(Asteriscos Tv). La reaparición del crédito a Pymes a cinco años y a tasas de un dígito elimina una de las principales causas que alejaron a estas empresas de los mostradores bancarios. Tal como lo dijeron algunos referentes gremiales empresarios en las últimas semanas el hecho marca un hito en la oferta del crédito a este segmento, pero la pregunta es inevitable: ¿alcanza esta mejora para quebrar la reticencia o aversión de las Pymes a endeudarse con los Bancos?
Sostenidas sobre instrumentos de políticas activas, con limitaciones, por cierto, pero capaces de influir sobre el mercado, las nuevas condiciones aparecen en un momento clave, en el que muchos sectores necesitan invertir para superar cuellos de botella productivos y mejorar sus perfiles competitivos.
En la última década una parte importante de las pequeñas y medianas empresas locales se mantuvo al margen del crédito tradicional. En la decisión coincidieron las que podían ser sujetos de crédito y no les convenía por las condiciones exigidas y las que “no tenían los papeles en orden”. Así, unas y otras se jugaron pro financiar sus inversiones con utilidades.
El dato es conocido, sus efectos no tanto: muchos empresarios se acostumbraron y se han sentido cómodos reinvirtiendo sus ganancias, una estrategia que en la práctica implica estrechos márgenes de maniobra en el mediano y largo plazo.
¿Llegó el momento de cambiar?
Además: ¿es sustentable en el tiempo este nuevo escenario del crédito para las Pymes?.
“El sistema está muy líquido a plazos cortos y a tasas pasivas por debajo del 10%. No veo problemas, al menos mientras no haya un crecimiento explosivo de la demanda. Y si eso ocurre la solución viene de la mano del proyecto de ley de reforma de Entidades Financieras, que está en el Congreso”, señala Pablo Mareso, investigador especializado del CEFID-Ar (Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de Argentina).
Crecimiento sin explosión
El informe de junio CEFID-Ar revela que el financiamiento bancario a empresas creció 3,7% en abril respecto a marzo y 12,7% en relación a abril del 2009, siendo los documentos a sola firma el producto de mayor dinamismo en ese período. Si sólo de Pymes se trata, el último dato disponible del BCRA, de febrero último, refleja un incremento del 14 % frente a igual mes del año pasado.
“El crédito a Pymes crece más que el resto de los créditos, pero también es cierto que parte de niveles más bajos, porque fue el que más se resintió a partir del conflicto con el agro”, dice Mareso.
Los analistas del sistema financiero hablan de “cambios relevantes” en el mercado del crédito y hasta de una fuerte competencia entre las entidades por prestarle a las pequeñas y medianas empresas.
En marzo y abril aparecieron el Santander Río y el BBV Francés con productos específicos para el segmento a tasas de entre el 12 y el 15% y a plazos de 3 a 5 años. Luego la Presidenta anunció la disposición de 8000 millones de pesos para aplicar a una línea al 9,9% y a 5 años, que se descuenta va a presionar sobre la tasa del mercado. Y aparecieron líneas como el amortizable del Banco Credicoop a tasa 0% y a 12 meses y la del Banco Ciudad, con plazos de hasta 24 meses, a tasas que van del 8,5 al 12%.
A esto hay que sumarle algunas líneas anteriores del Banco Nación, de muy buenas condiciones, como el PRODER (Programa para el Desarrollo Regional y Sectorial) que presta a 6,5% y a plazos que pueden llegar a los 10 años.
Una fuente de Santander Rio, afirma que el Súper Préstamo de Inversión Pymes, que la entidad española lanzó en mayo a cinco años y al 14,9%, se colocó íntegramente en menos de tres semanas. En el Nación explican que se otorgaron casi 30.000 préstamos de la Línea 400, que ya agotó su primer partida de $ 5000 millones y que la demanda del PRODER es sostenida. Voceros del Galicia y del Francés se expresan en términos similares.
José Luis Romani, gerente de Banca Empresa de Banco Credicoop sostiene que en la actualidad el crédito a tasa 0% registra entre 100 y 150 operaciones por mes, pero la historia no termina allí: “muchas empresas entran por esa línea para adquirir maquinaria agrícola o máquinas industriales y luego se inclinan por el leasing que presenta mayores plazos y ventajas impositivas”.
