(La Política OnLine). El director del CGP de la Comuna 9, Néstor Dinatale, venía insistiendo en la necesidad de desalojar el lugar desde el comienzo de su gestión y asegura que los vecinos de Liniers exigían terminar con la feria ilegal. “Daba lugar al vandalismo y los arrebatos, ningún local estaba habilitado. Ahora los vecinos piden sacar los puestos que están entre Cuzco y Caruhé”, adelantó a LPO.
Presionado por los vecinos de Liniers que reclamaban desde 2005 el desalojo de los puestos de Avenida Rivadavia al 11.700, el director del CGP de la Comuna 9, Néstor Dinatale, lideró una serie de operativos tendientes a controlar la venta ilegal en la zona. La insistencia en esa línea le valió amenazas y fuertes presiones que lo hicieron pensar en abandonar la gestión. Sobre los desalojos aseguró que “ni sabía cuando se iba a hacer porque se mantuvo en secreto para evitar disturbios”.
En 2008 la ONG LiniersCV reunió 12 mil firmas y presentó al Gobierno porteño un documento en el que reunía los reclamos por la regularización de la venta callejera en el barrio, el control de tránsito, el desalojo de locales clandestinos y el playón de cargas de Liniers.
Estos reclamos se reunieron en una denuncia presentada ante la Fiscalía N° 12 en la causa 29.239. La intervención de la justicia dio lugar a una serie de operativos del Gobierno de la Ciudad para regularizar la situación comercial de la Comuna. “El tema tomó mayor magnitud cuando empezamos con una serie de operativos que ordenó Macri para controlar la venta clandestina”, explicó Dinatale y contó que en Marzo “me llegó a mi casa un sobre con cinco balas” para que dejara las cosas como estaban.
Dinatale explicó que ahora el CGP levantará una división provisoria entre las vías del ferrocarril y el espacio de circulación peatonal, hasta que la empresa Transporte Buenos Aires SA (TBA) construya el muro lineal divisorio que corresponde. De acuerdo a la normativa vigente, la distancia que debe existir entre los puestos y las vías es de dos metros. Sin embargo, y de acuerdo a lo narrado por el funcionario macrista, en los locales apostados sobre la calle Cuzco la distancia era de 1.20 metros, mientras que en los de la Colectora General Paz no superaba los 0,80 metros.
Presionado por los vecinos de Liniers que reclamaban desde 2005 el desalojo de los puestos de Avenida Rivadavia al 11.700, el director del CGP de la Comuna 9, Néstor Dinatale, lideró una serie de operativos tendientes a controlar la venta ilegal en la zona. La insistencia en esa línea le valió amenazas y fuertes presiones que lo hicieron pensar en abandonar la gestión. Sobre los desalojos aseguró que “ni sabía cuando se iba a hacer porque se mantuvo en secreto para evitar disturbios”.
En 2008 la ONG LiniersCV reunió 12 mil firmas y presentó al Gobierno porteño un documento en el que reunía los reclamos por la regularización de la venta callejera en el barrio, el control de tránsito, el desalojo de locales clandestinos y el playón de cargas de Liniers.
Estos reclamos se reunieron en una denuncia presentada ante la Fiscalía N° 12 en la causa 29.239. La intervención de la justicia dio lugar a una serie de operativos del Gobierno de la Ciudad para regularizar la situación comercial de la Comuna. “El tema tomó mayor magnitud cuando empezamos con una serie de operativos que ordenó Macri para controlar la venta clandestina”, explicó Dinatale y contó que en Marzo “me llegó a mi casa un sobre con cinco balas” para que dejara las cosas como estaban.
Dinatale explicó que ahora el CGP levantará una división provisoria entre las vías del ferrocarril y el espacio de circulación peatonal, hasta que la empresa Transporte Buenos Aires SA (TBA) construya el muro lineal divisorio que corresponde. De acuerdo a la normativa vigente, la distancia que debe existir entre los puestos y las vías es de dos metros. Sin embargo, y de acuerdo a lo narrado por el funcionario macrista, en los locales apostados sobre la calle Cuzco la distancia era de 1.20 metros, mientras que en los de la Colectora General Paz no superaba los 0,80 metros.
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