La insaciable explotación mundial de los fosfatos podría desencadenar la mayor crisis planetaria, de la que muy pocos aún han oído hablar, y "las cosechas podrían reducirse de forma muy notoria", según señaló un experto.
Desde 1945 la población mundial se ha triplicado hasta alcanzar los 7.000 millones de personas y la alimentación de esta población ha pasado a depender cada vez más de los abonos artificiales.
Entre los abonos más importantes se cuentan los fosfatos, que provienen de un mineral que se encuentra en cantidades limitadas. Se extrae, procesa y disemina sobre los campos y finalmente se filtra hasta los océanos.
Entonces, ¿qué pasaría si un día se nos acaba el suministro?
Cabe mencionar, en este orden, que Marruecos tiene el más impresionante casi monopolio en la historia del hombre: el de los fosfatos, algo que podría convertir a ese país africano, en un futuro no muy lejano, en una verdadera potencia global.
"Sin abonos las cosechas se reducirían de forma muy, muy notoria", dijo recientemente Andrea Sella, químico del University College de Londres (UCL), a la BBC.
"Entonces estaríamos en serios problemas. Tenemos que recordar que la población mundial está creciendo de manera constante, por lo que la demanda de fósforo está creciendo cada año", señaló el experto.
Como explica Sella, el fósforo es esencial para la vida. Este elemento, tan reactivo que combustiona espontáneamente en su forma pura, es utilizado por células vegetales y animales para almacenar energía.
También constituye la columna vertebral del ADN y es un ingrediente esencial de nuestros huesos y dientes, por lo que la agricultura sin ella no es una opción viable.
Desde una perspectiva medioambiental, el precio de los fosfatos siempre ha sido muy bajo, pero esto parece estar cambiando: el costo en el mercado de los minerales de fosfato se ha quintuplicado en la última década, a medida que la demanda -en particular la del mundo en desarrollo, sobre todo la de China- ha crecido de manera constante.
Mientras tanto, el costo de la producción de fertilizantes también se ha incrementado puesto que ya se han extraído los filones más ricos y baratos de fosfato.
"El precio de las materias primas depende del costo de la extracción de la próxima tonelada que se necesita", dice Jeremy Grantham, de la compañía gestora de fondos Grantham Mayo Van Otterloo. "Es irremediablemente un mal sistema".
"Mientras podamos extraer un recurso vital a bajo precio, le pondremos un precio bajo, y continuaremos extrayendo las reservas hasta que el proceso se vuelva muy caro. Luego empezaremos a conservar la materia prima", indica el experto.
Hay varias opciones para contrarrestar el problema:
* La agricultura moderna podría empezar a utilizar los fosfatos con moderación y reciclar lo que se desperdicia.
* Se pueden generar cultivos o manipularlos genéticamente para que sean más eficientes a la hora de absorber fósforo, de manera que se necesiten menos fertilizantes.
* Se podría regular el uso de los fosfatos. La Unión Europea, por ejemplo, prohibió recientemente su utilización en productos de limpieza, donde se utiliza como un suavizante de agua. (Empresas News).
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