PERGAMINO, Marzo 27, (PUNTO CERO-La Opinión) Desde España, donde se encuentra en una misión de cooperación internacional, el intendente Héctor Gutiérrez sigue con preocupación los sucesos que se viven en el país y particularmente en Pergamino, con relación al conflicto del campo.
LA OPINION mantuvo un diálogo telefónico con el jefe comunal, a través del cual Gutiérrez expresó su punto de vista sobre el particular momento que mantiene en vilo a todos los argentinos.
“En primer término, el aumento de las retenciones causa un importante impacto en las economías locales y golpea en el crecimiento y el desarrollo del interior del país; en segundo lugar castiga a un sector que ha hecho un aporte importante al modelo de incorporación y desarrollo social que nosotros compartimos y que debe ser financiado, entre otros sectores, por el rural; en tercer término no es justo que al pequeño y mediano se lo confunda con los grandes grupos concentradores del sector, como son los pool de siembra y exportación, además de la intermediación, porque ellos sí están haciendo grandes negocios a expensas de nuestros productores rurales”, señaló Gutiérrez al ser consultado sobre su opinión con relación al aumento de las retenciones.
Dándole continuidad a la idea dijo que “cualquier gobierno progresista tiene que replantearse la discusión del sistema tributario, pues tenemos uno que está vigente desde hace 40 años. Hay sectores de la economía que se han visto beneficiados por la devaluación que impulsó Duhalde en su presidencia, y que fue amortizada por trabajadores, jubilados y ahorristas en aras de todo el sector productivo, no sólo el agropecuario sino también el industrial que vio licuado su pasivo y ello permitió poner nuevamente en marcha la economía después de la debacle de 2001”.
En el mismo sentido reforzó la idea al asegurar que “el agro ha sido privilegiado junto a todo el sector productivo de la Argentina, por eso no se le puede achacar solamente a los productores del campo las ventajas que tuvieron oportunamente” y que ante ello “tiene que haber un grado de imaginación de parte del Gobierno que proponga un sistema de distribución de la contribución, que no signifique gravar siempre al mismo sector, porque sería más de lo mismo, lo que produce un gran desaliento en las economías del interior”.
- Respecto a la situación social surgida el martes a la noche, ¿cuál es su análisis?
- Creo que la presidenta está mal aconsejada y que la obligación principal del Gobierno es garantizar la paz social.
También debe tener en claro que los pequeños y medianos productores de nuestras regiones no es la oligarquía vacuna, y es muy grave si el Gobierno confunde esto. De los establecimientos agropecuarios que hoy surgen los reclamos dependen porciones inmensas de ciudadanos y obreros, con lo cual la responsabilidad de los gobiernos comunales es advertirle a las autoridades provinciales y nacionales de que hay que garantizar la paz social y abrir instancias de diálogo que permitan descomprimir la situación para hallar una salida equitativa.
- ¿Qué salida se puede vislumbrar a este conflicto?
- Las declaraciones públicas de la presidenta cerraron una etapa. La primera mandataria debe ser una instancia última de resolución del conflicto.
El Gobierno no tendría que desarrollar la teoría de amigo-enemigo, es decir no encontrar un falso adversario con el cual confrontar y colocar a una porción de la sociedad en contra de otra fracción del pueblo. Reitero que no es la oligarquía vacuna la que está enfrente, sino los pequeños y medianos productores.
Además hay que lograr que las entidades agropecuarias vuelvan a tener representatividad frente a sus asociados, pues hoy están desbordadas y el Gobierno no tiene interlocutores. Los piquetes son pequeñas asambleas populares que resuelven por sí mismas, entonces hay que sentar a la mesa a las entidades y que vuelva el diálogo.
- No obstante el Gobierno se mantiene intransigente y no da señales de abrir el diálogo...
- Esto agudiza la falsa contradicción del Gobierno, porque no existe un enemigo de parte de los productores. La Federación Agraria representa a las Pymes agropecuarias y las sociedades rurales del interior –que no es la Sociedad Rural Argentina- están integradas por empresarios que contribuyen al enriquecimiento del país y no representan a la especulación ganadera que puede expresar la SRA.
El Gobierno se equivoca cuando, por ejemplo, equipara al grupo Los Grobo que maneja 15 mil hectáreas, con nuestros productores que tienen 50 hectáreas o con el tractorista que está en el piquete porque ve peligrar su fuente de subsistencia.
