Eso, claro, teniendo en cuenta que se apueste al "salto de calidad" que representan las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Es que, en el año de nacimiento del kirchnerismo, los hombres de Perón se batieron a una suerte de "interna" en las elecciones generales. Hoy nadie descarta que, por razones de mezquindad, especulación o simples mediciones de imagen, los candidatos legislativos vuelvan a enfrentarse por fuera de la órbita partidaria, convocando al electorado bonaerense a una nueva interna abierta.
Así, tres sectores del peronismo se postularían con su propia nómina rumbo a octubre: por un lado, el kirchnerismo puro, que presentaría a la ministra Alicia Kirchner en el primer lugar de la lista de candidatos a diputados nacionales; por otro lado, el Frente Renovador Peronista de Sergio Massa, que en estos momentos está evaluando cuándo será la ocasión apropiada para anunciar su ruptura con la Casa Rosada; por último, el peronismo disidente que volvería a encabezarFrancisco De Narváez.
Las elecciones de este año podrían replicar así el escenario nacional de 2003, cuando Eduardo Duhalde debió adelantar los comicios por la masacre de Avellaneda. Ningún sector está dispuesto a ceder; lo que resta esperar es si los distintos actores apelarán a la utilidad de las PASO, sancionada vía Reforma Política luego de la derrota del kirchnerismo en 2009.
Nombres y estrategias
Encabezada por Alicia Kirchner, la lista del FpV estaría regada de un ejército de kirchneristas "puros" que Cristina todavía no termina de conformar. En fila, detrás de la ministra de Desarrollo Social se ubicarían intendentes del Conurbano comoMartín Insaurralde, de Lomas de Zamora, y Fernando Espinoza, de La Matanza, aunque este último no participaría de la aventura electoral en pos de ocupar el sillón de presidente del PJ. El titular de la cartera política y la Secretaría de Transporte, Florencio Randazzo, también podría sumarse.
Ese sector estará comandado, desde las sombras, por el ascendente presidente de la Cámara de Diputados de la Nación,Julián Domínguez, que quiere competir por la Gobernación en 2015. Un interés que se contrapone directamente con las aspiraciones de Randazzo y otros cristinitas como Gabriel Mariotto y Martín Sabbatella, estos dos últimos caídos en desgracia por gestos desafortunados y errores de gestión.
Por fuera de este armado, Sergio Massa presentaría sus nóminas bajo el sello Frente Renovador Peronista, un nombre "afanosamente inspirado" en aquel con que el platense Pablo Bruera bautizó a su espacio allá por 2009, cuando recorría los distritos de la Provincia.
Aprovechando la resistencia a la Casa Rosada, el tigrense nuclearía sin problemas a un numeroso conjunto de intendentes y legisladores que ya le responden. Las especulaciones en torno a su figura no se limitan sólo al ámbito bonaerense: más de uno arriesga que, en 2015, el ex jefe de Gabinete de Cristina podría saltar directamente a la elección nacional y presentarse en las presidenciales.
En ese sector se alinean, hoy, intendentes peronistas de la Primera Sección y el interior bonaerense, capitaneados porJoaquín De la Torre (San Miguel) y Gilberto Alegre (General Villegas), más otros radicales como Gustavo Posse (San Isidro), José Eseverri (Olavarría), Mario Meoni (Junín) y Héctor "Cachi" Gutiérrez (Pergamino).
En el bloque legislativo del Frente Renovador, en tanto, se anotarán pesos pesados como el petrolero Alberto Roberti,Graciela Camaño y Felipe Solá -que buscará renovar de la mano del tigrense-, de la órbita nacional, y referentes distritales de la Provincia como Mónica López, Jorge D'Onofrio y José Luis Pallares.
La tercera lista peronista sería la de De Narváez, que basará su discurso en endilgarle a Massa su condición de actor "funcional" al kirchnerismo. En las filas del "Colorado" acusan al intendente de Tigre de simular una ruptura para terminar aportando sus legisladores cuando sea el momento de impulsar una reforma constitucional que le permita a Cristina Kirchner ir por un tercer mandato. Las sorprendentes palabras de Diana Conti pueden ser leídas en ese sentido.
Contra todos los pronósticos, De Narváez tiene algo a favor: el macrismo deberá encolumnarse detrás suyo por su incapacidad de contar con un candidato propio en territorio bonaerense, una falencia de la que Mauricio Macriresponsabiliza directamente a Emilio Monzó. La función del ministro de Gobierno era aportar para el armado nacional del Pro, pero el fracaso en su intento de convencer a Gabriela Michetti para que compita en la Provincia evidenció su incapacidad para la construcción: hoy el partido amarillo sólo puede exhibir celebridades.
Sin candidatos, el Pro se ve prácticamente obligado a acompañar al "Colorado" y su gente, un heterogéneo sector donde ocuparía un lugar preponderante el mandamás de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, que también está decidido a jugar fuerte en 2015. En esa nómina se inscribirá también José "Pepe" Scioli, y con una misión precisa: proteger a su hermano en la Legislatura.
¿Y Daniel? Precisamente, el gobernador actuaría fiel a su estilo: sin dar mayores definiciones, colocaría candidatos propios en las tres listas. La negociación con los caciques del FpV la llevaría adelante el jefe de Gabinete, Alberto Pérez; en el massismo se integraría La Juan Domingo, el sector del peronismo tradicional que encabezan "Cacho" Álvarez y Osvaldo Goicoechea; los lazos hasta familiares con el partido denarvaísta, en tanto, resultan más que evidentes.
El año 2013 podría replicar de este modo en el tablero provincial el escenario de las tres boletas peronistas para la primera magistratura del año 2003, con Carlos Menem, Néstor Kirchner y el puntano Adolfo Rodríguez Saá.
Va a estar bueno Buenos Aires
Párrafo aparte merece la situación del macrismo, que en la Provincia alterna entre su acercamiento a la UCR -con la gestación de PROA- y la confluencia con el peronismo.
Aunque De Narváez espera sentado, con tranquilidad, no se descarta que en muchos distritos haya internas entre ambos sectores para definir los candidatos. La Plata es uno de ellos, donde el denarvaísta Gonzalo Atanasof mediría sus posibilidades con el macrista Julio Garro. Cuestión de costumbres.
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