BUENOS AIRES, Julio 04, (PUNTO CERO-La Política On Line) A pesar del rostro adusto y la mirada severa, el periodista y politólogo Vicente Massot es un hombre calido, abierto y de absoluta franqueza para responder.
Autor de varios libros, entre los que se destaca “Matar o Morir” o “La Excepcionalidad Argentina”, Massot recibió a La Política On Line en las elegantes oficinas del diario “La Nueva Provincia”, en pleno centro porteño, para hablar sobre la coyuntura y uno de sus temas preferidos, las raíces de la violencia política en la Argentina.La Política On Line: ¿Cómo ve el país hoy, tomando como parámetro inmediato e ineludible la crisis de 2001?Massot: Diría que como todo problema abierto a debate, depende del punto de vista de cada uno. Si uno compara al país actual con el de 2001, posiblemente la peor crisis de la historia argentina moderna, seguramente estamos muchísimo mejor. Ahora si uno compara el país respecto a la Argentina hace 60 años, entonces vemos que éramos una de las primeras economías del mundo y ahora tenemos el 40 por ciento de la población bajo la línea de pobreza.De todas maneras creo que hubo avances importantes en muchas cuestiones, aunque en otros temas Kirchner ha perdido la posibilidad de aplicar reformas estructurales necesarias en consonancia con lo que es uno de los ciclos virtuosos de la economía mundial más favorables al país en el último siglo.LP: ¿Cuáles serían esas reformas?Massot: Son temas puntuales, asignaturas pendientes muy claras. Materia impositiva, reforma política, reforma del sistema federal sobre la ley de coparticipación, sobre todo esto no se ha hecho nada. Entonces, lo que uno ve es que no se ha aprovechado una circunstancia favorable. Daría la sensación de que Kirchner barrena una ola de riqueza, pero utiliza eso más para subsidiar precios que para modificar estructuras esenciales de la Argentina.
Yo creo que los meritos del Presidente existen. La parte fiscal es una, la forma en que ha devuelto gobernabilidad a la Argentina- la condición necesaria para cualquier administración-, es otra. Soy de los que creen que la crisis de fin de siglo fue además de económica, una gran crisis de gobernabilidad, que se dispara en 2001 y que arrecia en el país desde la salida de Menem.Lo de la gobernabilidad es un gran merito, innegable, y que perdurará. Pero los éxitos económicos son básicamente una circunstancia. Me parece que si uno toma en cuenta el signo de la economía mundial y ve el precio de los commodities, explica las circunstancias actuales. ¿Qué pasa si la soja en vez de valer lo que vale baja a la mitad? Y esto no es algo descabellado. Bueno, se terminan las retenciones, se terminan los subsidios. Este esquema esta armado en función de un ciclo virtuoso.LP: Usted trabajo mucho la violencia política en el país. ¿Considera que esta característica está asociada a las dificultades del país para darse instituciones sólidas?
Massot: Sin duda, el principal problema que arrastra este país es la falta de instituciones, entendidas no como corporaciones, sino en términos de Rule of law (Reglas de la Ley). La institución es el semáforo, es la moneda, no la Iglesia. En este sentido, este es un país sin instituciones. De modo tal que me parece que la gobernabilidad es independiente del grado de pujas, de antagonismos que se desenvuelven entre los distintos candidatos cuando se abre una elección. Son como rectas paralelas pero no idénticas.
En este momento Kirchner -un hombre que se hace odiar como ningún otra Presidente en nuestra historia- plantea contantes pujas, y sin embargo la gobernabilidad esta a salvo.
La decadencia
LP: En el discurso agresivo y las consecuentes emociones que engendra el primer mandatario. ¿Subyace esta violencia política que usted rastrea en la historia de nuestro país?
Massot: Yo marcaría una diferencia importante. La violencia que ocurrió hasta la década de los 80´ era una disputa donde lo que se buscaba era tomar el poder, derrocar al poder constituido y cambiarlo por un poder revolucionario. Era un antagonismo donde se daba y se quitaba la vida, uno estaba dispuesto a matar o morir, detrás de lo cual estaba básicamente el poder. Montoneros y el ERP querían el poder, y los militares querían conservar su poder.
La violencia de hoy, afortunadamente, no tiene nada que ver. Hoy ya no hay violencia en términos de vida o muerte. Si hay un estallido social, transparentado en robos, asesinatos, violaciones. Hoy se mata por un par de zapatillas, ya no se mata por el “hombre nuevo” o por el socialismo. Esta es una violencia más social.
LP: Usted suele hacer comparaciones de 60 años hasta estos días. ¿Cree que el peronismo marca el inicio de la decadencia en el país?
Massot: No. No creo que sea asi. El peronismo gobierna entre el 45´ y 55´, pero entre el 55´ y el 73´ gobierna el antiperonismo y continuó un proceso de degradación. Creo que, la decadencia se inició en la década del 40´ del siglo pasado. En principio, una de las causas es que Perón equivoca el camino.
