LA PLATA, Agosto 27, (PUNTO CERO-La Política On Line) La gestión de Bruera descubrió un notable desmanejo financiero del ex intendente, quien hoy oficia de gerente de Aerolíneas Argentinas, una empresa quebrada. Incluye 24 millones de deuda con el Banco Provincia.
La gestión del actual gerente General de Aerolíneas Argentinas, Julio Alak, como intendente de La Plata, amenaza con convertirse en un escándalo. La gigantesca deuda flotante que dejó ya le valieron una denuncia por administración fraudulenta y peculado.
“Se llevaron hasta el aire acondicionado”, denunció a La Política Online la presidenta de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante, Teresa Razzari.
Es muy posible que por estas horas Alak se esté preguntando si fue afortunada su decisión de aceptar la gerencia General de Aerolíneas Argentinas, una empresa que dista de estar normalizada. Para peor, Alak debe soportar la embestida del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y su jefe, el ministro Julio de Vido, que nunca le perdonaron su condición de “protegido” del ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hoy casi una mala palabra en el kirchnerismo duro.
Pero la retaguardia también se esta complicando para este hábil político que gobernó La Plata durante 16 años. Es que su sucesor, Pablo Bruera, acaba de descubrir que el último mandato de Alak –según la información de las propias autoridades- incluyó un notable desmanejo financiero, que ya derivó en denuncias judiciales.
Es que la gestión de Alak – a quien todos le reconocen sus primeros dos mandatos y le critican especialmente el último- dejó una deuda de aproximadamente 60 millones de pesos según afirmó a La Política Online la presidenta de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante platense, Teresa Razzari.
Este año, el intendente Pablo Bruera deberá pagar 20 millones de deuda consolidada y 16 millones de deuda flotante. Además hay una deuda con el Banco Provincia (Bapro) que asciende a 24 millones si se agregan amortizaciones e intereses.
Razzari, que además preside el partido Progreso Social, detalló a La Política Online las características de la deuda. Según explicó, Bruera se encontró con una deuda consolidada (deuda a largo plazo de una entidad pública) de 20 millones de pesos, más una deuda flotante (deuda pública a corto plazo no consolidada) de otros 16 millones.
Mientras que las obligaciones con el Bapro se prorrogaron por 18 meses, y asciende a 14 millones de pesos. Aunque, según expuso la concejala, “entre amortizaciones e intereses se suman otros 10 millones”.
Por más que las deudas se paguen por el ejercicio de 2007, la Municipalidad debe hacerse cargo del pasivo este año con el presupuesto actual. Ese es un mecanismo común en los balances económicos de las empresas. El problema es en rigor político, ya que la “empresa” en este caso cambió de responsable y las nuevas autoridades creen que sus antecesores les dejaron una verdadera “bomba de tiempo”.
Los gastos se disparan
Razzari explicó que hasta la mitad del año pasado, la gestión de Alak pagaba al día, pero desde junio hasta las elecciones de octubre no pagó más, y desde las elecciones hasta el 10 de diciembre “consolidaron esa deuda”.
Ante esta situación, la gestión de Bruera logró aprobar una ordenanza de Emergencia Administrativa, por la que los acreedores de esos 20 millones de pesos de deuda consolidada deben demostrar que se les debe esa plata.
Esa norma apunta a la verificación del pasivo, ya que según Razzari “había casos como el del dueño de una radio de Dolores, que figuraba como un reclamo de 30 mil pesos en materia de publicidad a la intendencia de Julio Alak y cuando se lo consultó, el hombre sólo pedía 300 pesos por haber pasado un anuncio por hora de “Ciudad Limpia”. Los 30 mil pesos eran para una empresa de comunicaciones que se encargaba de que se hiciera publicidad del Municipio en distritos del interior de la Provincia, en donde, como sabemos, no hay vecinos platenses”.
Según la presidenta de la Comisión de Hacienda, a través de esa ordenanza el gobierno de Bruera estuvo durante seis meses ordenando el pasaje de gestión (ya pagó el 40 por ciento de la deuda consolidada antes de mayo) y recién a partir de ahora puede actuar con la propia impronta. Una situación similar a la que enfrentó Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires.
Deuda flotante
Con respecto a la deuda flotante, la gestión de Bruera hizo una denuncia por administración fraudulenta y peculado (hurto de fondos públicos cometido por aquel a quien está confiada su administración) ante la Unidad Fiscal de Investigaciones Complejas (UFIC) Nº8, que como consta en la Instrucción Penal Preparatoria (IPP)
nº 2822/08 se refiere al “otorgamiento de horas extras en exceso no cumplidas por el personal y/o con desconocimiento del mismo y cobradas por funcionarios y responsables del área”.
