En medio de una feroz batalla política que tiene como eje divisorio la ley de medios audiovisuales, el periodismo se encuentra en la picota. En los noventa había obtenido una respetabilidad inversamente proporcional al deterioro sufrido por la mayor parte de las instituciones, la justicia sobre todo, y de prácticas que son fundamentales para cambiar las sociedades como la política. El desenmascaramiento de los intereses que están detrás de los títulos de los diarios, los zócalos de los noticieros de los canales de noticias, las hipocresías que se encuentran detrás de auto adjetivaciones como independiente, objetivo o puro, son algunos de los réditos positivos de la contienda. Se ha puesto en evidencia mentiras burdas, falsedades sesgadas, mentiras desembozadas, envueltas bajo el pomposo título de la libertad de prensa. Y eso se da hasta en casos laterales, que demuestra hasta donde la ciénaga periodística está tragando los principios más elementales del oficio.
PRONÓSTICOS FALACES
El miércoles 23 de junio hubo elecciones en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas que agrupa a 65.000 profesionales y es el organismo que ejerce el poder de policía. El domingo 20 de junio, la lista Naranja opositora a la conducción oficialista, compró en el Diario Clarín cuatro páginas de publicidad, en relación al evento electoral. El martes 22 de junio, una información del matutino transcripta en página 15 consignó: “La lista Encuentro Naranja, que disputa la conducción a la oficialista lista Azul, contaría con una ventaja de 5 puntos, con una tendencia positiva, según el último sondeo de la Consultora Choice División Opinión Pública”. Si se busca en google quien es esta Consultora, sólo se obtiene un resultado que es el texto transcripto, consignado ese día por el diario de Noble- Magnetto.
Los resultados del acto electoral, donde votaron 29.659 profesionales fueron: Lista Azul 57,8%,
Encuentro Lista Naranja: 29,7%, Celeste y Blanca 10,7% Votos en Blanco 1,7%.
Consultora ignota, con un pronóstico errado por más de 33 puntos, propulsada por “el gran diario argentino”. Cabe la pregunta desconfiada ante semejante escenario: ¿ Que intereses había detrás de un pronóstico tan falaz? ¿Las cuatro páginas de publicidad pagas incluía también la operación de prensa de dar como ganador a un rotundo perdedor?
PERIODISMO PURO
El grupo Perfil tiene como slogan “Periodismo Puro”. Su complicidad con la dictadura tiene tal acumulación de pruebas, que resulta un esfuerzo inútil que su director y propietario, Jorge Fontevecchia, trate de deslindarse mediante múltiples editoriales. Fue un propagandista de los años de plomo y no un socio como Clarín y La Nación. Papel Prensa fue un acuerdo entre la dictadura establishment- militar y los propietarios de La Nación, Clarín y La Razón, para que, a cambio de la adjudicación del monopolio de la fabricación de papel para diario, se silenciara los horrores del terrorismo de estado. La transferencia de las acciones se realizó con sus propietarios- la familia Graiver- amenazados, chantajeados, torturados y desaparecidos. Un punto de partida donde la “libertad de prensa” tiene el eco de los alaridos de las víctimas en las mazmorras de los asesinos Camps y Echecolatz. Y donde los propulsores del libre mercado, fundamentalmente el diario La Nación, no se ruboriza de explotar un monopolio, sino que lo defienden con la misma ética con que convierten a la libertad de prensa en libertad de empresa.
Ellos fueron socios del terrorismo de estado. Fontevecchia es solo un propagandista, que en lugar de intentar tapar el sol de la historia con editoriales semanales, debería reconocer su participación, más allá que los militares en su infinita ceguera lo hayan mantenido desaparecido durante un tiempo en un campo de concentración. También Jacobo Timerman, el fundador de La Opinión, Primera Plana y Confirmado, fue partero y publicista del golpe y luego sufrió terribles torturas y estuvo desaparecido. Pero una cosa no debe establecer un manto de olvido y silencio sobre lo otro.
Sobre el tema Graiver y Papel Prensa, escribió Jorge Fontevecchia del 27 de abril de 1977: “Existiendo en el país algunos sectores que tienen gran interés en que “El caso Graiver se silencie, se le reste importancia y muera en el olvido. Resultaría obvio aclarar que estos sectores no son otros que los presuntamente relacionados con el caso, y que, de cumplirse las palabras del gobierno, de llevar la investigación hasta las últimas consecuencias, se verían seriamente involucrados en el affaire político-económico más sucio que recuerde la historia del país……Una de estas tácticas – tal vez la más importante- es la de intentar revestir a la investigación con un carácter racista ( antisemita), para que se forme una corriente de opinión- tanto en el país como en el extranjero – de que el “caso Graiver” no es otra cosa que una persecución racial. Como es lógico suponer, la manera más fácil de formar corrientes de opinión es a través de los medios de difusión”
Como se ve Fontevecchia daba cobertura periodística al despojo del cual se apropiaban los tres principales diarios de entonces.