Con todo, las fuentes consultadas coinciden en que la cifra de empresas que solicitan créditos en la Argentina sigue siendo baja, lo que se refleja en la actual relación crédito/PBI, apenas por encima del 12%.
Las estadísticas del Observatorio Pyme de los últimos años han sido elocuentes en este sentido: sólo un tercio de las firmas industriales se acerca a los Bancos por créditos y la mayor parte de las mismas lo obtiene.
Las nuevas condiciones en materia de tasas y plazos eliminan lo que hasta hace poco era el mayor obstáculo para que estas empresas pidieran créditos. ¿Será suficiente para revertir la historia?
Desconocimiento y algo más
Al presentar el informe de mayo, Vicente Donato, director de Fundación Observatorio Pyme, dijo que las tasas de interés que los industriales consideran acorde para tomar créditos ronda el 12,6%. La tasas que pide el Banco Nación, por ejemplo, son muy razonables, pero el 65% de las Pymes no las conoce”.
Por su parte Gustavo Svarzman, subsecretario de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, advierte que “alrededor del 50% de las Pymes a las que les va razonablemente bien, y que razonablemente podrían calificar para un crédito, manifiesta no utilizar financiamiento bancario, independientemente de la tasa que se les pida”
Además de las dificultades que plantea el acceso a la información de la oferta crediticia, juegan otros factores. El funcionario porteño menciona el papel de “la incertidumbre a mediano plazo, sobre todo a partir del 2011, aun cuando las condiciones de la economía en el corto plazo son más que favorables”.
Muchos empresarios no consideran necesario financiarse a través de los Bancos; otros no creen ser sujetos de crédito y por lo tanto no se molestan en solicitarlos y un tercer grupo tiene, efectivamente, problemas para reunir la documentación exigida o carece de avales.
Este es el curioso caso de la industria del software, uno de los sectores de mejor desempeño en los últimos años (20% de crecimiento de la facturación en el 2009), en el que el 70,6% de las empresas se financia con proveedores y sólo el 6,7% lo hace a través del sistema financiero.
“El problema es que nuestro principal activo es la propiedad intelectual, que a los Bancos no les sirve como garantía por ser intangible. Por lo tanto por más que bajen las tasas y mejoren los plazos las empresas no se van agolpar en las ventanillas bancarias por un crédito”, dice Fernando Racca, presidente de CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos).
Sostenidas sobre instrumentos de políticas activas, con limitaciones, por cierto, pero capaces de influir sobre el mercado, las nuevas condiciones aparecen en un momento clave, en el que muchos sectores necesitan invertir para superar cuellos de botella productivos y mejorar sus perfiles competitivos.
En la última década una parte importante de las pequeñas y medianas empresas locales se mantuvo al margen del crédito tradicional. En la decisión coincidieron las que podían ser sujetos de crédito y no les convenía por las condiciones exigidas y las que “no tenían los papeles en orden”. Así, unas y otras se jugaron pro financiar sus inversiones con utilidades.
El dato es conocido, sus efectos no tanto: muchos empresarios se acostumbraron y se han sentido cómodos reinvirtiendo sus ganancias, una estrategia que en la práctica implica estrechos márgenes de maniobra en el mediano y largo plazo.
¿Llegó el momento de cambiar?
Además: ¿es sustentable en el tiempo este nuevo escenario del crédito para las Pymes?.
“El sistema está muy líquido a plazos cortos y a tasas pasivas por debajo del 10%. No veo problemas, al menos mientras no haya un crecimiento explosivo de la demanda. Y si eso ocurre la solución viene de la mano del proyecto de ley de reforma de Entidades Financieras, que está en el Congreso”, señala Pablo Mareso, investigador especializado del CEFID-Ar (Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de Argentina).
Crecimiento sin explosión
El informe de junio CEFID-Ar revela que el financiamiento bancario a empresas creció 3,7% en abril respecto a marzo y 12,7% en relación a abril del 2009, siendo los documentos a sola firma el producto de mayor dinamismo en ese período. Si sólo de Pymes se trata, el último dato disponible del BCRA, de febrero último, refleja un incremento del 14 % frente a igual mes del año pasado.
“El crédito a Pymes crece más que el resto de los créditos, pero también es cierto que parte de niveles más bajos, porque fue el que más se resintió a partir del conflicto con el agro”, dice Mareso.
