(La Política On Line). La intervención del Consejo Escolar platense generó fuertes acusaciones entre el oficialismo y la oposición en el Concejo Deliberante que casi desembocan en una pelea de puños. Detrás de una mala administración se mezclan denuncias de desvío de fondos, supuestos pedidos de renuncia al ministro Mario Oporto y una feroz disputa entre gremios.
El Concejo Deliberante de La Plata volvió a tener los debates calientes que no albergaba desde hacía tiempo luego de un aparente cruce entre el bruerismo y el sciolismo por el irregular Consejo Escolar de la capital de la provincia.
El conflicto con esa institución viene desde el año pasado, cuando en julio del año pasado, la Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno bonaerense que encabeza Mario Oporto dispuso su intervención luego de una auditoría que encontró irregularidades en el sistema de administración de los fondos públicos que estaban destinados a obras en las escuelas platenses.
El presidente del Consejo Escolar, el bruerista Guillermo Correa, fue desplazado entonces de la cabeza de ese organismo y reemplazado temporalmente por el funcionario provincial Carlos Navajas. Hace cuatro meses Correa volvió a la presidencia del Consejo.
Pero la provincia volvió a designar un auditor hace unos quince días, lo que ameritó sospechas en la oposición, que denunció irregularidades como la falta de un registro de proveedores en el Consejo, además de la sobrefacturación de cartuchos de impresora y la compra de casi 900 resmas de papel en sólo dos meses.
En ese sentido, el concejal de Unión Pro, Gonzalo Atanasof denunció que “ya hubo desplazamientos de funcionarios, intervenciones y continúan las irregularidades con respecto al manejo y la administración de los fondos”.
Para despejar las dudas, el pasado 4 de septiembre Correa acudió a la Sala de Relatores del Concejo Deliberante para dar explicaciones, pero le terminó agregando más pimienta al conflicto al declarar que la auditoría del año pasado fue “peor” que su gestión, ya que “hubo procedimientos irregulares”.
A partir de esas declaraciones, desde la oposición comenzaron a especular con una interna entre la gestión del bruerismo y la de Educación del gobierno que encabeza Daniel Scioli.
Incluso dijeron a La Política Online que el intendente Pablo Bruera estaba furioso con Oporto y se disponía a “entregar” a Correa a cambio de la renuncia del ministro o al menos del Director de Infraestructura de esa cartera, Marcelo Gardinetti.
Esto fue desmentido de plano por la mujer fuerte del bruerismo en el Concejo Deliberante, Teresa Razzari. “Es como pedir la cabeza de Scioli o de Alberto Pérez”, ironizó la concejal ante este medio.
La riña
Luego de la visita de Correa, el concejal alakista Sebastián Tangorra presentó un pedido de informes pero no logró que se aprobara puesto que su banca tiene sólo dos ediles. Después de que su pedido pasara a archivo y tras ser interrumpido por el presidente del Concejo, Javier Pacharotti, que le señaló que su tiempo de exposición reglamentario había acabado, el “Mono” Tangorra le propuso “arreglar los problemas afuera”, es decir, lo invitó a definir a las trompadas sus diferencias políticas (Pacharotti es uno de los delfines de Bruera).
En tanto que con la información que aportó el consejero escolar de Unión Pro, Francisco Gorchs, los concejales de esa fuerza, José Arteaga y Atanasof, lograron que se aprobara un pedido de informes luego de acordar con el bloque oficialista, que en ese texto consiguió incluir un viejo reclamo.
Los brueristas quieren saber si en 2007, la consejera escolar Erica López, perteneciente al alakismo, estaba autorizada a rescindir un contrato con una empresa que debía construir un jardín de infantes en el barrio de Villa Elvira.
Pero más allá de estas irregularidades que admiten en el mismo oficialismo –Razzari dijo a La Política Online que la situación de las escuelas es alarmante y el Consejo Escolar no está funcionado como debe para solucionarlo-, detrás de todas estas denuncias se esconde, según el bruerismo, una feroz pelea gremial.
Lo que explicó Razzari a La Política Online, es que tanto en el Consejo Escolar como en la cartera que encabeza Oporto hay una disputa entre la agrupación “11 de septiembre” y UPCN, lo que genera tanto conflictos internos en ambos organismos, como versiones de todo tipo sin ningún asidero.
Es que esas agrupaciones son conducidas por dos viejos sindicalistas de la ciudad que se enemistaron públicamente hace poco tiempo: Fernando Marín, de 11 de septiembre y Carlos Quintana, histórico líder de UPCN en La Plata.
Según Razzari, tanto Tangorra como Atanasof “tienen” consejeros escolares que pertenecen a 11 de septiembre, mientras que los consejeros brueristas responden a uno de los principales aliados del bruerismo como lo es Quintana.
“Todo eso repercute en el funcionamiento del Consejo, y a Oporto que funcione mal el Consejo escolar de La Plata no le es nada grato; a mí la interna no me importa, pero los que sufren son los chicos”, deslizó Razzari a este medio.
En el gobierno provincial, en tanto, mantienen un total hermetismo ante la guerra mediática que se desató en La Plata entre los concejales y en el propio Consejo escolar.
La Política Online sólo pudo comunicarse con el auditor general de la Dirección de Cultura y Educación, Nicolás Dalesio, que si bien aclaró que aún no puede hacer comentarios a la prensa ya que encabeza la nueva auditoría sobre el Consejo Escolar platense, confirmó a este medio que la auditoría está en su etapa final y sigue en curso, algo que ni el oficialismo ni la oposición sabían a ciencia cierta.
Lo cierto es que en el ámbito político platense ya se especula con que la presidencia del Consejo Escolar dejaría de estar en manos de Correa luego de los nuevos resultados de la auditoría que realiza Dalesio, que se harían públicos en los próximos días.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario