La norma que impulsa Greenpeace está demorada en la comisión de Presupuesto de Diputados. La campaña de la ONG tiene como blanco a Débora Giorgi, que podría ser candidata en Capital. Cristina sospecha que Filmus motoriza la protesta.
Con su habitual despliegue, Greenpeace protagonizó hoy otro capítulo de su campaña para que la Cámara de Diputados sancione la ley de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, que esconde una parte de la pelea interna que el kirchnerismo porteño está librando para las candidaturas de 2013.
Según la ONG ambientalista, la culpable de que el proyecto esté demorado en Diputados es la ministra de Industria, Débora Giorgi. A ella estuvo dedicado el acting de unos 25 activistas que se bajaron los pantalones dejando al descubierto unos culos de plástico en las escalinatas del Congreso.
El nombre del acting fue: “Débora Giorgi: Sin ley de Basura Electrónica ¿Dónde nos metemos las pilas?”.
Greenpeace denuncia que la ley está hace casi 5 años en el Congreso y que pese a haber sido aprobada en el Senado por todos los bloques, está a la espera del dictamen de la Comisión de Presupuesto, donde el presidente, el diputado kirchnerista Roberto Feletti, demora su tratamiento por orden del Ministerio de Industria.
"Aún estamos a tiempo de darle un tratamiento apropiado a este alud de residuos; si la ley no se aprueba, realmente no sabremos qué hacer con las pilas y el resto de la basura electrónica. Sólo en 2011 se descartaron más de 400 millones de pilas y 10 millones de teléfonos celulares, aparatos que cada vez tiene menos vida útil, y que están generando un enorme crecimiento de la basura electrónica”, señaló Consuelo Bilbao, de Greenpeace.
Furia en la Rosada
Que la campaña esté centrada sugestivamente en Débora Giorgi despertó luces de alarma en Casa Rosada. A nadie se le ocurre que sea Giorgi quien pueda trabar la ley desde el Ejecutivo sino que es la propia Cristina Kirchner la única con el poder para hacerlo.
Es que durante el tratamiento de la ley de glaciares que el Congreso sancionó en 2010, la destinataria de las campañas de Greenpeace era la propia Cristina. Ahora, la presidenta no es el blanco de la ONG. Pero lejos de aliviarse por ello, está furiosa con quien cree que es el impulsor político de la campaña dentro del propio kirchnerismo: Daniel Filmus.
Cristina Kirchner se convenció de que Filmus opera a favor de Greenpeace durante el tratamiento de la Ley de Glaciares que el Senado sancionó en 2010. En esa ocasión Filmus hizo lobby no sólo en la Cámara Alta sino también en Diputados a través de Miguel Bonasso para aprobar una ley a la que se oponía la propia presidenta.
A Filmus se le vence el mandato en el Senado el año que viene y Cristina no quiere saber nada con que sea el candidato del Frente para la Victoria una vez más, tras dos derrotas consecutivas con Mauricio Macri.
Y la razón por la que Filmus operaría en contra de Giorgi es simple: la ministra de Industria podría presentarse como candidata en la Capital en las elecciones legislativas de 2013. Sin embargo, Giorgi también es evaluada para jugar un rol electoral en la provincia -donde fue ministra-.
La amenaza que Giorgi para Filmus, como la de cualquier otro dirigente kirchnerista que suene para presentarse en una elección en la que el Gobierno se conformará con al menos no perder la única banca que tiene en el Senado, fue razón suficiente para que Cristina Kirchner adjudicara la campaña de Greenpeace al ex candidato a jefe de gobierno.
El otro blanco de Greenpeace es Feletti, que desde hace años quiere ser jefe de gobierno y vería como una gran ocasión los comicios de 2013 para consolidarse como el candidato kirchnerista para la Ciudad si se presenta por la banca de senador que se le vence a Filmus y logra mantenerla para el gobierno.
A fin de cuentas, el año pasado, cuando encabezó la lista de diputados nacionales del Frente para la Victoria en la Capital, Feletti sacó 50 mil votos más que los que sacó Filmus en primera vuelta contra Mauricio Macri.
Como una manera de diferenciarse de su competidor, Feletti trabó el proyecto que impulsa Greenpeace en la Comisión de Presupuesto que él mismo preside.
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