Las mujeres víctimas de violencia de género sólo pueden hacer la denuncia en un Juzgado de Paz, que está especializado en otras temáticas; por ello la comuna insiste en el pedido a la Corte Suprema y el gobierno provincial para que se acuerde el alquiler de un espacio para activar el funcionamiento de la dependencia.
Las estadísticas no dejan lugar a medias lecturas: el año pasado una mujer fue asesinada en Argentina cada 31 horas. Son casi 300 mujeres y niñas que murieron asesinadas por cuestiones de género, y el 50% de los femicidios se cometieron en la vivienda familiar, y 6 de cada 10 homicidios fueron a manos de un hombre de su entorno íntimo, como parejas o ex parejas.
Basados en esta realidad incontrastable, desde hace unos años el Municipio de Tigre sostiene la necesidad de contar con un Juzgado de Familia, para facilitar a las mujeres la posibilidad de radicar una denuncia, y evitar así que desistan de iniciar el reclamo por la vía legal por burocracia o carencia de contención.
“Tenemos instituciones como la Comisaría de la Mujer, la Fiscalía especializada, programas de atención a las personas víctimas de violencia, dispositivos y tecnología al servicio de las mujeres víctimas de violencia de género, pero nos falta la pata judicial” explicó Malena Massa, Secretaria de Política Sanitaria y Desarrollo Humano de Tigre.
La cuestión es que el gobierno provincial designó a dos juezas y a un equipo administrativo para que cumpla funciones en la dependencia, pero desde la Corte Suprema de Justicia provincial no designaron aún la provisión de un inmueble dónde instalarla.
“Hace tres años que le planteamos a la comisión pertinente de la Cámara de Senadores de la Provincia sobre la necesidad que tenemos, pero no logramos que los jueces se acerquen a los barrios, y a las víctimas. Esto sucede porque la Corte Suprema de Justicia provincial y el Ministerio no se ponen de acuerdo”, analizó la funcionaria.
La propuesta de la comuna fue vista con buenos ojos y en su momento se designaron funcionarios y empleados para cumplir funciones administrativas, pero el lugar físico para hacer operativo el juzgado nunca llegó, aunque el Municipio haya realizado diferentes propuestas: “Primero intentamos instalarlo en Pacheco pero lo rechazaron porque priorizaron las necesidades de los trabajadores de la dependencia sin mirar qué necesita la gente que va a esos juzgados. Entonces logramos que nos amplíen la zona de búsqueda entre Tigre y Pacheco, y ahora ya después de un año de haber perdido un hermoso local en la avenida Cazón, encontramos un espacio en el límite entre Tigre y Pacheco, pero seguimos esperando una resolución” aseguró la secretaria.
Muchas mujeres y familias del Municipio desistían de hacer la denuncia judicial cuando tenían que trasladarse hasta los Tribunales de San Isidro (donde el 50 por ciento de las presentaciones provenían de Tigre). Hoy, San Isidro no recibe más estas denuncias y, en cambio, se pueden radicar en el Juzgado de Paz del distrito, pero se encuentran con una dependencia judicial especializada en otros temas, que se topa con muchas dificultades a la hora de tratar una problemática compleja como la violencia de género.
“Es el eslabón que nos falta para armar una red de contención completa en este tema. Si no hay un acuerdo entre la Corte Suprema y el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia, se nos hace cuesta arriba resolver ciertos temas, Esto tendría que hacernos recapacitar a todos, para lograr instalar cuanto antes el esperado edificio”, finalizó Malena Massa.
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