(La Política On Line). La designación de un funcionario a cargo del área de Trabajo despertó la bronca de la pata peronista que no sólo se quedó sin ese puesto, sino que tuvo que observar como recalaba Miguel Ángel De Virgilis, quien pasó por el gobierno nacional junto al íntimo amigo del ex jefe de gabinete, Claudio Moroni. La extraña posición de los legisladores albertistas y la trama política.
Miguel Ángel De Virgilis era un nombre prácticamente desconocido en el ámbito político del PRO. Su pasado vinculado a Alberto Fernández, y en especial a su íntimo y ex titular de la AFIP, Claudio Moroni, lo podrían ubicar en la vereda opuesta de las huestes de Mauricio Macri.
Sin embargo, se transformó esta semana en el nuevo subsecretario de Trabajo bajo la órbita del ministerio de Desarrollo Económico que conduce Francisco “Pancho” Cabrera.
De Virgilis es abogado, especialista en Derecho Laboral, fue gerente general de la Administración Nacional de la Seguridad Social y jefe del gabinete de asesores de la Sindicatura General de la Nación, ambos cuando estaban bajo la tutela de Moroni.
También fue subdirector de Coordinación Técnico-Institucional de la Administración Federal de Ingresos Públicos.
Su amistad con Moroni lo llevó a crear una consultora propia para asesoramiento en materia impositiva, mercado de capitales, salud y hasta jubilaciones.
La extraña designación se dio luego de que su antecesor, Jorge Ginzo, tuviera que renunciar por haber sido el autor de un decreto que solicitaba datos confidenciales a los empleados de empresas (adicciones por ejemplo).
En ese momento, Macri tuvo que admitir que no leyó la norma y días más tarde dijo en una reunión de gabinete que había que echarlo.
Sobre el nombramiento, desde Desarrollo Económico explicaron a LPO: “Cabrera tiene a cargo un ministerio netamente de gestión y toma funcionarios técnicos, como el caso de Gustavo Svarzman que trabajó en otras gestiones (el ibarrismo)”.
Sin embargo, tanto en la cartera como otras fuentes consultadas en el PRO no supieron informar cómo había llegado a este puesto el albertista. Solamente coincidieron en que no fue el jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, quien le ofreció el cargo.
Desde el sector del ex jefe de gabinete, apuntaron que “Alberto lo conoce, pero no cerró ningún acuerdo con Macri”.
“Su relación es con Moroni y son muy amigos. Además cuando puede lo mata a Macri. De Virgilis es un técnico y era un funcionario de segunda línea. No tiene vínculo directo con Alberto”, comentaron al respecto.
“¿Qué ganaría él con un acuerdo con el PRO? Está prácticamente afuera de todo, no tiene mucho margen para colocar un funcionario”, concluyeron las fuentes albertistas.
Desplante al PRO peronismo
A todo esto, la designación cayó como una bomba en el seno del peronismo macrista. Es que por un lado, la salida de Ginzo, un hombre de confianza del legislador porteño Daniel Amoroso, no tuvo un reemplazante del mismo sector. Y, por el otro, el obvio desplante hacia sus filas por la llegada de un albertista.
De hecho, el vicepresidente de la Legislatura, Diego Santilli, todavía debe soportar a cuestas una causa penal por el caso Sol Group motorizada por el ex jefe de gabinete.
Lo cierto es que por estas horas en el sector masticaban bronca e intentaban buscar cómo se generó este nombramiento que dejó afuera del Ejecutivo un hombre de su propia tropa.
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