Lidia Papaleo de Graiver, la esposa de David Graiver, muerto en un sospechoso accidente de aviación y que llamativamente Clarín calificó como “misterioso asesinato” declaró el miércoles 2 de junio en la página 14 bajo el título “ Apretadas y manipulaciones para complicar a la empresa” (se refiere a Papel Prensa), a posteriori de una Asamblea de Accionistas de dicha empresa este año: “ Fui forzada a vender todo. No hubo sugerencias, fue “firmás o te mato”. Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida…Yo vendí antes y durante.. .. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo…..Yo siempre he dicho que me acuerdo más de la cara de Magnetto que la de mis torturadores. Me dijo que tenía que firmar….A mi me dijeron que tenía que vender todo, absolutamente todo, a gente del país que no era judía…..Me decían que era impura porque me había acostado con un judío….Hice los careos con Jacobo Timerman y todo lo relacionado con La Opinión estando desaparecida, porque desde el departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada, perdí mis pechos, mi abdomen y también los genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí”
Como se ve el periodismo “independiente” está manchado en sangre, en apropiaciones ilegales, donde el clarín adquiría la forma de picana, con fábricas compradas a precios irrisorios con financiamiento estatal y en donde las ventajas obtenidas silenciaban los gritos de los torturados. Por eso en el papel que proveía a sus dueños Papel Prensa nunca podían figurar las listas de los desaparecidos.
EL PERIODISMO PARTIDARIO
No es criticable hacer periodismo oficialista u opositor, si el que lee, escucha o mira, sabe desde donde se le habla o se escribe. En ningún caso es periodístico mentir u omitir información significativa. El criterio, siempre subjetivo, determinará el lugar que tendrá cada noticia. El periodismo oficialista suele omitir las críticas al gobierno o no da cuenta de situaciones confusas o complicadas. Si el periodismo que coincide con las principales líneas del gobierno cree que hace su tarea considerando que no debe señalar errores porque es hacerle el juego a la oposición, en realidad está dejando a sus seguidores sin su opinión sobre las equivocaciones gubernamentales que sólo quedan enarboladas y consideradas sesgadamente por el periodismo opositor, al tiempo que en lugar de colaborar para superarlos, termina siendo funcional a los aspectos desfavorables de la gestión. A mera enunciación ejemplificativa, podría señalarse como déficit: la deplorable política minera, el incremento de la superficie ocupada por el modelo sojero, negocios con peajes probables con Venezuela, que no deben ser pretexto para demoler una fructífera relación política y comercial con ese país, en el marco de una política exterior latinoamericana, como pretende una oposición troglodita, el turbio manejo de los Fondos de Santa Cruz, denuncias de enriquecimiento de funcionarios cercanos al riñón del kirchnerismo. Dividido tajantemente el espectro periodístico, el lector, oyente y televidente debe saber, por ejemplo, que salvo en el programa de Víctor Hugo Morales, en Radio Continental, no encontrará críticas a los sectores económicos concentrados y mucho menos del sector agropecuario, que investigarán los casos de corrupción imputados al gobierno, pero jamás opinarán sobre el affaire Papel Prensa o los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, que no figurarán entre las inquietudes de sus periodistas editorialistas o de investigación. Si lee Miradas al Sur o Tiempo Argentino, los casos de corrupción o ineficiencia estarán vinculados al Macrismo, y los hechos delictivos de Papel Prensa ocuparán generosos espacios.
La inexistencia de programas de debate político en la televisión pública es un déficit que a esta altura resulta reprochable. El gobierno ha promovido con algunas de sus medidas fundamentales, grandes debates, y paradojalmente no hay en los medios estatales un lugar donde se polemice.
El programa 6-7-8, que ha cumplido y cumple un importante papel en el desmenuzamiento del discurso de los medios hegemónicos, es un espacio que se autotitula de crítica de algunos medios.
El periodismo partidario opositor omite bajo el antifaz de una falsa independencia, que en la mayoría de los casos, son lo voceros del poder económico del que forman parte. Su hipócrita prédica moralista se contrapone con los cadáveres ocultos en sus placares y que la contienda mediática ha dejado al descubierto.
Todo esto sucede en medio de un conflicto que ha dejado al periodismo en la picota. En realidad es un strip- tease, un despojamiento de las ropas y lo que queda es algo más cercano a Quasimodo y no a una bella adolescente que enamoraba a la sociedad de los noventa.
