Petrobrás, la petrolera estatal que logró desarrollar y fortalecer Lula da Silva, recuperó el abastecimiento de combustibles y planifica millonarias inversiones para acompañar el crecimiento de la demanda.
Las bocas de expendio de Brasil, en su mayoría blancas, gozan de buena rentabilidad como consecuencia de la libertad de precios, y los expendedores argentinos piden imitarla.
Más allá de los cambios de color político que sufrió Brasil en las ultimas décadas, la política energética se mantuvo bajo los mismos lineamientos y objetivos, coherencia que arrojó resultados positivos en el mercado, tal cual lo demuestra el movimiento de Petrobras.
La empresa ratificó inversiones por US$ 236.500 M para el período 2012-2016 con un promedio de US$ 47.300 M anuales.
Por medio de un comunicado de prensa de explicaron que de ese total destinará US$ 141.800 M (el 60%) al negocio de exploración y producción de hidrocarburos, y otros US$ 65.500 M, que suponen un 27,7%, al segmento de refino, transporte y comercialización.
Luis Malchioldi, presidente de la Federación de Expendedores de Combustible y Afines de la provincia de Buenos Aires (FECOBA), propuso al gobierno central argentino que tome este modelo como ejemplo por el éxito que ha mostrado en su país de origen, donde el Estado controla todo el crudo en producción, se encarga del procesamiento y organiza la distribución.
En cuanto a las estaciones de servicio, el dirigente destacó que “los operadores (brasileños) reciben una bonificación del 14 por ciento que les permite desarrollarse y crecer en el negocio”.
Pensando en las necesidades locales Malchiodi expresó: “Tenemos que pensar en un margen de ganancia apropiado” aunque, en su opinión, la Comisión de Planificación y Coordinación Estratégica del Plan Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas no está apuntando en la misma dirección que Brasil.
“Debemos terminar (en la Argentina) con esta farsa que armamos de querer controlar y dirigir todo”, criticó el dirigente.
Mientras tanto, el gigante del sur proyecta instalar cinco refinerías con el objetivo de incrementar la capacidad de procesamiento de petróleo en 1.500.000 barriles por día. Dos de ellas están en ubicadas en zonas estratégicas y se encuentran en pleno proceso de construcción, una de 260.000 y otra de 150.000 barriles por día, mientras que las tres restantes aún permanecen en análisis.
Es que en los últimos años el costo de instalación de las plantas creció entre tres y cuatro veces, situación que obligó a las petroleras a repensar el desarrollo de las inversiones previstas.
En la Argentina, la evolución de Petrobras es totalmente distinta: las declaraciones juradas que la empresa entrega a la Secretaría de Energía muestran que entre 2004-2011 la producción de petróleo declinó casi 45%, al igual que la extracción de gas natural, que cayó 11,6% en 2011 respecto del pico alcanzado en 2009.
Las bocas de expendio de Brasil, en su mayoría blancas, gozan de buena rentabilidad como consecuencia de la libertad de precios, y los expendedores argentinos piden imitarla.
Más allá de los cambios de color político que sufrió Brasil en las ultimas décadas, la política energética se mantuvo bajo los mismos lineamientos y objetivos, coherencia que arrojó resultados positivos en el mercado, tal cual lo demuestra el movimiento de Petrobras.
La empresa ratificó inversiones por US$ 236.500 M para el período 2012-2016 con un promedio de US$ 47.300 M anuales.
Por medio de un comunicado de prensa de explicaron que de ese total destinará US$ 141.800 M (el 60%) al negocio de exploración y producción de hidrocarburos, y otros US$ 65.500 M, que suponen un 27,7%, al segmento de refino, transporte y comercialización.
Luis Malchioldi, presidente de la Federación de Expendedores de Combustible y Afines de la provincia de Buenos Aires (FECOBA), propuso al gobierno central argentino que tome este modelo como ejemplo por el éxito que ha mostrado en su país de origen, donde el Estado controla todo el crudo en producción, se encarga del procesamiento y organiza la distribución.
En cuanto a las estaciones de servicio, el dirigente destacó que “los operadores (brasileños) reciben una bonificación del 14 por ciento que les permite desarrollarse y crecer en el negocio”.
Pensando en las necesidades locales Malchiodi expresó: “Tenemos que pensar en un margen de ganancia apropiado” aunque, en su opinión, la Comisión de Planificación y Coordinación Estratégica del Plan Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas no está apuntando en la misma dirección que Brasil.
“Debemos terminar (en la Argentina) con esta farsa que armamos de querer controlar y dirigir todo”, criticó el dirigente.
Mientras tanto, el gigante del sur proyecta instalar cinco refinerías con el objetivo de incrementar la capacidad de procesamiento de petróleo en 1.500.000 barriles por día. Dos de ellas están en ubicadas en zonas estratégicas y se encuentran en pleno proceso de construcción, una de 260.000 y otra de 150.000 barriles por día, mientras que las tres restantes aún permanecen en análisis.
Es que en los últimos años el costo de instalación de las plantas creció entre tres y cuatro veces, situación que obligó a las petroleras a repensar el desarrollo de las inversiones previstas.
En la Argentina, la evolución de Petrobras es totalmente distinta: las declaraciones juradas que la empresa entrega a la Secretaría de Energía muestran que entre 2004-2011 la producción de petróleo declinó casi 45%, al igual que la extracción de gas natural, que cayó 11,6% en 2011 respecto del pico alcanzado en 2009.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario