Una encuesta realizada por investigadores de la UNLu revela que la mitad de los pacientes que se atienden en los CAP utiliza ese recurso como complemento de la medicina formal. A su vez se avanza en jardines donde puedan cultivarse distintas especies.
El uso de plantas como recurso medicinal tiene orígenes milenarios. A lo largo de la historia de la humanidad fueron muchas las culturas que basaron su “sistema de salud” en esos vegetales que la naturaleza ponía a disposición. Con el avance de la sociedad cientificista, la medicina tomó otros rumbos y el recurso primogénito perdió relevancia y hasta recibió los ataques de la medicina formal. El negocio de los gigantes químicos terminó por convertir a las curaciones basadas en plantas en una práctica cuestionada.
Sin embargo, el recurso llega hasta nuestros días. En primer lugar oculto en los medicamentos, ya que muchos de los productos farmacéuticos se originan en distintas especies vegetales. Además, el saber popular le sigue destinando un lugar importante para la atención de dolencias varias.
Desde el 2010, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) trabaja el tema con un doble propósito: conocer el nivel de presencia que el uso de plantas medicinales tiene entre los vecinos de Luján y, a su vez, fomentar esas prácticas como complemento de la medicina formal.
El proyecto es llevado a cabo por docentes de la asignatura Botánica, de la carrera de Ingeniería Agronómica, en articulación con las áreas de Estadística y Biología. La propuesta se enmarca, además, en un convenio con la Municipalidad.
LOS NÚMEROS
El primer paso consistió en una encuesta que abarcó un total de 15 Centros de Atención Primaria (CAP) distribuidos en distintos puntos del territorio lujanenses. El relevamiento arrojó que la mitad de los vecinos que asisten a las salas de primeros auxilios utilizan algún tipo de planta medicinal. Si se tiene en cuenta el lugar donde fueron realizadas las consultas y los prejuicios que existen en torno al uso de especies vegetales, el número resulta por demás significativo.
Martín Morcelle, uno de los responsables del proyecto, explicó a este medio que “hay un montón de prejuicios, incluso pasa con los propios médicos, pero para ciertas situaciones las plantas medicinales son muy afectivas, además de ser un recurso económico, accesible y renovable”.
Otro de los datos recabados registra un total de 65 problemas de salud identificados por la porción de la población consultada, para los cuales se utilizan unas 78 especies distintas. De ese total, las especies más empleadas son el aloe (41%), la manzanilla (18%), el cedrón (14,4%), la menta (12,3%), el tilo (11,5%), el boldo (11,2%) y el eucalipto (11,2%).
En cuanto al aloe, Laura Gabucci explicó que “es una planta que está muy difundida, incluso entre los médicos; es de muy fácil acceso y uso porque se utiliza de manera directa, no requiere de ningún preparado”.
En cuanto al origen del recurso, el 35,2% de los encuestados dijo cultivar las plantas medicinales que utiliza, un porcentaje similar las compra o recolecta.
El próximo paso que busca dar el equipo de investigación apunta a realizar un relevamiento similar pero entre los trabajadores de la salud que se desempeñan en los Centros de Atención Primaria, que incluirá a médicos, enfermeros y promotores.
Además de la recolección de datos, la iniciativa avanza en la implementación de jardines con plantas medicinales en los centros médicos de barrios y localidades. Ya se encuentran incluidos los CAP del barrio Parque Lasa, en Luján; y del barrio Loreto, en Jáuregui. Lo mismo ocurre en el Policlínico. La referencia parece ser las denominadas “farmacias verdes” que se desarrollan en Brasil.
En los últimos dos años, el grupo de trabajo también llevó a cabo distintos cursos y talleres: “Lo que hacemos, a través de charlas y talleres, es difundir la cuestión. Tratamos de informar sobre plantas de fácil acceso y que quizás no se conozcan, y sobre su uso correcto, sobre todo cuando requieren de un preparado”.
En síntesis, Gabucci explicó que “en muchos países el 80 por ciento de la población resuelve los problemas de la atención primaria con plantas”. Al respecto, la profesional recordó que la política de la Organización Mundial de la Salud busca un complemento entre esta alternativa y la medicina formal.
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