miércoles, mayo 19, 2010

Nuevo escándalo en el PJ porteño por una conferencia de Julio Bárbaro

(La Política OnLine). No hay tregua en la interna del Partido Justicialista porteño. Tal es el grado de ebullición, que una nueva pelea obligó a suspender una exposición del ex titular del COMFER, Julio Bárbaro, en el marco de un seminario sobre el peronismo, en la sede partidaria de la calle San José al 180.
Los hechos ocurrieron en el marco de un encuentro sobre historia del peronismo organizado por el Instituto Superior de Formación Política que preside el ex ministro de Justicia y dirigente peronista Alberto Iribarne. Bárbaro había sido convocado para cerrar el ciclo en el que, en jornadas anteriores, disertaron los dirigentes históricos Antonio Cafiero y Jorge Rulli.
El ex titular del COMFER iba a exponer sobre el peronismo desde la recuperación de la democracia en 1983, lo que iba a incluir las etapas de la "renovación", el "menemismo" y el "kirchnerismo", de las cuales Bárbaro fue activo participante. Según indicaron fuentes partidarias, la programación de la exposición de Bárbaro había sido consensuada con el actual titular del PJ local, Juan Manuel Olmos, ya que otros dirigentes -entre los que habría algunos funcionarios y sindicalistas- habían cuestionado su presencia, pues el ex funcionario ha manifestado críticas al oficialismo.
Entonces, en forma paralela ese sector programó un plenario dirigencial en el mismo local, con lo cual quedaba planteada la posibilidad de algún tipo de incidente. Finalmente, dijeron los voceros, se suspendió la presencia de Bárbaro para evitar algún enfrentamiento.
Iribarne lamentó esta situación y planteó que "el debate y la difusión son indispensables para crear propuestas y que surjan nuevos liderazgos". El ex ministro advirtió que "hay quienes que, ante este tipo de posturas, plantean que estamos en guerra; y cuando hay guerra no se discute, se acata; no se persuade, se manda; no hay adversarios, sino enemigos, y ello implica hacer inteligencia y contrainteligencia, operaciones sucias, políticas de prontuario y se degrada la posibilidad de hacer política. En suma, el plantea el diálogo es un traidor".
"Estoy en contra de admitir una guerra y seguir alimentando un clima bélico", enfatizó Iribarne, quien dijo que "acá en definitiva debe haber adversarios políticos y no plantear una guerra, mal que les pese incluso a algunos miembros del oficialismo".

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