Fueron inaugurados ayer en un hospital de San Martín. También funciona un espacio de docencia para capacitar a trabajadores.
En una experiencia pionera en la Provincia, el ministro de Salud Alejandro Collia inauguró ayer una dirección para el tratamiento y la detección precoz de Trastornos del Espectro Autista (TEA) en un hospital provincial: el Eva Perón de San Martín.
Allí ya comenzaron a funcionar siete consultorios en los que trabaja un equipo interdisciplinario integrado por psicólogos, psiquiatras infantiles y pediatras.
Según anunciaron, la experiencia será replicada pronto en otros hospitales tales como el Alende de Mar del Plata y el Eurnekian de Ezeiza. En tanto, los siete consultorios cuentan con una cámara gesell, desde donde los profesionales pueden observar el comportamiento de los chicos en el juego sin la intervención de los padres ni de terceros, lo que permite realizar el diagnóstico con mayor facilidad.
TEA. Hoy se estima que 1 de cada 150 chicos tiene un trastorno de este tipo, que implica dificultades marcadas en el área de la comunicación e interacción social y patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, interés o actividades.
Manual. La cartera sanitaria confeccionó un material que sirve como guía a los padres y a los profesionales de la salud para ayudar en la detección temprana de estos trastornos, que ya está disponible en la web del Ministerio.
"Este manual es fundamental si se tiene en cuenta que en las primeras etapas de la vida, los TEA pueden pasar desapercibidos, por eso, todos los que estamos en contacto con chicos debemos estar atentos para reconocer las señales del autismo", dijo Collia durante el acto de inauguración de los consultorios en el hospital Eva Perón. Y recordó que desde el Programa provincial de TEA se viene realizando "un trabajo de capacitación constante para ayudar a padres, docentes y equipos de salud a tener herramientas para sospechar y diagnosticar estos problemas".
Carlos Peuchot, coordinador del Programa indicó que dentro de la nueva dirección para el tratamiento de TEA del hospital, funciona una "escuela" destinada a capacitar a profesionales de la salud para la detección temprana de estos tratamientos.
Cómo detectarlo. Como los niños con algún trastorno del espectro autista no tienen ningún indicio físico ni conductual que permita sospechar esa condición mientras son bebés, Peuchot explicó que "muchos padres recién consultan a los 2 años porque les llama la atención que a esa edad sus hijos no hablen ni emitan sonido". Mientras que otros tantos, agregó, "recién conocen la problemática advertidos por los docentes en el jardín de infantes".
En el manual se explica, entre otras cuestiones, que es característico de los niños con TEA que no hagan contacto visual ni se muestren interesados por comunicarse, que realicen juegos repetitivos, que rechacen el contacto físico y que sean propensos a berrinches cuando se modifica, aunque sea mínimamente, el ambiente en el que se encuentran.
No obstante, Peuchot señaló que más allá de que estas patologías puedan englobarse en la conceptualización de "Trastornos del Espectro Autista", es necesario tipificar cada diagnóstico y evitar siempre que el niño asista a una escuela diferencial. Es que en algunas de sus formas, como el síndrome de Asperger, la capacidad intelectual de los afectados es notable e inclusive en algunos casos superior a la media.
"Los chicos con TEA no tienen que ir a una escuela especial porque esta decisión puede ser incluso motivo de involución", indicó. Y agregó: "Lo ideal es que obtengan su Certificado Único de Discapacidad (CUD), que ingresen a una escuela convencional y que sean acompañados por una maestra integradora, que sepa estimularlos, siempre con el apoyo y el compromiso familiar".
Es que, de este modo, Peuchot señaló que es altamente probable que puedan insertarse socialmente e inclusive desarrollen habilidades para desempeñarse normalmente en algún trabajo y adquieran capacidad para relacionarse, tener amigos e incluso formar una familia.
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