De este modo, las tartas de manzana o verdura, las empanadas o tortas fritas, no son sólo productos placenteros para ingerir sino que se convierten en un soporte matemático para el cálculo de proporciones de los ingredientes requeridos para la elaboración de algún plato; o bien una herramienta de lectura y escritura a través de la redacción de recetarios.
La cocina, ese sitio en el cual se prepara la comida, resulta entonces el laboratorio ideal y un espacio de ciencias, donde estos alumnos de 6 años que cursan el primer año, pueden disfrutar, experimentar y aprender, guiados por sus maestros.
En efecto, en relación a prácticas del lenguaje “además de la redacción de recetas para mejorar la lectura y la escritura, se fomenta el diálogo y ejercita la expresión oral mediante entrevistas a invitados que son interrogados sobre los pormenores de la cocina”, cuentan las maestras Liliana Falaschi y Patricia Ferreyra, a cargo del proyecto.
Las docentes agregan que “aplicado al conocimiento de la matemática con la cocina resuelven problemas donde se aplican unidades convencionales y no convencionales; se estiman pesos y medidas, y se introducen en la etapa de fracciones desde los usos cotidianos”.
En cuanto a las ciencias, se trabajan los contenidos relacionándolo con una buena alimentación; con los productos o materias primas de la zona; se contactan con nutricionistas para pensar en una vida sana con calidad alimentaria. Es un buen ámbito para aprender sobre higiene alimenticia, el lavado y hervor de verduras y alimentos en general, a fin de prevenir enfermedades.
La cultura de un país, o de una comunidad, se refleja también en los hábitos alimenticios de sus habitantes, de ahí la importancia de enseñar a erradicar aquellas costumbres que resultan perjudiciales para la salud como la llamada “comida rápida” o “comida chatarra”, los alimentos pre-cocinados y las sustancias poco naturales, que suelen originar trastornos de sobrepeso en niños y adolescentes.
Emplazada en la localidad de Norberto de La Riestra, un pueblo de 6 mil habitantes cuya ocupación mayoritaria se basa en la agricultura, ganadería y avicultura, la escuela primaria Nº 20, propone -en cambio- una cocina propia de las zonas rurales basada en alimentos naturales, provenientes de la misma tierra.
El proyecto es, además, un elemento alfabetizador con extensión al contexto familiar ya que se propone integrar las familias a la escuela.Con este objetivo es que en cada acto escolar se invita a los padres a participar, como ocurrió el último 9 de Julio, donde participaron activamente en la organización, conducción y en las representaciones.
Ubicada a 45 kilómetros al norte de la planta urbana de 25 de Mayo, Norberto de la Riestra es la localidad que concentra la mayor masa poblacional en el interior del partido, y a la que se llega a través de la ruta provincial Nº 30. Allí erigida, la escuela primaria Nº 20, dependiente de la Dirección General de Cultura y Educación, cuenta con varios proyectos educativos institucionales relacionados al conocimiento y la valoración del medio rural y a educar en valores, garantizando así lo establecido en la Ley Provincial de Educación sobre calidad en los aprendizajes con igualdad de oportunidades.
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