Después de 13 años en el poder, el sabbatellismo hizo pie en Deportivo Morón. El elegido para la presidencia es Diego Spina, ex secretario de Gobierno del intendente Lucas Ghi. “Esto no tiene nada que ver con lo de Macri en Boca”, dicen desde el oficialismo local. Lo cierto es que desde la oposición sospechan que el desembarco es para apurar el traslado del estadio y la construcción de torres en el centro. .
“No hay ninguna analogía con lo que Mauricio Macri hizo en Boca. Morón no es un club con tanto repercusión y además está en una situación económica complicada”, aseguran en el círculo íntimo del diputado nacional Martín Sabatella. Es que a partir de la semana que viene, Diego Spina, un hombre del riñón del sabbatellismo se hará cargo de Deportivo Morón, uno de los clubes más importantes del distrito y uno de los más convocantes de la zona oeste del Conurbano.
Morón no atraviesa un buen presente ni en lo deportivo (marcha en las últimas posiciones del campeonato de Primera B, tercera categoría), ni en lo económico (los jugadores y los empleados no cobran desde hace tres meses) ni en los institucional. Por eso, el ahora ex presidente Jorge Ruiz decidió convocar a elecciones anticipadas para mayo.
En ellas se esperaba que compitan las fracciones de los dirigentes Alberto Meyer y Hugo Meyer pero sorpresivamente Spina se consagró como componedor entre los bandos, oficializó de alguna manera la influencia del sabbatellismo en el club y asumirá como presidente a partir del mes que viene. De todos modos, desde la fuerza aseguran que “no es un desembarco” sino que Spina es socio del club “desde hace 25 años”.
Lo curioso es que Spina dejará su cargo como Secretario de Gobierno y Seguridad del intendente Lucas Ghi para dedicarse exclusivamente al club. En su lugar irá Hernán Sabatella que está al frente de Transparencia y Control de Gestión. El sabbatellismo no sólo se aseguró la participación de Spina en el club: también formarán parte de la Comisión Directiva como vocales el diputado provincial Adrián Grana y el secretario de higiene urbana Cristhian Lettieri.
Quienes conocen a Spina lo recuerdan como un militante del PJ en los tiempos en que el ex senador Horacio Román y el jefe comunal Juan Carlos Rousselot trabajan en conjunto y por su posterior “conversión” al progresismo de la mano de Sabbatella.
“Queremos desmostrar que así como pudimos sacar adelante al municipio también podemos gestionar un club y transparentar todo el manejo que implica estar al frente. Decimos que no es un desembarco porque nunca ‘asaltamos’ las instituciones del distrito”, dicen desde el sabbatellismo que ya tiene cierta experiencia en gestión deportiva: el ex presidente de Vélez Fernando Raffaini fue candidato a legislador en la ciudad de Buenos Aires.
Traslado y sospechas
De todos modos, la relación entre el Deportivo Morón y el sabbatellismo se remonta a hace un par de años luego de que el gobierno de Sabbatella cortara con algunos aprietes de la barrabrava que incluyeron protestas y quemas de gomas frente al Palacio Municipal. A partir de allí, el oficialismo municipal logró meter las narices en el Gallito.
Tal es así que el sabbatellismo fue el principal impulsor del traslado del estadio de Brown y Larroche, a unas cuadras del centro comercial, a las instalaciones donde funcionaba la ex textil Castelar, en un proceso plagado de sospechas de negocios inmobiliarios y quejas de varias asociaciones de vecinos en marco del denominado Plan de Desarrollo Estratégico.
Sucede que el proyecto prevé dos etapas: una es la construcción de un nuevo estadio para 22.500 personas financiado por el Grupo Desarrollador Morón SA en los terrenos que pertenecieron a Alfredo Coto y la otra es el levantamiento de un complejo de oficinas y departamentos con centro comercial donde hoy se encuentra la cancha del Gallito. El fabuloso negocio inmobiliario fue cedido al estudio de arquitectura Vila Sebastián previa gestión de Sabbatella y Horacio González en la Provincia con la venia de Néstor Kirchner cuando estaba con vida.
