(Infoban). En un clima que impedía el debate constructivo, la escasa muñeca del oficialismo puso a García al borde de una derrota histórica.
Era una sesión especial del HCD donde se debatirían distintas propuestas relacionadas con el polémico camino ribereño. Las gradas fueron ocupadas por los jóvenes que habían sido reprimidos el día de ayer frente a Puerto Marisco, por familias de los chicos que practican bici-cross y por ambientalistas que se oponen a la avalancha de cemento que presupone la construcción de la obra y su entorno inmobiliario.
La posición del oficialismo era pasar a comisión con todo el ánimo de patear la pelota a la tribuna, y si fuera posible afuera del estadio y ganar tiempo para barajar y dar de nuevo bajo cuerda.
La oposición, que de ninguna manera es un todo homogéneo y en algunos casos parece una bolsa de gatos, pretendía poder hacer uso de la palabra antes de cualquier votación. El concejal Antelo se había ganado el derecho a intervenir, pero al volver de un cuarto intermedio la presidencia le negó el uso del micrófono, ante lo cual el propio Antelo, seguido por el concejal Carlos Roberto, Walter Rojas, para seguir rumbo a la salida Gustavo Debenedetti y Paola Caputo, y continuaba la larga cola con Aleña, Carlos Arena, por lo cual hasta los filo-japonesistas macristas como Vanelli, Fangiat y Maldonado, que ya no podían enfrentar los improperios de la barra, dejaron sin quórum a la sesión; ante lo cual hubo distintas interpretaciones, la más coherente la del edil Arena, que señaló a InfoBAN que, al no votarse y no haber quórum, la sesión se cae y lo que forma parte del orden del día pasa a comisión, a no ser que vuelva a reunirse el cuerpo y haya una propuesta para volver a tratar sobre tablas el polémico proyecto.
Cuando los concejales volvían al recinto para desarrollar una sesión ordinaria, la concejal Terán sufrió una indisposición y por fin la orden de presidencia fue que todo el mundo se vaya para su casa, como para aplacar los ánimos. A regañadientes los ocupantes de la barra fueron saliendo, pero algunos concejales se quedaron debatiendo a solas, ya que según pudo conocer InfoBAN había posibilidades de algún cambio en la presidencia del cuerpo. El Pro porque quería aprovechar el río revuelto para llevar agua para su molino, pero algunos concejales oficialistas no dejaban de mostrar su desencanto con la manera en que se condujo la sesión desde el mando del cuerpo y pasarle viejas facturas a Menoyo.
Y los más enojados fueron los del público, que alejados de las maniobras y chicanas políticas querían una solución pronta a sus problemas.
El dispositivo policial fue más que discreto, ya que evidentemente hubo alguna señal desde la quinta de Olivos para que no se diriman las posiciones contrarias a los palazos, y hay varios concejales que querían interponer en la próxima sesión mociones para dilucidar quien dio la orden de represión, que obviamente contraviene la política del gobierno nacional de no reprimir la protesta social, García, cada día más aislado, decidió por su cuenta romper cabezas, poniendo al gobierno nacional en un difícil brete, que al intendente de Vicente López puede llegar a costarle una soltada de mano que lo pondría al borde del adiós.
Era una sesión especial del HCD donde se debatirían distintas propuestas relacionadas con el polémico camino ribereño. Las gradas fueron ocupadas por los jóvenes que habían sido reprimidos el día de ayer frente a Puerto Marisco, por familias de los chicos que practican bici-cross y por ambientalistas que se oponen a la avalancha de cemento que presupone la construcción de la obra y su entorno inmobiliario.
La posición del oficialismo era pasar a comisión con todo el ánimo de patear la pelota a la tribuna, y si fuera posible afuera del estadio y ganar tiempo para barajar y dar de nuevo bajo cuerda.
La oposición, que de ninguna manera es un todo homogéneo y en algunos casos parece una bolsa de gatos, pretendía poder hacer uso de la palabra antes de cualquier votación. El concejal Antelo se había ganado el derecho a intervenir, pero al volver de un cuarto intermedio la presidencia le negó el uso del micrófono, ante lo cual el propio Antelo, seguido por el concejal Carlos Roberto, Walter Rojas, para seguir rumbo a la salida Gustavo Debenedetti y Paola Caputo, y continuaba la larga cola con Aleña, Carlos Arena, por lo cual hasta los filo-japonesistas macristas como Vanelli, Fangiat y Maldonado, que ya no podían enfrentar los improperios de la barra, dejaron sin quórum a la sesión; ante lo cual hubo distintas interpretaciones, la más coherente la del edil Arena, que señaló a InfoBAN que, al no votarse y no haber quórum, la sesión se cae y lo que forma parte del orden del día pasa a comisión, a no ser que vuelva a reunirse el cuerpo y haya una propuesta para volver a tratar sobre tablas el polémico proyecto.
Cuando los concejales volvían al recinto para desarrollar una sesión ordinaria, la concejal Terán sufrió una indisposición y por fin la orden de presidencia fue que todo el mundo se vaya para su casa, como para aplacar los ánimos. A regañadientes los ocupantes de la barra fueron saliendo, pero algunos concejales se quedaron debatiendo a solas, ya que según pudo conocer InfoBAN había posibilidades de algún cambio en la presidencia del cuerpo. El Pro porque quería aprovechar el río revuelto para llevar agua para su molino, pero algunos concejales oficialistas no dejaban de mostrar su desencanto con la manera en que se condujo la sesión desde el mando del cuerpo y pasarle viejas facturas a Menoyo.
Y los más enojados fueron los del público, que alejados de las maniobras y chicanas políticas querían una solución pronta a sus problemas.
El dispositivo policial fue más que discreto, ya que evidentemente hubo alguna señal desde la quinta de Olivos para que no se diriman las posiciones contrarias a los palazos, y hay varios concejales que querían interponer en la próxima sesión mociones para dilucidar quien dio la orden de represión, que obviamente contraviene la política del gobierno nacional de no reprimir la protesta social, García, cada día más aislado, decidió por su cuenta romper cabezas, poniendo al gobierno nacional en un difícil brete, que al intendente de Vicente López puede llegar a costarle una soltada de mano que lo pondría al borde del adiós.
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