Desde entonces, hemos tenido gobiernos militares, civiles, de derecha, de izquierda, de todo los colores, y aca estamos. Nadie puede tirar la primera piedra. Pero lo que es claro es que hemos sido un fracaso colectivo: un país que tiene individualidades sobresalientes en todos los órdenes de la vida, pero que es incapaz de generar un proyecto de vida colectivo.
LP: La entrevista anterior que hicimos para esta sección fue al ex embajador en España, Abel Posse. Me llamó la atención que utilizó un razonamiento casi idéntico. Argentina es un país de individualidades excepcionales pero que no logra un proyecto de vida colectivo. ¿Qué pasó?
Massot: Creo que es parte fundamental de la decadencia argentina. La gran pregunta que nos ocupa y nos preocupa a nosotros y al mundo es: ¿Qué le sucede a la Argentina? Un país que hasta el año 40´ fue una de las grandes esperanzas del siglo XX no solo en América Latina. Argentina era el país del futuro para Europa y los propios Estados Unidos. De ningún país se dijeron las cosas que se dijeron sobre la Argentina entre 1910 y 1940.
El que pasaba por aca se asombraba de lo que veía. Existían desigualdades, había problemas, clarososcuros, sin duda. Pero lo que había forjado la Argentina en menos de un siglo de vida – porque este país hasta 1830 no existió- fue tan rápido y con un éxito tan notable, que la pregunta de todos es: ¿Qué nos paso? Es largo de historiar esto, sin duda. El año pasado yo publique un libro, “La Excepcionalidad Argentina”, donde trabajo sobre esto. La Argentina tuvo tanto un crecimiento como una caída excepcional.
LP: Esto que usted dice me recuerda a esta frase utilizada casi peyorativamente respecto a que hoy, Argentina, es un país más como todos los latinoamericanos.
Massot: Pero claro. Usted piense que tenemos índices sociales en términos de indigencia, pobreza, marginalidad a niveles africanos. Que argentina viva esto es insólito. Era la decimocuarta potencia del mundo no hace 200 años, a comienzos de la década de 40´, algo más de 60 años atrás!
Kirchner y la reelección
LP: Volviendo sobre la coyuntura. ¿Qué le sugiere la posible reelección del Presidente, y como analiza el futuro del país una vez concluido este ciclo virtuoso de la economía mundial?
Massot: El éxito de Kirchner esta relacionado con esta situación económica, eso es fundamental. No se explica Kirchner sin la soja al precio que esta, sin tasas de intereses bajas. En mayo de 2002 ya empezó a vislumbrarse este crecimiento de la economía.
No es poca cosa lo que hizo Kirchner- le repito- por la gobernabilidad, pero el apostó a este modelo y hay un riesgo muy grande.
Yo en mis informes siempre hablo de la “diosa soja”. Mientras haya “diosa soja” habrá unitarismo fiscal. Kirchner o quien este en la Casa Rosada, podrá comprar voluntades, subsidiar precios, gestar alianzas, porque en definitiva en un país que es básicamente unitario, quien tiene la caja tiene el poder.
Todo este esquema montado por él, hábilmente, tiene una dependencia externa muy importante. El gran problema de él a futuro es que si se cae la economía, habrá una gran distorsión de precios relativos. Aca vivimos una vez más en una burbuja: el petróleo no cuesta lo que cuesta, subsidiamos el gas, el agua, el transporte, todo. Esto es posible porque la caja del Presidente es muy importante, hoy las arcas están llenas. Eso no se debe a una estructura económica sólida, para nada. La Argentina es un país débil y depende de los ciclos mundiales.
En este sentido hay reelección, “pingüino o pingüino”, hay poder consolidado en la medida en que la “diosa soja” siga reinando. Si eso se acaba, entraremos en problemas.LP: Volviendo al tema de las instituciones, cualquier Estado necesita de un oficialismo y de una oposición para construir un sistema con efectivo control y procurar un republicanismo más efectivo. ¿Qué pasa hoy con la oposición?Massot: En la Argentina siempre ha habido muchos partidos. Siempre. A mi juicio hoy la oposición esta desencaminada, pero paradójicamente no por una ausencia, sino que aca sobra oposición. La oposición no tiene poder, ese es su problema. Existe, pero no tiene poder.Carrió, Macri, Sobisch, Binner, el propio Lavagna, son opositores. Eso transparenta que hay un arco variopinto como en pocos lugares del mundo. El problema es la fragmentación. El tema es mucho menos que pasa con la oposición, que la fenomenal vigencia social que tiene el peronismo que pone tres candidatos a presidente y saca el 60 por ciento de los votos. Cuando uno dice que Argentina tuvo muchos partidos siempre y un movimiento que tiene un piso electoral del 40 por ciento, es muy difícil, muy difícil de ganarle. Asi que yo pondría el foco aquí pensando en el 2007.No creo que Lavagna pueda cortar con eso. No creo que el sea la síntesis entre un socialista y un hombre de centro derecha como Macri. Aca ya murió eso de que un líder manda a votar por alguien y todos los siguen. Eso tuvo un dueño, y fue Juan Domingo Perón, pero ya no existe más. Hoy, ningún político, puede mandar al electorado a votar por otros persona y tener la certeza de que lo van acompañar, ninguno. (PUNTO CERO-La Política On Line).
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