El infarto agudo de miocardio (IAM) es la principal causa de muerte en hombres y mujeres, entre los 60 y 70 años respectivamente. Muchos de los males de hoy en día son factores de riesgo coronario, como la rigidez arterial, fumar, la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes, el estrés y el
sedentarismo. Por eso, es vital tomar recaudos y la rapidez con que el paciente consulte al médico.
La prevención es fundamental para mantener sano nuestro corazón. El miocardio, músculo del corazón, se alimenta a través de tres arterias coronarias.
Una obstrucción súbita de alguna de estas arterias lleva al IAM, es decir, la muerte de un sector del músculo cardíaco. Por eso, es importante conocer el Índice de Rigidez Arterial.
En la actualidad, también contamos con la información genética, que mediante una simple muestra de saliva nos permite conocer sus
genes y sus características que están íntimamente relacionadas con la presión arterial, los niveles de colesterol, la enfermedad
cardiovascular y la respuesta a los medicamentos.
Además, no debemos olvidarnos de realizar actividad física en forma frecuente y mantener una alimentación saludable. Otro factor importante es reconocer los síntomas del IAM a tiempo, ya que en algunos casos el dolor se tolera tan bien que no se sospecha que sea del corazón. En general, se genera opresión en el centro del pecho, pero el malestar puede abarcar desde la mandíbula hasta la boca del estómago. Puede darse en forma
localizada o irradiarse a la espalda, el cuello, el hombro o el miembro superior izquierdo o derecho.
Además, el IAM se asocia con sudoración fría, náuseas, vómitos y dolor en el abdomen superior que pueden llevar a confusiones diagnósticas. Otros pueden tener palpitaciones, mareos, falta de aire e incluso sensación de desmayo o pérdida de la conciencia.
Para realizar un correcto diagnóstico, hoy en día el electrocardiograma es la herramienta más sencilla y útil que existe (permite hacerlo con certeza y establecer el tipo de tratamiento). El examen de sangre también es muy útil, dado que el músculo cardíaco dañado libera una serie de sustancias a la sangre que pueden ser medidas, pero no se utiliza para el tratamiento inicial debido a que su aumento es tardío (se da a lo largo de las
horas).
Frente a un IAM, lo primero que debe hacerse es masticar una aspirina y ponerse en contacto con un equipo médico de emergencia.
"Muchos pacientes pueden tener una arritmia grave que compromete la vida y que puede corregirse con una desfibrilación ventricular
(shock eléctrico). En la actualidad, se pueden encontrar lugares públicos con desfibriladores automáticos", se indicó desde el centro médico Renaissance.
Sin embargo, el tratamiento de mayor importancia es destapar la arteria ocluida, lo que puede lograrse con drogas intravenosas que disuelven el coágulo o a través de una angioplastia coronaria. Todo dependerá de las características del cuadro, su precocidad y la velocidad con que puedan aplicarse en el centro médico que sea atendido.
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