Los analistas del sistema financiero hablan de “cambios relevantes” en el mercado del crédito y hasta de una fuerte competencia entre las entidades por prestarle a las pequeñas y medianas empresas.
En marzo y abril aparecieron el Santander Río y el BBV Francés con productos específicos para el segmento a tasas de entre el 12 y el 15% y a plazos de 3 a 5 años. Luego la Presidenta anunció la disposición de 8000 millones de pesos para aplicar a una línea al 9,9% y a 5 años, que se descuenta va a presionar sobre la tasa del mercado. Y aparecieron líneas como el amortizable del Banco Credicoop a tasa 0% y a 12 meses y la del Banco Ciudad, con plazos de hasta 24 meses, a tasas que van del 8,5 al 12%.
A esto hay que sumarle algunas líneas anteriores del Banco Nación, de muy buenas condiciones, como el PRODER (Programa para el Desarrollo Regional y Sectorial) que presta a 6,5% y a plazos que pueden llegar a los 10 años.
Una fuente de Santander Rio, afirma que el Súper Préstamo de Inversión Pymes, que la entidad española lanzó en mayo a cinco años y al 14,9%, se colocó íntegramente en menos de tres semanas. En el Nación explican que se otorgaron casi 30.000 préstamos de la Línea 400, que ya agotó su primer partida de $ 5000 millones y que la demanda del PRODER es sostenida. Voceros del Galicia y del Francés se expresan en términos similares.
José Luis Romani, gerente de Banca Empresa de Banco Credicoop sostiene que en la actualidad el crédito a tasa 0% registra entre 100 y 150 operaciones por mes, pero la historia no termina allí: “muchas empresas entran por esa línea para adquirir maquinaria agrícola o máquinas industriales y luego se inclinan por el leasing que presenta mayores plazos y ventajas impositivas”.
Con todo, las fuentes consultadas coinciden en que la cifra de empresas que solicitan créditos en la Argentina sigue siendo baja, lo que se refleja en la actual relación crédito/PBI, apenas por encima del 12%.
Las estadísticas del Observatorio Pyme de los últimos años han sido elocuentes en este sentido: sólo un tercio de las firmas industriales se acerca a los Bancos por créditos y la mayor parte de las mismas lo obtiene.
Las nuevas condiciones en materia de tasas y plazos eliminan lo que hasta hace poco era el mayor obstáculo para que estas empresas pidieran créditos. ¿Será suficiente para revertir la historia?
Desconocimiento y algo más
Al presentar el informe de mayo, Vicente Donato, director de Fundación Observatorio Pyme, dijo que las tasas de interés que los industriales consideran acorde para tomar créditos ronda el 12,6%. La tasas que pide el Banco Nación, por ejemplo, son muy razonables, pero el 65% de las Pymes no las conoce”.
Por su parte Gustavo Svarzman, subsecretario de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, advierte que “alrededor del 50% de las Pymes a las que les va razonablemente bien, y que razonablemente podrían calificar para un crédito, manifiesta no utilizar financiamiento bancario, independientemente de la tasa que se les pida”
Además de las dificultades que plantea el acceso a la información de la oferta crediticia, juegan otros factores. El funcionario porteño menciona el papel de “la incertidumbre a mediano plazo, sobre todo a partir del 2011, aun cuando las condiciones de la economía en el corto plazo son más que favorables”.
Muchos empresarios no consideran necesario financiarse a través de los Bancos; otros no creen ser sujetos de crédito y por lo tanto no se molestan en solicitarlos y un tercer grupo tiene, efectivamente, problemas para reunir la documentación exigida o carece de avales.
Este es el curioso caso de la industria del software, uno de los sectores de mejor desempeño en los últimos años (20% de crecimiento de la facturación en el 2009), en el que el 70,6% de las empresas se financia con proveedores y sólo el 6,7% lo hace a través del sistema financiero.
“El problema es que nuestro principal activo es la propiedad intelectual, que a los Bancos no les sirve como garantía por ser intangible. Por lo tanto por más que bajen las tasas y mejoren los plazos las empresas no se van agolpar en las ventanillas bancarias por un crédito”, dice Fernando Racca, presidente de CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos).
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