En ese sentido, Razzari justificó la “voracidad fiscal” con la que había caracterizado a la gestión actual José Ramón Arteaga, jefe del bloque kirchnerista en el Concejo Deliberante, diciendo que es la única manera de recuperar un “municipio fundido”. De nuevo, las coincidencias con la gestión porteñas son notables, ya que Macri también denunció una inesperada deuda flotante y arrancó su gestuión aumentando el ABL.
Razzari contó además que se llevaron hasta los “mouses” de las computadoras y aparatos de aire acondicionado. Por este tema hay también una denuncia en la UFIC Nº8, “por delito de peculado por el faltante de bienes muebles pertenecientes al patrimonio público municipal”. La concejala detalló que en el inventario presentado hay 8000 piezas.
Las deudas con el Bapro
La concejala explicó que el Municipio le debe 14 millones al BAPRO y que por un acuerdo “leonino” con la anterior gestión se le deberá pagar “más 10 millones entre amortizaciones e intereses”.
A esto se suma la deuda de contribuyentes, que según afirma Razzari: “El alakismo nos dejó una deuda de tasa SUM (Servicios Urbanos Múltiples) de casi un presupuesto entero”. Es decir que el Municipio no estuvo muy activo a la hora de cobrar, ya que según detalla la Memoria de la Contaduría General del ejercicio 2007, la deuda asciende a 318.918.614 pesos. “Es un activo, es decir que se puede cobrar y para ello se hallan en estado judicial 65 millones en la UFIC”, afirmó la edil.
En ese sentido la concejala recordó que “en mayo aprobamos las rendiciones de cuenta de los ejercicios anteriores. Es novedoso porque teníamos que aprobar una rendición de cuentas que nosotros no ejercimos. Pensábamos que la Municipalidad de La Plata estaba en bancarrota pero no en la desidia”, remarcó.
Desde la Coalición Cívica, el concejal Oscar Negrelli había manifestado su indignación a La Política Online ante los dichos de la concejala, ya que consideraba contradictoria esa actitud si después ella misma había aprobado la rendición de cuentas. “Eso lo dice Negrelli porque no gobierna. No le aprobamos las cuentas al alakismo, aprobamos la herramienta técnica para poder contar con el presupuesto para gestionar”, se defendió Razzari.
“Además hicimos observaciones en la rendición de cuentas, por ejemplo en publicidad a una empresa en particular, la Red 92 (que engloba al diario Hoy), a la que le pagaron 11 millones de pesos, cuando tenían autorizado un máximo de 4 millones”, detalló la funcionaria. Razzari explicó que la gestión de Bruera buscará alcanzar la autonomía económica municipal.
La gestión del actual gerente General de Aerolíneas Argentinas, Julio Alak, como intendente de La Plata, amenaza con convertirse en un escándalo. La gigantesca deuda flotante que dejó ya le valieron una denuncia por administración fraudulenta y peculado.
“Se llevaron hasta el aire acondicionado”, denunció a La Política Online la presidenta de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante, Teresa Razzari.
Es muy posible que por estas horas Alak se esté preguntando si fue afortunada su decisión de aceptar la gerencia General de Aerolíneas Argentinas, una empresa que dista de estar normalizada. Para peor, Alak debe soportar la embestida del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y su jefe, el ministro Julio de Vido, que nunca le perdonaron su condición de “protegido” del ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hoy casi una mala palabra en el kirchnerismo duro.
Pero la retaguardia también se esta complicando para este hábil político que gobernó La Plata durante 16 años. Es que su sucesor, Pablo Bruera, acaba de descubrir que el último mandato de Alak –según la información de las propias autoridades- incluyó un notable desmanejo financiero, que ya derivó en denuncias judiciales.
Es que la gestión de Alak – a quien todos le reconocen sus primeros dos mandatos y le critican especialmente el último- dejó una deuda de aproximadamente 60 millones de pesos según afirmó a La Política Online la presidenta de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante platense, Teresa Razzari.
Este año, el intendente Pablo Bruera deberá pagar 20 millones de deuda consolidada y 16 millones de deuda flotante. Además hay una deuda con el Banco Provincia (Bapro) que asciende a 24 millones si se agregan amortizaciones e intereses.
Razzari, que además preside el partido Progreso Social, detalló a La Política Online las características de la deuda. Según explicó, Bruera se encontró con una deuda consolidada (deuda a largo plazo de una entidad pública) de 20 millones de pesos, más una deuda flotante (deuda pública a corto plazo no consolidada) de otros 16 millones.
Mientras que las obligaciones con el Bapro se prorrogaron por 18 meses, y asciende a 14 millones de pesos. Aunque, según expuso la concejala, “entre amortizaciones e intereses se suman otros 10 millones”.
Por más que las deudas se paguen por el ejercicio de 2007, la Municipalidad debe hacerse cargo del pasivo este año con el presupuesto actual. Ese es un mecanismo común en los balances económicos de las empresas. El problema es en rigor político, ya que la “empresa” en este caso cambió de responsable y las nuevas autoridades creen que sus antecesores les dejaron una verdadera “bomba de tiempo”.