Tan patética es esta revelación, como la actitud de Jorge Lanata, emblema del periodismo de los noventa, que después de pasar por el teatro de revistas, de plagiarse hasta el hartazgo a sí mismo, almuerza a solas con Mirta Legrand, quedando a su derecha y dedicándole un libro de su autoría con un texto genuflexo: “ A la chiqui que es una grande”
PRONÓSTICOS FALACES
El miércoles 23 de junio hubo elecciones en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas que agrupa a 65.000 profesionales y es el organismo que ejerce el poder de policía. El domingo 20 de junio, la lista Naranja opositora a la conducción oficialista, compró en el Diario Clarín cuatro páginas de publicidad, en relación al evento electoral. El martes 22 de junio, una información del matutino transcripta en página 15 consignó: “La lista Encuentro Naranja, que disputa la conducción a la oficialista lista Azul, contaría con una ventaja de 5 puntos, con una tendencia positiva, según el último sondeo de la Consultora Choice División Opinión Pública”. Si se busca en google quien es esta Consultora, sólo se obtiene un resultado que es el texto transcripto, consignado ese día por el diario de Noble- Magnetto.
Los resultados del acto electoral, donde votaron 29.659 profesionales fueron: Lista Azul 57,8%,
Encuentro Lista Naranja: 29,7%, Celeste y Blanca 10,7% Votos en Blanco 1,7%.
Consultora ignota, con un pronóstico errado por más de 33 puntos, propulsada por “el gran diario argentino”. Cabe la pregunta desconfiada ante semejante escenario: ¿ Que intereses había detrás de un pronóstico tan falaz? ¿Las cuatro páginas de publicidad pagas incluía también la operación de prensa de dar como ganador a un rotundo perdedor?
PERIODISMO PURO
El grupo Perfil tiene como slogan “Periodismo Puro”. Su complicidad con la dictadura tiene tal acumulación de pruebas, que resulta un esfuerzo inútil que su director y propietario, Jorge Fontevecchia, trate de deslindarse mediante múltiples editoriales. Fue un propagandista de los años de plomo y no un socio como Clarín y La Nación. Papel Prensa fue un acuerdo entre la dictadura establishment- militar y los propietarios de La Nación, Clarín y La Razón, para que, a cambio de la adjudicación del monopolio de la fabricación de papel para diario, se silenciara los horrores del terrorismo de estado. La transferencia de las acciones se realizó con sus propietarios- la familia Graiver- amenazados, chantajeados, torturados y desaparecidos. Un punto de partida donde la “libertad de prensa” tiene el eco de los alaridos de las víctimas en las mazmorras de los asesinos Camps y Echecolatz. Y donde los propulsores del libre mercado, fundamentalmente el diario La Nación, no se ruboriza de explotar un monopolio, sino que lo defienden con la misma ética con que convierten a la libertad de prensa en libertad de empresa.
Ellos fueron socios del terrorismo de estado. Fontevecchia es solo un propagandista, que en lugar de intentar tapar el sol de la historia con editoriales semanales, debería reconocer su participación, más allá que los militares en su infinita ceguera lo hayan mantenido desaparecido durante un tiempo en un campo de concentración. También Jacobo Timerman, el fundador de La Opinión, Primera Plana y Confirmado, fue partero y publicista del golpe y luego sufrió terribles torturas y estuvo desaparecido. Pero una cosa no debe establecer un manto de olvido y silencio sobre lo otro.
Sobre el tema Graiver y Papel Prensa, escribió Jorge Fontevecchia del 27 de abril de 1977: “Existiendo en el país algunos sectores que tienen gran interés en que “El caso Graiver se silencie, se le reste importancia y muera en el olvido. Resultaría obvio aclarar que estos sectores no son otros que los presuntamente relacionados con el caso, y que, de cumplirse las palabras del gobierno, de llevar la investigación hasta las últimas consecuencias, se verían seriamente involucrados en el affaire político-económico más sucio que recuerde la historia del país……Una de estas tácticas – tal vez la más importante- es la de intentar revestir a la investigación con un carácter racista ( antisemita), para que se forme una corriente de opinión- tanto en el país como en el extranjero – de que el “caso Graiver” no es otra cosa que una persecución racial. Como es lógico suponer, la manera más fácil de formar corrientes de opinión es a través de los medios de difusión”
Como se ve Fontevecchia daba cobertura periodística al despojo del cual se apropiaban los tres principales diarios de entonces.
