A partir de la meta de llegar a octubre y después de haber esquivado al juez Thomas Griesa y la presión de los holdouts, creció el optimismo oficial. En el gobierno se piensa que el poder de los acreedores ya no es el mismo y que quedó demostrado que hay apetito por comprar deuda de Argentina.
Con el ingreso de los dólares provenientes de la emisión del Bonar 24 ya en las reservas del Banco Central (alrededor de US$ 1.100 millones por ese bono), los intentos de los holdouts para frenar la llegada de ese dinero a la Argentina quedaron en la nada.
Incluso ayer, durante la audiencia celebrada ante el juez Thomas Griesa, quedó en claro que el pedido de los fondos buitre no tenía muchas chances de prosperar.
"Las amenazas de los buitres empiezan a perder su efecto. El mercado le dio la razón a la Argentina", señalaron funcionarios del entorno del ministro de Economía, Axel Kicillof.
¿Qué queda para adelante? Después del "triunfo" que tuvo el Gobierno en conseguir US$ 1.400 millones sin que ese dinero haya sido trabado por los holdouts, se empezaron a barajar alternativas hacia adelante.
Un dato no menor es que las actuales autoridades no descartan volver a emitir bonos tal cual lo hicieron con el Bonar 24.
El esquema de ofrecerlos localmente pero dejando la ventana abierta para que ingresen fondos del exterior -que finalmente compraron casi la totalidad de la última emisión- demostró ser efectivo, por lo menos esta vez.
El esquema de ofrecerlos localmente pero dejando la ventana abierta para que ingresen fondos del exterior -que finalmente compraron casi la totalidad de la última emisión- demostró ser efectivo, por lo menos esta vez.
Los funcionarios aclararon al diario Infobae que volver a tomar dólares del mercado está supeditado a que sea para "financiamiento a obras de infraestructura", o que tenga un "fin determinado", argumento que debe mostrar el gobierno para no utilizar el verdadero rótulo: "endeudamiento".
Pero, como el dinero es fungible, las necesidades de dólares son la prioridad. Si bien en términos cambiarios el gobierno debería estar más que satisfecho con los US$ 1.400 millones recaudados, sumados a un monto similar conseguido por YPF; lo cierto es que aún hay un vencimiento de deuda que pega de lleno en la bonanza cambiaria: los 6.000 millones del Boden 15 que vencen en octubre.
No hay nada decidido aún, son pocas las alternativas: o emitir más deuda o lanzarse a un canje del Boden 15. Esta última opción gozaría de buenas perspectivas ya que hay muchos inversores del exterior que ingresaron en la emisión del Bonar que tienen a la vez Boden 15.
La visión oficial es que si no hubo problemas para que compraran títulos argentinos, tampoco lo tendrían para soltar los Bodenes y tomar otro bono en un canje.
No obstante, es la idea de emitir más la que seduce al Gobierno luego de haber conseguido fondos frescos en una colocación relámpago. "Un mix de canje de Boden y nueva emisión, algo así como reeditar el fracaso de finales del año pasado pero esta vez con buenas chances de éxito, sería un plan posible", reseñó ante Infobae un banquero del mercado local.
Habrá que ver qué decide Cristina Kirchner asesorada por Kicilloff pero, al parecer, el gobierno tiene más cartas bajo la manga de lo que parecía semanas atrás. (Empresas News).
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