Pepe Scioli suena hoy por hoy como uno de los candidatos a encabezar la lista del colorado por una banca en el senado bonaerense para las próximas elecciones legislativas; podría ir por la quinta sección electoral.
De Narváez, por su parte, se encargó de cerrar filas con el dueño del diario La Capital entre otras empresas y se ocupó de alquilarle casi todos los carteles en la vía pública que maneja la empresa Sarmiento, propiedad de Aldrey Iglesias quien además tiene sintonía fina con el gobernador bonaerense Daniel Scioli.
Pulti en tanto, busca acercarse al kirchnerismo, pero por el momento son sólo movimientos estratégicos para no quedar solo.
Sucede que Pepe Scioli usará el apellido para marcar presencia desde la ciudad balnearia. El denarvaismo juega un doble comando discursivamente. Se ubica como opositor y pone, al mismo tiempo, a la gestión de Daniel Scioli como víctima de la presión del Gobierno Nacional. El sciolismo más puro usa a Pepe como fuerza de choque encubierta.
Y entre ese embate político-empresarial Pulti busca de asfixiado aunque tiene “pequeñas revanchas”. Multó al hermano del mandatario bonaerense cuando el colorado llegó a Mar del Plata y dijo que la ciudad es la más insegura del país.
En aquella ocasión, la gestión municipal de Acción Marplatense, se encargó de mostrarle su condición de visitante al colombiano y a Pepe. Multó duramente al hermano del gobernador por los afiches que desplegó en la ciudad balnearia como contravención en la vía pública.
Pulti y Aldrey Iglesias ya no viven aquella sociedad tácita. Se ve en las editoriales del diario La Capital. Desde las páginas de aquel matutino las posiciones difieren. Pulti quiere llevar adelante una consulta popular y avanzar sobre la policía comunal, una postura encontrada con lo que se opina en la editorial que sale desde la Avenida Champagnat de la ciudad feliz. (Letra P).
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