lunes, marzo 24, 2008

LUJAN. Los primeros 100 días de gobierno. Por Horacio Papaleo

LUJAN, Marzo 24, (PUNTO CERO-El Civismo) Desfilaban los artistas principales de la segunda noche del Encuentro de la Fe y la Historia y el hombre se paseaba por los camarines con una carpetita bajo el brazo. Nadie sabía qué hacía allí. El hombre en cuestión era Héctor Artero, secretario de Economía de la Comuna. Sin querer, esa imagen tal vez ayude a graficar los primeros 100 días de gobierno de la intendenta Graciela Rosso, que ya se cumplieron: la economía metida en cada rincón de la administración.
Rosso sabía que se postulaba para gobernar una ciudad que la gestión anterior endeudó en cifras millonarias. Lo sabía, pero para no dejar lugar a dudas y construir un respaldo para su accionar, Rosso lo eligió como eje de su discurso de asunción, aquel 11 de diciembre de 2007, y lo reiteró en cada ocasión que pudo.
A partir de entonces, los números marcaron la agenda con medidas que prometen sanear el rojo a futuro. Por ahora, lo prometen.
A tono con esa situación, se decretó la emergencia económica y se decidió la polémica feria administrativa durante todo el mes de enero, con resultados que nunca fueron debidamente informados. Se sabe de la presentación de proveedores con documentación de respaldo y se sabe del cese de gran cantidad de contratos de trabajo. También se sabe que en algún caso las acciones todavía están en marcha. "Paciencia", repiten los oficialistas.
En los pasos primarios de la gestión, se transitaron problemas complejos con marcada decisión. El resultado final todavía es una incógnita. Resta saber, por ejemplo, si se produjo una real disminución en la cantidad de funcionarios o si la eliminación del vilipendiado cargo de coordinador fue un maquillaje para trabajar, funcionario más o menos, con la misma cantidad de colaboradores que el gabinete saliente.
Durante los pasajes iniciales de la administración Rosso, corrieron paralelos dos ejes de acción: las medidas para acomodar las arcas, pero también para construir poder.
¿De qué se trata esto último? De esbozar ante la opinión pública que la persona a quien eligieron para manejar los destinos de la ciudad, irá de frente contra todo aquello que se oponga al objetivo público. Por lo menos, así sería una manera teórica de definirlo.
¿Cómo se aplica esta construcción en la práctica? Fundamentalmente, con medidas de alto impacto y profundizando el bisturí en sectores que hacen al cimiento de un poder comunal y que no necesariamente desarrollan su actividad en la casa municipal.
En el marco de los primeros días de gobierno -aunque, en realidad, lo resolvió en las primeras semanas- la intendenta fue a la Comisaría Luján Primera y le gritó al jefe policial qué era lo que debía hacer esa noche para controlar a los locales nocturnos. El entredicho pasó, pero días más tarde llegó el traslado del capitán y se designó a uno nuevo. Quedó claro, puertas afuera, quién ganó la discusión.
Rosso tampoco tuvo reparos a la hora de mover los hilos necesarios para lograr el desembarco de un hombre de su confianza en la titularidad del Pami. Los jubilados protestaron, pero todo quedó como le agradó a Rosso.
En su propio terreno, donde es innegable que juega de local, alguien osó enfrentarla con la resistencia al cambio. Y así le fue al tesorero municipal que Rosso heredó de la gestión anterior. Suspensión preventiva, pedido de apoyo al Concejo Deliberante (concedido) y denuncia pública por presunta malversación de fondos, respaldada en un detallado decreto en el que exponen las presuntas maniobras.
Las fajas de clausura que aparecen en los frentes de locales nocturnos y un funcionario a cargo del área de inspección que asegura públicamente trabajar sin que nadie le dicte perdones o acciones, es otro eslabón en esa construcción de poder.

CONTRATIEMPOS
En los primeros metros de este camino de cuatro años de gestión, se abrió una grieta que todavía no se cerró. Rosso proyectó (así lo expresó en la campaña) construir gran parte de su gobierno con inversiones y trabajo en pos del desarrollo productivo. Por razones de salud, renunció el hombre al que le confió la tarea de guiar ese sector.
Héctor Gaillardín dimitió a su cargo de secretario de Desarrollo Productivo en enero pasado, se le rechazó el pedido, y lo reiteró en febrero. Rosso aún no dio a conocer cómo resolverá esta vacante clave, si el desarrollo productivo sigue al tope de la planificación.
En ese aspecto, resta avanzar sobre temas de alto impacto como la revisión del Código de Reordenamiento Urbano, el turismo y el medio ambiente.
Hasta ahora, el director de Turismo se limitó a decir que se relevan todas las explotaciones balnearias y que habrá licitación pública. Definir cómo se mejorará y se explotará la oferta turística local es un tema que la administración Prince, después de aquel intento fallido de la S.A., no supo solucionar, y quedó pendiente para las autoridades entrantes. Hoy las concesiones están vencidas y tal como informó este medio, hay edificios con alto potencial comercial que parecen en ruinas.
Tampoco se llegó a definir el tono de la relación con uno de los sectores que, con su justo e irresuelto reclamo, supo acorralar a las autoridades anteriores: los vecinos de Jáuregui que reclaman un ambiente sin contaminación. Apenas se intentó concertar un encuentro entre las partes, pero no hay avances al respecto.
Tal vez en la casa municipal se lo entienda como un tema menor, pero los primeros 100 días de gestión tienen una pequeña mancha en la relación con la comunidad. Por razones que quizás algún día se dignen a explicar, las autoridades del Hospital no repararon en la importancia de una campaña solidaria y tiraron lo que, con esfuerzo, juntaron incontable cantidad de vecinos.
Están a tiempo de asumir responsabilidades, decir cuál fue el destino de las ya famosas tapitas de plástico, admitir si se tiraron o se vendieron, barajar y dar de nuevo, para que la gente vuelva a confiar en que puede aportar su granito de arena para ayudar a los demás. Es un tema que no reside en el valor monetario, sino moral.
Por último, cabe señalar que en estos 100 días de gestión una sociedad crucial para avanzar en políticas de Estado no ha mostrado fisuras: el apoyo a todo lo proveniente del Departamento Ejecutivo por parte del bloque peronista del Partido de la Victoria. Hasta ahora, se priorizó la convivencia bajo el paraguas protector del Frente para la Victoria. Nadie se anima a apostar cuánto durará ese idilio. (PUNTO CERO-El Civismo).

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