos, de acariciar tus manos ávidas de caricias leves.  ¡Cuántos sueños pisotean esta realidad de hoy! ¡Cuántas ilusiones que tejimos en nuestras horas de encuentro, hoy resultan lejanas e irreales! Pero el amor es potente y yo seguiré viviendo contigo, dentro de ti, latiendo contigo. Yo estaré en cada latido de tu sangre en un  constante impulso de amor infinito. Eternamente juntos, inseparablemente juntos, seré parte de ti y te habré dado la más perfecta prueba de amor.
Evoco aquí las tardes apacibles que nos vieron  junto al mar. Evoco, con infinita nostalgia, las noches de amor bajo la luz esplendorosa de las estrellas. Las brisas que acariciaron tu rostro en las montañas, el suave dulzor de las frutas salvajes robadas en cercas y bosques. Todo son recuerdos maravillosos que me acompañan en esta mi hora postrera. El naufragio de nuestros sueños nos arroja ahora a una isla donde la certeza tiene dos matices, dos caras. La una es tremendamente impía, porque es una realidad que mata los sueños, la otra nos asegura un eterno estar juntos.
Los médicos aseguraron que ya no hay cura para tu mal. Que la única solución que la ciencia puede ofrecer es trasplantar un corazón nuevo  y reemplazar ese enfermo. La urgencia juega ahora un papel preponderante en la cuestión. No hay tiempo que perder. Mis abogados han dejado todo  debidamente listo para que haya certeza de un cambio sin obstáculos legales.
Comprenderás, amor mío,     que esta solución no pudo ser una  propuesta entre ambos. Nunca me lo hubieras permitido. Mi ausencia de los últimos días ha sido un permanente afán de reflexión y coraje, de meditación y luego de decisión irrevocable.

Cuando esta carta llegue a tus manos sabrás que lo que late dentro tuyo  es fruto de un amor inconcebible. También sabrás que el amor es la fuerza más grande del universo, pero también comprenderás que me es imposible vivir si tú no estás.
Las sombras ya envuelven la casa. Sólo se escucha el suave aletear de los pájaros buscando refugio en la noche que ya llega. Una débil luz emite la lamparilla sobre mi escritorio. Pronto estas sombras se proyectarán por dentro mío en las profundidades de mi alma. Pronto, muy pronto, las sombras serán  parte de mí porque en una hora pondré fin a mi existencia suicidándome. Quince minutos más tarde dos médicos determinarán mi defunción. Mis órganos vitales serán dispuestos para el trasplante y mi corazón será colocado en reemplazo del tuyo. Tú entonces podrás seguir viviendo y comprenderás, más que nunca antes, que mi amor ha sido eterno, que no concebiría la vida sin tu presencia, que sin ti no me hubiera sido  posible vivir.
Es hora de partir. En el más allá te aguardaré para vivir eternamente juntos. Nada ni nadie podrá separarnos.
Recibe con ésta un beso y  la expresión de mi amor eterno e irrenunciable.
Para siempre tuyo, Gustavo.

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