Son tumores benignos que pueden afectar a la glándula y al metabolismo. El 50 por ciento de la población argentina los tiene pero son asintomáticos. Se pueden extraer con una intervención muy sencilla.
Aproximadamente el 50 por ciento de la población argentina tiene nódulos en la tiroides y no lo sabe. La afección de esta glándula genera problemas en el metabolismo y entre el uno y el dos por ciento de los afectados puede llegar a desarrollar un carcinoma, por eso es importante realizarse chequeos.
Generalmente, las personas descubren que tiene nódulos de manera casual, por ejemplo, por estudios que se tienen que realizar en el cuello o porque el afectado pesa unos kilos de más y no los puede bajar. El problema es que son asintomáticos, y por ello es casi imposible darse cuenta que existe una afección a la tiroides.
Consultado sobre este tema, el Dr. Norman Jalil, especialista en Cirugía General y Endócrina de Sublimis comentó: "Los nódulos tiroideos son tumores que en su evolución tienden a crecer, y si bien son benignos en su mayoría, algunos pueden derivar en un carcinoma de tiroides que requiere un tratamiento especial. Por este motivo, habitualmente solicitamos estudios tales como la ecografía de alta resolución, la punción biopsia ecoguiada y análisis de laboratorio que nos ayudan a aconsejar a los pacientes cómo actuar en cada caso".
Si bien en la mayoría de los casos los nódulos no afectan al funcionamiento de la glándula, pueden asociarse a un aumento o defecto en la producción de estas hormonas. La hormona tiroidea es responsable del metabolismo, es decir de los procesos necesarios para la transformación de los nutrientes en energía.
Por lo tanto, los estados de hipotiroidismo (déficit hormonal) o el hipertiroidismo (exceso hormonal) afectan a muchos órganos y sistemas y deben ser corregidos.
Cuando un nódulo reúne criterios de sospecha, sólo la cirugía permite definir si se trata de un tumor maligno. La importancia de esta decisión radica en que estos tumores pueden ser curados si se toman a tiempo.
"Al momento de operar, existen dos formas de resolver el problema. Una es la cirugía tradicional, en la que se realiza una incisión de 6 cm en la base del cuello para acceder a la tiroides. La otra, aparece como resultado del desarrollo de las técnicas mini invasivas, y se basa en realizar una incisión de 1 cm y dos de 5 mm en el cuello. A través de pequeñas cámaras de alta resolución que ofrecen una imagen amplificada de área de trabajo, se puede completar la cirugía con gran precisión y seguridad" explicó el Dr. Jalil.
"Con esta técnica, hemos acercado a los pacientes la posibilidad de resolver un problema delicado de una manera más simple, ya que la operación dura una hora y media en promedio, es menos dolorosa, y ante todo ofrece resultados estéticos muy buenos", concluyo el especialista. (Asteriscos TV)
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