JOSE C. PAZ, Agosto 28, (PUNTO CERO) La violencia es un fenómeno histórico que se relaciona con condiciones sociales particulares. Explicar su etiología sólo por características individuales de origen biológico o psicológico reduce su esencia y desdibuja los efectos del proceso interactivo entre individuos y entre éstos y sus ambientes sociales concretos. La razón de la violencia hay que encontrarla en el cruce de factores negativos del individuo y de la sociedad. Frente al debilitamiento de los aparatos de justicia y control legal y ante la persistencia de condicionantes sociales, pueden generarse o reforzarse culturas de violencia que legitiman la fuerza como medio para resolver frustraciones, desavenencias, ansias desmedidas de lucro y poder.
Así mismo, la violencia se expresa tanto en escenarios de la vida privada como pública, en las relaciones entre ciudadanos y entre éstos y los estados. Amenaza tanto la construcción como la consolidación de regímenes republicanos y de procesos sociales de democratización de las respectivas sociedades.
La violencia no puede ser negociada. No pueden instituirse alianzas sobre el tipo de violencia que está permitida y el tipo de violencia que resultará condenada en un centro escolar o en otro ámbito de la sociedad. No puede justificarse cuando este bien o mal empleada, es decir, no hay posibilidad axiológica alguna. Las expresiones de violencia general pueden clasificarse en:
Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños y ancianos.
Violencia Cotidiana. Se sufre diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas y la palabra empeñada, por el maltrato en el transporte público, por las largas y burocraticas esperas, por la indiferencia al sufrimiento, por la inseguridad y accidentes. Todos aportamos y somos parte de una lucha cuyo escenario se convierte, exponencialmente, en una selva urbana.
Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las llamadas coimas como: dirección de algunas instituciones y las prácticas de nepotismo institucional.
Violencia Socio-económica. Es la reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente manifestado en la falta o desigualdad de oportunidad.
Violencia Cultural. La existencia de una Argentina oficial y una Argentina profunda son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, prácticas mafiosas, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo.
Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad: el éxito fácil. El winner es el “vivo” que rompe las reglas, el amigo del juez, el conocido del poderoso. Todas estas expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar. Esto es algo en donde nadie puede mostrase flexible, pues la violencia es un fenómeno que debe ser erradicado y denunciado de inmediato. Las conductas violentas no deben tener cabida en ningún lugar y desde luego NUNCA en los centros escolares ni en los edificios públicos como parece ser costumbre en muchos lugares.
Así mismo, la violencia se expresa tanto en escenarios de la vida privada como pública, en las relaciones entre ciudadanos y entre éstos y los estados. Amenaza tanto la construcción como la consolidación de regímenes republicanos y de procesos sociales de democratización de las respectivas sociedades.
La violencia no puede ser negociada. No pueden instituirse alianzas sobre el tipo de violencia que está permitida y el tipo de violencia que resultará condenada en un centro escolar o en otro ámbito de la sociedad. No puede justificarse cuando este bien o mal empleada, es decir, no hay posibilidad axiológica alguna. Las expresiones de violencia general pueden clasificarse en:
Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños y ancianos.
Violencia Cotidiana. Se sufre diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas y la palabra empeñada, por el maltrato en el transporte público, por las largas y burocraticas esperas, por la indiferencia al sufrimiento, por la inseguridad y accidentes. Todos aportamos y somos parte de una lucha cuyo escenario se convierte, exponencialmente, en una selva urbana.
Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las llamadas coimas como: dirección de algunas instituciones y las prácticas de nepotismo institucional.
Violencia Socio-económica. Es la reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente manifestado en la falta o desigualdad de oportunidad.
Violencia Cultural. La existencia de una Argentina oficial y una Argentina profunda son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, prácticas mafiosas, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo.
Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad: el éxito fácil. El winner es el “vivo” que rompe las reglas, el amigo del juez, el conocido del poderoso. Todas estas expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar. Esto es algo en donde nadie puede mostrase flexible, pues la violencia es un fenómeno que debe ser erradicado y denunciado de inmediato. Las conductas violentas no deben tener cabida en ningún lugar y desde luego NUNCA en los centros escolares ni en los edificios públicos como parece ser costumbre en muchos lugares.
Por eso requieren de una lucha conjunta de todos los miembros que forman la comunidad sea de la índole que sea. El problema de la violencia debe ser abordado sin dramatismo, pero con firmeza y en toda su magnitud. Se debe evitar el miedo y la angustia que la violencia produce para no caer en la impotencia y actuar desde una postura reflexiva que nos permita encarar abordajes acordes a su complejidad. (PUNTO CERO).
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