Armando Saliva, actual presidente del Pro de Entre Ríos, es un ingeniero que con gran paciencia supo construir y mantener, como en pocas otras provincias, con cierto protagonismo a la fuerza de Mauricio Macri. Por eso le dolió cuando desde Buenos Aires, el responsable del armado nacional del partido amarillo, Emilio Monzó, le impuso la candidatura del ruralista Alfredo De Ángeli, sin siquiera mediar una comunicación telefónica ni tener en cuenta la opinión de un hombre que en 2009 había realizado una muy buena campaña, transformando al Pro en la tercera fuerza política de la provincia.
Es que Monzó, que recaló en el gobierno porteño desde el gabinete sciolista con la misión de ampliar los márgenes del Pro, sigue aferrado a la única idea que tiene: sumar celebridades al mejor estilo menemista. Algunos de sus fichajes fueronMiguel Del Sel en Santa Fe, Héctor Baldassi en Córdoba y Carlos Mac Allisteren La Pampa, por citar los más conocidos. O sea, militancia cero.
Es que Monzó, sospechado también de ser un espía de Florencio Randazzo en la Jefatura porteña, obedece a su lucha interna con ciertos sectores del Pro de Capital, más precisamente con Propuesta Peronista.
Según consigna Urgente 24, De Angeli iba a llegar al Pro de la mano de Propuesta Peronista, pero Monzó, aprovechando la bonhomía y la franqueza del ruralista, atropelló, pasó por encima a la dirigencia entrerriana del Pro y armó todo con la colaboración de algunos dirigentes locales que nunca se animaron a enfrentar en internas a Saliva.
Pero Monzó no midió bien. Menospreció la capacidad de la dirigencia local y hoy Saliva está a punto de propinarle un golpe mortal. Es que, pese a sus advertencias, el bonaerense macrista siguió avanzando y les prometió a todos los que se sumaban que el Pro sólo sería una parte más de un frente que evitaría que muchos dirigentes, que nada querían saber con Macri, pudieran sumarse, ya que él garantizaba una alianza con otros partidos con personería política en la provincia.
Pero De Angeli solo podrá ser candidato por el Pro, y todos los que lo acompañen no tendrán más remedio que pintarse de amarillo. Algo que se podría haber evitado sin tantos líos si Monzó no hubiera interpuesto sus intereses.
Lo cierto es que, a 36 días del cierre de alianzas, el supuesto frente que llevaría como candidato a De Angeli hace agua por todos lados, salvo que todos acepten ser candidatos del Pro y en los 41 días que restan para el cierre de listas puedan amalgamar una alternativa con candidatos que sea lo suficientemente coherente como para acompañar al ruralista.
Se supo además que Monzó envió a un emisario suyo, Sebastián García de Luca, a tratar de convencer al ex intendente de Paraná, Sergio Varisco, para que encabezara la lista de diputados nacionales por el frente, otro despropósito y que es una muestra más de su desconocimiento. ¿Se vendrá un “salivazo” de Saliva? (Agencia NOVA).
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