Tras el rotundo fracaso en las elecciones del domingo 23, la UCR bonaerense también inició un proceso interno de pase de facturas, y no son pocos los que reclaman un paso al costado de quien fuera el armador político durante la campaña, el diputado electo Miguel Bazze.
Enojo, ronca, resignación, distintas sensaciones de los intendentes radicales del territorio bonaerense, que coinciden en una realidad: “Hace falta un recambio de liderazgo en el partido”.
“El radicalismo está en riesgo de desaparición y que cada uno debe ocupar el lugar que le corresponde”, dijo ayer en un programa de televisión, el intendente reelecto de Junín, Mario Meoni, en referencia al “paso al costado” de Alfonsín al frente de la UCR.
Tanto los alcaldes que lograron retener el poder en sus distritos, como los que sufrieron el trago amargo de la derrota, ahora preparan una reunión para definir “nuevos rumbos”.
Otros van más allá y quieren “dinamitar” a Alfonsín y sobre todo a Bazze, a quien califican, en voz baja, como el “monje negro” que tejió todo el armado de la alianza con Francisco De Narváez, que finalmente fue un “fracaso”.
La Convención Nacional de la UCR se realizará a finales de noviembre. Mientras tanto, los alcaldes ganadores y perdedores de las últimas elecciones, alistan una reunión para la semana que viene y definir los pasos a seguir.
Sin embargo, Bazze salió esta semana a contener las críticas, y planteó un contraataque: "El partido no está en crisis. Sacamos dos millones y medio de votos, somos la segunda fuerza parlamentaria y pudimos llevar candidato presidencial propio después de cuatro años. Y todo eso haciéndonos cargo de lo que dejó en la memoria de la sociedad el gobierno de la Alianza", dijo el diputado nacional electo.
Lo cierto es que el tercer lugar a nivel nacional, y la magra cosecha en la provincia (gobernará solo 20 de los 135 municipio) dinamitaron la tranquilidad en la UCR, y dejaron un escenario caliente para los próximos meses. (Agencia Nova).
Enojo, ronca, resignación, distintas sensaciones de los intendentes radicales del territorio bonaerense, que coinciden en una realidad: “Hace falta un recambio de liderazgo en el partido”.
“El radicalismo está en riesgo de desaparición y que cada uno debe ocupar el lugar que le corresponde”, dijo ayer en un programa de televisión, el intendente reelecto de Junín, Mario Meoni, en referencia al “paso al costado” de Alfonsín al frente de la UCR.
Tanto los alcaldes que lograron retener el poder en sus distritos, como los que sufrieron el trago amargo de la derrota, ahora preparan una reunión para definir “nuevos rumbos”.
Otros van más allá y quieren “dinamitar” a Alfonsín y sobre todo a Bazze, a quien califican, en voz baja, como el “monje negro” que tejió todo el armado de la alianza con Francisco De Narváez, que finalmente fue un “fracaso”.
La Convención Nacional de la UCR se realizará a finales de noviembre. Mientras tanto, los alcaldes ganadores y perdedores de las últimas elecciones, alistan una reunión para la semana que viene y definir los pasos a seguir.
Sin embargo, Bazze salió esta semana a contener las críticas, y planteó un contraataque: "El partido no está en crisis. Sacamos dos millones y medio de votos, somos la segunda fuerza parlamentaria y pudimos llevar candidato presidencial propio después de cuatro años. Y todo eso haciéndonos cargo de lo que dejó en la memoria de la sociedad el gobierno de la Alianza", dijo el diputado nacional electo.
Lo cierto es que el tercer lugar a nivel nacional, y la magra cosecha en la provincia (gobernará solo 20 de los 135 municipio) dinamitaron la tranquilidad en la UCR, y dejaron un escenario caliente para los próximos meses. (Agencia Nova).
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