LA OPINION mantuvo un diálogo telefónico con el jefe comunal, a través del cual Gutiérrez expresó su punto de vista sobre el particular momento que mantiene en vilo a todos los argentinos.
“En primer término, el aumento de las retenciones causa un importante impacto en las economías locales y golpea en el crecimiento y el desarrollo del interior del país; en segundo lugar castiga a un sector que ha hecho un aporte importante al modelo de incorporación y desarrollo social que nosotros compartimos y que debe ser financiado, entre otros sectores, por el rural; en tercer término no es justo que al pequeño y mediano se lo confunda con los grandes grupos concentradores del sector, como son los pool de siembra y exportación, además de la intermediación, porque ellos sí están haciendo grandes negocios a expensas de nuestros productores rurales”, señaló Gutiérrez al ser consultado sobre su opinión con relación al aumento de las retenciones.
Dándole continuidad a la idea dijo que “cualquier gobierno progresista tiene que replantearse la discusión del sistema tributario, pues tenemos uno que está vigente desde hace 40 años. Hay sectores de la economía que se han visto beneficiados por la devaluación que impulsó Duhalde en su presidencia, y que fue amortizada por trabajadores, jubilados y ahorristas en aras de todo el sector productivo, no sólo el agropecuario sino también el industrial que vio licuado su pasivo y ello permitió poner nuevamente en marcha la economía después de la debacle de 2001”.
En el mismo sentido reforzó la idea al asegurar que “el agro ha sido privilegiado junto a todo el sector productivo de la Argentina, por eso no se le puede achacar solamente a los productores del campo las ventajas que tuvieron oportunamente” y que ante ello “tiene que haber un grado de imaginación de parte del Gobierno que proponga un sistema de distribución de la contribución, que no signifique gravar siempre al mismo sector, porque sería más de lo mismo, lo que produce un gran desaliento en las economías del interior”.
- Respecto a la situación social surgida el martes a la noche, ¿cuál es su análisis?
- Creo que la presidenta está mal aconsejada y que la obligación principal del Gobierno es garantizar la paz social.
También debe tener en claro que los pequeños y medianos productores de nuestras regiones no es la oligarquía vacuna, y es muy grave si el Gobierno confunde esto. De los establecimientos agropecuarios que hoy surgen los reclamos dependen porciones inmensas de ciudadanos y obreros, con lo cual la responsabilidad de los gobiernos comunales es advertirle a las autoridades provinciales y nacionales de que hay que garantizar la paz social y abrir instancias de diálogo que permitan descomprimir la situación para hallar una salida equitativa.
- ¿Qué salida se puede vislumbrar a este conflicto?
- Las declaraciones públicas de la presidenta cerraron una etapa. La primera mandataria debe ser una instancia última de resolución del conflicto.
El Gobierno no tendría que desarrollar la teoría de amigo-enemigo, es decir no encontrar un falso adversario con el cual confrontar y colocar a una porción de la sociedad en contra de otra fracción del pueblo. Reitero que no es la oligarquía vacuna la que está enfrente, sino los pequeños y medianos productores.
Además hay que lograr que las entidades agropecuarias vuelvan a tener representatividad frente a sus asociados, pues hoy están desbordadas y el Gobierno no tiene interlocutores. Los piquetes son pequeñas asambleas populares que resuelven por sí mismas, entonces hay que sentar a la mesa a las entidades y que vuelva el diálogo.
- No obstante el Gobierno se mantiene intransigente y no da señales de abrir el diálogo...
- Esto agudiza la falsa contradicción del Gobierno, porque no existe un enemigo de parte de los productores. La Federación Agraria representa a las Pymes agropecuarias y las sociedades rurales del interior –que no es la Sociedad Rural Argentina- están integradas por empresarios que contribuyen al enriquecimiento del país y no representan a la especulación ganadera que puede expresar la SRA.
El Gobierno se equivoca cuando, por ejemplo, equipara al grupo Los Grobo que maneja 15 mil hectáreas, con nuestros productores que tienen 50 hectáreas o con el tractorista que está en el piquete porque ve peligrar su fuente de subsistencia.
Por lo tanto el llamado es a pacificar primero y a apelar a instancias de diálogo después. (PUNTO CERO-La Opinión).
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