Los gastos se disparan
Razzari explicó que hasta la mitad del año pasado, la gestión de Alak pagaba al día, pero desde junio hasta las elecciones de octubre no pagó más, y desde las elecciones hasta el 10 de diciembre “consolidaron esa deuda”.
Ante esta situación, la gestión de Bruera logró aprobar una ordenanza de Emergencia Administrativa, por la que los acreedores de esos 20 millones de pesos de deuda consolidada deben demostrar que se les debe esa plata.
Esa norma apunta a la verificación del pasivo, ya que según Razzari “había casos como el del dueño de una radio de Dolores, que figuraba como un reclamo de 30 mil pesos en materia de publicidad a la intendencia de Julio Alak y cuando se lo consultó, el hombre sólo pedía 300 pesos por haber pasado un anuncio por hora de “Ciudad Limpia”. Los 30 mil pesos eran para una empresa de comunicaciones que se encargaba de que se hiciera publicidad del Municipio en distritos del interior de la Provincia, en donde, como sabemos, no hay vecinos platenses”.
Según la presidenta de la Comisión de Hacienda, a través de esa ordenanza el gobierno de Bruera estuvo durante seis meses ordenando el pasaje de gestión (ya pagó el 40 por ciento de la deuda consolidada antes de mayo) y recién a partir de ahora puede actuar con la propia impronta. Una situación similar a la que enfrentó Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires.
Deuda flotante
Con respecto a la deuda flotante, la gestión de Bruera hizo una denuncia por administración fraudulenta y peculado (hurto de fondos públicos cometido por aquel a quien está confiada su administración) ante la Unidad Fiscal de Investigaciones Complejas (UFIC) Nº8, que como consta en la Instrucción Penal Preparatoria (IPP)
nº 2822/08 se refiere al “otorgamiento de horas extras en exceso no cumplidas por el personal y/o con desconocimiento del mismo y cobradas por funcionarios y responsables del área”.
En ese sentido, Razzari justificó la “voracidad fiscal” con la que había caracterizado a la gestión actual José Ramón Arteaga, jefe del bloque kirchnerista en el Concejo Deliberante, diciendo que es la única manera de recuperar un “municipio fundido”. De nuevo, las coincidencias con la gestión porteñas son notables, ya que Macri también denunció una inesperada deuda flotante y arrancó su gestuión aumentando el ABL.
Razzari contó además que se llevaron hasta los “mouses” de las computadoras y aparatos de aire acondicionado. Por este tema hay también una denuncia en la UFIC Nº8, “por delito de peculado por el faltante de bienes muebles pertenecientes al patrimonio público municipal”. La concejala detalló que en el inventario presentado hay 8000 piezas.
Las deudas con el Bapro
La concejala explicó que el Municipio le debe 14 millones al BAPRO y que por un acuerdo “leonino” con la anterior gestión se le deberá pagar “más 10 millones entre amortizaciones e intereses”.
A esto se suma la deuda de contribuyentes, que según afirma Razzari: “El alakismo nos dejó una deuda de tasa SUM (Servicios Urbanos Múltiples) de casi un presupuesto entero”. Es decir que el Municipio no estuvo muy activo a la hora de cobrar, ya que según detalla la Memoria de la Contaduría General del ejercicio 2007, la deuda asciende a 318.918.614 pesos. “Es un activo, es decir que se puede cobrar y para ello se hallan en estado judicial 65 millones en la UFIC”, afirmó la edil.
En ese sentido la concejala recordó que “en mayo aprobamos las rendiciones de cuenta de los ejercicios anteriores. Es novedoso porque teníamos que aprobar una rendición de cuentas que nosotros no ejercimos. Pensábamos que la Municipalidad de La Plata estaba en bancarrota pero no en la desidia”, remarcó.
Desde la Coalición Cívica, el concejal Oscar Negrelli había manifestado su indignación a La Política Online ante los dichos de la concejala, ya que consideraba contradictoria esa actitud si después ella misma había aprobado la rendición de cuentas. “Eso lo dice Negrelli porque no gobierna. No le aprobamos las cuentas al alakismo, aprobamos la herramienta técnica para poder contar con el presupuesto para gestionar”, se defendió Razzari.
“Además hicimos observaciones en la rendición de cuentas, por ejemplo en publicidad a una empresa en particular, la Red 92 (que engloba al diario Hoy), a la que le pagaron 11 millones de pesos, cuando tenían autorizado un máximo de 4 millones”, detalló la funcionaria. Razzari explicó que la gestión de Bruera buscará alcanzar la autonomía económica municipal.
“La gestión de Alak se perdió por depender en un 60 por ciento de la coparticipación y descuidar la recaudación interna”, afirmó y explicó que el objetivo ahora será obtener recursos para pagar los servicios propios y utilizar lo que se reciba de la coparticipación federal para desarrollo social. (PUNTO CERO-La Política On Line).
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