Con todo, desde algunos sectores de la oposición señalan que “es curiosos que alguien deje la función pública para hacerse cargo de un club fundido”. “Está claro que el sabbatellismo va a la presidencia para garantizar que el estadio se traslade y el negocio de las oficinas se concrete”, dicen los opositores. (La Política OnLine).
“No hay ninguna analogía con lo que Mauricio Macri hizo en Boca. Morón no es un club con tanto repercusión y además está en una situación económica complicada”, aseguran en el círculo íntimo del diputado nacional Martín Sabatella. Es que a partir de la semana que viene, Diego Spina, un hombre del riñón del sabbatellismo se hará cargo de Deportivo Morón, uno de los clubes más importantes del distrito y uno de los más convocantes de la zona oeste del Conurbano.
Morón no atraviesa un buen presente ni en lo deportivo (marcha en las últimas posiciones del campeonato de Primera B, tercera categoría), ni en lo económico (los jugadores y los empleados no cobran desde hace tres meses) ni en los institucional. Por eso, el ahora ex presidente Jorge Ruiz decidió convocar a elecciones anticipadas para mayo.
En ellas se esperaba que compitan las fracciones de los dirigentes Alberto Meyer y Hugo Meyer pero sorpresivamente Spina se consagró como componedor entre los bandos, oficializó de alguna manera la influencia del sabbatellismo en el club y asumirá como presidente a partir del mes que viene. De todos modos, desde la fuerza aseguran que “no es un desembarco” sino que Spina es socio del club “desde hace 25 años”.
Lo curioso es que Spina dejará su cargo como Secretario de Gobierno y Seguridad del intendente Lucas Ghi para dedicarse exclusivamente al club. En su lugar irá Hernán Sabatella que está al frente de Transparencia y Control de Gestión. El sabbatellismo no sólo se aseguró la participación de Spina en el club: también formarán parte de la Comisión Directiva como vocales el diputado provincial Adrián Grana y el secretario de higiene urbana Cristhian Lettieri.
Quienes conocen a Spina lo recuerdan como un militante del PJ en los tiempos en que el ex senador Horacio Román y el jefe comunal Juan Carlos Rousselot trabajan en conjunto y por su posterior “conversión” al progresismo de la mano de Sabbatella.
“Queremos desmostrar que así como pudimos sacar adelante al municipio también podemos gestionar un club y transparentar todo el manejo que implica estar al frente. Decimos que no es un desembarco porque nunca ‘asaltamos’ las instituciones del distrito”, dicen desde el sabbatellismo que ya tiene cierta experiencia en gestión deportiva: el ex presidente de Vélez Fernando Raffaini fue candidato a legislador en la ciudad de Buenos Aires.
Traslado y sospechas
De todos modos, la relación entre el Deportivo Morón y el sabbatellismo se remonta a hace un par de años luego de que el gobierno de Sabbatella cortara con algunos aprietes de la barrabrava que incluyeron protestas y quemas de gomas frente al Palacio Municipal. A partir de allí, el oficialismo municipal logró meter las narices en el Gallito.
Tal es así que el sabbatellismo fue el principal impulsor del traslado del estadio de Brown y Larroche, a unas cuadras del centro comercial, a las instalaciones donde funcionaba la ex textil Castelar, en un proceso plagado de sospechas de negocios inmobiliarios y quejas de varias asociaciones de vecinos en marco del denominado Plan de Desarrollo Estratégico.
Sucede que el proyecto prevé dos etapas: una es la construcción de un nuevo estadio para 22.500 personas financiado por el Grupo Desarrollador Morón SA en los terrenos que pertenecieron a Alfredo Coto y la otra es el levantamiento de un complejo de oficinas y departamentos con centro comercial donde hoy se encuentra la cancha del Gallito. El fabuloso negocio inmobiliario fue cedido al estudio de arquitectura Vila Sebastián previa gestión de Sabbatella y Horacio González en la Provincia con la venia de Néstor Kirchner cuando estaba con vida.
Con todo, desde algunos sectores de la oposición señalan que “es curiosos que alguien deje la función pública para hacerse cargo de un club fundido”. “Está claro que el sabbatellismo va a la presidencia para garantizar que el estadio se traslade y el negocio de las oficinas se concrete”, dicen los opositores. (La Política OnLine).
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