Ha comenzado un nuevo año 2010 y está todo por suceder, iniciamos un camino lleno de expectativas e ilusiones, miramos hacia el futuro que nos espera y que construiremos día a día con el máximo optimismo. Nuestra mente se centra en el futuro, y es bueno que así suceda... pero no olvidemos que el futuro se construye sobre la base de cada momento presente, lo que significa que lo que cosechemos en el porvenir dependerá de que y como sembramos hoy.
Aprender a valorar y disfrutar de lo que tenemos, significa detenernos a saborear los logros adquiridos con nuestro propio esfuerzo; porque sólo apreciando en forma satisfactoria lo que hemos llegado a construir, tanto afectiva como materialmente, es que los futuros logros nos reportarán felicidad y bienestar.
«Quiero ser», «quiero tener», «deseo adquirir»... son los motores que nos impulsan a la acción, pero es sumamente importante aprender a disfrutar de aquello que tanto deseamos una vez que lo hemos obtenido. Porque estamos acostumbrados a fijar nuestra mirada en lo que nos falta, que a tomar conciencia de lo que poseemos.
Aquello que no tenemos nos impulsa a seguir, pero vivir mirando lo que nos falta, restándole importancia a lo que hemos logrado, sólo nos traerá una gran ansiedad.
Hay una ley de la vida que afirma que uno debe crecer, en caso contrario, pagar más caro por seguir siendo el mismo. Norman Mailer
El mundo cambia y se mueve constantemente. Paralizarse, dejar de actuar, dejar de crecer va en contra de la vida misma.
No importa que caminemos despacio. Lo importante es que caminemos y aprendamos, con el tiempo, a hacerlo en la dirección correcta, que no es otra que la de nuestra propia gratificación y bienestar.
Hagamos una lista de las actividades que deseamos emprender este año.
A continuación establezcamos un orden de prioridades para comenzar a encarar aquellas que nos parezcan más necesarias, la imaginación y la fantasía son instrumentos fundamentales para que podamos vislumbrar nuestro futuro tal como nos agrada o satisface, pero para que aquello que imaginamos o fantaseamos sobre nosotros mismos pueda concretarse, debemos tener los pies bien firmes sobre la tierra a la hora de planificar nuestras metas de vida,.
Muchas veces descartamos ciertas actividades que nos gustaría realizar porque pensamos que se nos ha pasado el tiempo o que no estamos en condiciones. Lo mejor es que aprendamos a descartar esta forma de pensar en vez de desechar aquello que nos haría sentir bien.
Siempre que deseemos hacer algo existirá una opción para llevarlo a cabo. A veces las metas que nos proponemos son imposibles de cumplir porque están mal encausadas y no porque no podamos obtener aquello que deseamos; si nos ponemos como meta ser bailarines profesionales de ballet cuando ya somos adultos y nunca hemos realizado esa actividad, nuestra meta será imposible; pero si somos conscientes de nuestra realidad nada nos impide comenzar a incursionar en el aprendizaje de danzas acordes a nuestras posibilidades.
La falta de tiempo, las obligaciones, el cansancio, las responsabilidades, los quehaceres diarios y demás cuestiones no pueden ni deben impedirnos la realización de nuestras metas más personales.
Si este es el caso, nuestra primera meta deberá ser lograr obtener el tiempo y el espacio para realizar las actividades que nos gratifiquen.
Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.
Aprender a valorar y disfrutar de lo que tenemos, significa detenernos a saborear los logros adquiridos con nuestro propio esfuerzo; porque sólo apreciando en forma satisfactoria lo que hemos llegado a construir, tanto afectiva como materialmente, es que los futuros logros nos reportarán felicidad y bienestar.
«Quiero ser», «quiero tener», «deseo adquirir»... son los motores que nos impulsan a la acción, pero es sumamente importante aprender a disfrutar de aquello que tanto deseamos una vez que lo hemos obtenido. Porque estamos acostumbrados a fijar nuestra mirada en lo que nos falta, que a tomar conciencia de lo que poseemos.
Aquello que no tenemos nos impulsa a seguir, pero vivir mirando lo que nos falta, restándole importancia a lo que hemos logrado, sólo nos traerá una gran ansiedad.
Hay una ley de la vida que afirma que uno debe crecer, en caso contrario, pagar más caro por seguir siendo el mismo. Norman Mailer
El mundo cambia y se mueve constantemente. Paralizarse, dejar de actuar, dejar de crecer va en contra de la vida misma.
No importa que caminemos despacio. Lo importante es que caminemos y aprendamos, con el tiempo, a hacerlo en la dirección correcta, que no es otra que la de nuestra propia gratificación y bienestar.
Hagamos una lista de las actividades que deseamos emprender este año.
A continuación establezcamos un orden de prioridades para comenzar a encarar aquellas que nos parezcan más necesarias, la imaginación y la fantasía son instrumentos fundamentales para que podamos vislumbrar nuestro futuro tal como nos agrada o satisface, pero para que aquello que imaginamos o fantaseamos sobre nosotros mismos pueda concretarse, debemos tener los pies bien firmes sobre la tierra a la hora de planificar nuestras metas de vida,.
Muchas veces descartamos ciertas actividades que nos gustaría realizar porque pensamos que se nos ha pasado el tiempo o que no estamos en condiciones. Lo mejor es que aprendamos a descartar esta forma de pensar en vez de desechar aquello que nos haría sentir bien.
Siempre que deseemos hacer algo existirá una opción para llevarlo a cabo. A veces las metas que nos proponemos son imposibles de cumplir porque están mal encausadas y no porque no podamos obtener aquello que deseamos; si nos ponemos como meta ser bailarines profesionales de ballet cuando ya somos adultos y nunca hemos realizado esa actividad, nuestra meta será imposible; pero si somos conscientes de nuestra realidad nada nos impide comenzar a incursionar en el aprendizaje de danzas acordes a nuestras posibilidades.
La falta de tiempo, las obligaciones, el cansancio, las responsabilidades, los quehaceres diarios y demás cuestiones no pueden ni deben impedirnos la realización de nuestras metas más personales.
Si este es el caso, nuestra primera meta deberá ser lograr obtener el tiempo y el espacio para realizar las actividades que nos gratifiquen.
Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.
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