Para hablar del desarrollo del último Eco Canje, el número 20, se puede citar una constante: la gran respuesta de la ciudadanía a una propuesta de cambio ecológico y de actitudes como ciudadanos. Y también se puede plantear la noción de interés público; de qué pasa cuando una iniciativa le sirve a la comunidad.
Un 8 de diciembre de 2007 los pringlenses se acercaron, quizás tímidamente, a una invitación nueva e interesante que surgía de la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos de la Municipalidad de Coronel Pringles. El anfitrión: Juan David Heredia, quien vio en esta idea una nueva forma de concientizar a los pringlenses sobre el tratamiento que se le puede y debe dar a la basura que nosotros mismos originamos.
Los números de botellas, cartón y papel fueron creciendo con el tiempo; al igual que los vecinos que, edición tras edición, canjeaban sus desechos por abono orgánico elaborado por la propia Planta.
Al Eco Canje, incipiente pero inmediatamente apropiado por la gente, se fueron sumando otras iniciativas, gracias a la buena convocatoria y respuesta de la ciudadanía. En fechas especiales se acercaron juguetes para instituciones locales que trabajan en el ámbito de los más pequeños. Y nuevamente los logros fueron superados, porque la solidaridad sigue siendo una de las características positivas que siempre nos ha distinguido.
Y con el deseo de hacer más se sumó la recolección de las tapitas de envases de gaseosas, para colaborar con la campaña de ayuda al Hospital de Pediatría Garrahan, tarea que se sigue realizando. Se suman las pilas usadas, para que no vayan con la basura domiciliaria; la búsqueda de familias adoptivas para cachorros y periódicamente se entregan libros de texto a entidades locales. La idea original se fue diversificando y generando mayor atención y adhesión.
El sábado pasado el Eco Canje, en su edición número 20, alcanzó una cifra record que nos sigue sorprendiendo a todos y que demuestra el alcance que ha tenido esta propuesta: 23.624 botellas canjeadas. Número grande, si se quiere, contra los 698 de la primera edición. A esta cifra hay que sumarle los 825 kilos de papel y cartón y 23 kilos de tapas. A cambio fueron entregados 83 árboles del vivero municipal; 2.196 kilos de abono (lombricompuesto) y 230 plantines donados por un joven que demuestra el potencial que debemos cuidar como sociedad.
Como ya es tradición, se contó con la colaboración de un grupo de alumnos de la Escuela Agrotécnica y del INTA local. Hay que decirlo y repetirlo: su ayuda siempre fue un aporte importante, al igual que el trabajo que realiza el personal de la Planta de Tratamiento de Residuos, dependiente de la Dirección de Servicios Urbanos de la Municipalidad de Coronel Pringles.
Y resulta que hoy, luego de varios sábados, la comunidad ya no necesita invitación para ir a la Plaza San Martín; ni que se le recuerde que el abono es producto de nuestros residuos. Hoy los pringlenses saben que el Eco Canje es útil en lo ecológico; en lo económico; en lo educativo y en lo social. Y es en la unión de estas dimensiones donde se ve claramente el porqué a la plaza van niños, jóvenes, adultos y mayores; sin distinción de ningún tipo. Se va como vecino particular para sumar voluntades y proyectos como comunidad. Y eso es tan valioso y potente, como simple fue la idea de empezar el Eco Canje en Pringles.
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