Lidia Papaleo de Graiver, la esposa de David Graiver, muerto en un sospechoso accidente de aviación y que llamativamente Clarín calificó como “misterioso asesinato” declaró el miércoles 2 de junio en la página 14 bajo el título “ Apretadas y manipulaciones para complicar a la empresa” (se refiere a Papel Prensa), a posteriori de una Asamblea de Accionistas de dicha empresa este año: “ Fui forzada a vender todo. No hubo sugerencias, fue “firmás o te mato”. Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida…Yo vendí antes y durante.. .. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo…..Yo siempre he dicho que me acuerdo más de la cara de Magnetto que la de mis torturadores. Me dijo que tenía que firmar….A mi me dijeron que tenía que vender todo, absolutamente todo, a gente del país que no era judía…..Me decían que era impura porque me había acostado con un judío….Hice los careos con Jacobo Timerman y todo lo relacionado con La Opinión estando desaparecida, porque desde el departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada, perdí mis pechos, mi abdomen y también los genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí”
Como se ve el periodismo “independiente” está manchado en sangre, en apropiaciones ilegales, donde el clarín adquiría la forma de picana, con fábricas compradas a precios irrisorios con financiamiento estatal y en donde las ventajas obtenidas silenciaban los gritos de los torturados. Por eso en el papel que proveía a sus dueños Papel Prensa nunca podían figurar las listas de los desaparecidos.
EL PERIODISMO PARTIDARIO
No es criticable hacer periodismo oficialista u opositor, si el que lee, escucha o mira, sabe desde donde se le habla o se escribe. En ningún caso es periodístico mentir u omitir información significativa. El criterio, siempre subjetivo, determinará el lugar que tendrá cada noticia. El periodismo oficialista suele omitir las críticas al gobierno o no da cuenta de situaciones confusas o complicadas. Si el periodismo que coincide con las principales líneas del gobierno cree que hace su tarea considerando que no debe señalar errores porque es hacerle el juego a la oposición, en realidad está dejando a sus seguidores sin su opinión sobre las equivocaciones gubernamentales que sólo quedan enarboladas y consideradas sesgadamente por el periodismo opositor, al tiempo que en lugar de colaborar para superarlos, termina siendo funcional a los aspectos desfavorables de la gestión. A mera enunciación ejemplificativa, podría señalarse como déficit: la deplorable política minera, el incremento de la superficie ocupada por el modelo sojero, negocios con peajes probables con Venezuela, que no deben ser pretexto para demoler una fructífera relación política y comercial con ese país, en el marco de una política exterior latinoamericana, como pretende una oposición troglodita, el turbio manejo de los Fondos de Santa Cruz, denuncias de enriquecimiento de funcionarios cercanos al riñón del kirchnerismo. Dividido tajantemente el espectro periodístico, el lector, oyente y televidente debe saber, por ejemplo, que salvo en el programa de Víctor Hugo Morales, en Radio Continental, no encontrará críticas a los sectores económicos concentrados y mucho menos del sector agropecuario, que investigarán los casos de corrupción imputados al gobierno, pero jamás opinarán sobre el affaire Papel Prensa o los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, que no figurarán entre las inquietudes de sus periodistas editorialistas o de investigación. Si lee Miradas al Sur o Tiempo Argentino, los casos de corrupción o ineficiencia estarán vinculados al Macrismo, y los hechos delictivos de Papel Prensa ocuparán generosos espacios.
La inexistencia de programas de debate político en la televisión pública es un déficit que a esta altura resulta reprochable. El gobierno ha promovido con algunas de sus medidas fundamentales, grandes debates, y paradojalmente no hay en los medios estatales un lugar donde se polemice.
El programa 6-7-8, que ha cumplido y cumple un importante papel en el desmenuzamiento del discurso de los medios hegemónicos, es un espacio que se autotitula de crítica de algunos medios.
El periodismo partidario opositor omite bajo el antifaz de una falsa independencia, que en la mayoría de los casos, son lo voceros del poder económico del que forman parte. Su hipócrita prédica moralista se contrapone con los cadáveres ocultos en sus placares y que la contienda mediática ha dejado al descubierto.
Todo esto sucede en medio de un conflicto que ha dejado al periodismo en la picota. En realidad es un strip- tease, un despojamiento de las ropas y lo que queda es algo más cercano a Quasimodo y no a una bella adolescente que enamoraba a la sociedad de los noventa.
Tan patética es esta revelación, como la actitud de Jorge Lanata, emblema del periodismo de los noventa, que después de pasar por el teatro de revistas, de plagiarse hasta el hartazgo a sí mismo, almuerza a solas con Mirta Legrand, quedando a su derecha y dedicándole un libro de su autoría con un texto genuflexo: “ A la chiqui que es una grande”
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