BUENOS AIRES, Agosto 27, (PUNTO CERO) "Desde el mismo momento en que decidió lanzarse a la política, Mauricio Macri tuvo un dilema: ¿la nación o la ciudad? Ya se había inclinado por disputar la presidencia en 2002, cuando finalmente optó por competir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Luego de perder en 2003, en 2007 se volvió a presentar la misma incógnita, y optó nuevamente por la elección local en la que triunfó. En estos meses está barruntando por tercer vez el mismo interrogante hacia 2011: quedarse en la ciudad o saltar a lo nacional.
Por qué se le presenta este dilema? Porque Macri no pertenece a ningún partido con estructura nacional, y si bien la fuerte presencia mediática es un maravilloso trampolín, solo con los medios no alcanza. Guste o no, Argentina es un país federal y eso significa poseer algún dominio sobre el territorio.
Desde 1983 a la fecha, salvo el caso de Alfonsín que se puede excluir del análisis por ser el primer mandatario de la democracia, todos los presidentes han tenido un paso previo por la gestión ejecutiva –que en sus respectivos distritos gozaban de una importante aprobación- y a la vez eran amplios dominadores electorales de sus comarcas. Cristina Kirchner es una excepción en cuanto a tener experiencia de administración, pero intervino políticamente en todas las gestiones de su esposo.
En este sentido, por el momento es difícil imaginar que en Argentina un outsider o un legislador salten a la presidencia sin escalas (sin representar una continuidad de la gestión previa, como recién se comentaba con la actual presidenta). Por eso, la elección de Macri de jugarse por la ciudad en 2007 fue acertada en la medida que sin estructura política nacional que lo apoye, y sin gestión previa, sonaba raro que pudiese quedar posicionado para la presidencial de 2011, aún saliendo segundo.
Se decía que quienes llegaron poseían una gestión exitosa según la percepción de sus votantes, y eso le permitía dominar electoralmente su territorio. Respecto al primer ítem Macri recién lleva 8 meses en el cargo, por lo que se deberá esperar a que transcurra un año más para mostrar un balance más definitivo. Respecto al segundo punto –el dominio electoral- tuvo un primer fracaso en la elección legislativa de octubre de 2007, al no poder ubicar ningún senador y obtener solo el 13 % en diputados nacionales, luego de cosechar el 44 % en la votación de los legisladores locales en junio. Esto significa que su liderazgo per se no puede arrastrar aún a sus candidatos cuando su figura no está en juego. Por eso es tan importante para él hacer una excelente elección para legisladores nacionales en 2009, como muestra de que su proyecto está siendo plebiscitado exitosamente, y empezar a proyectar la imagen de un ganador. Sin esta condición política, el 2011 se volverá una fuerte cuesta arriba.
¿Pero cómo se resuelve la ausencia de una estructura nacional? Como se dice habitualmente en política “o se hace, o se compra hecho”. Muchos piensan que Macri puede “comprar hecho”, siendo el candidato del justicialismo no kirchnerista. Sin embargo:
1) dentro de ese bloque hay varios dirigentes que quieren el botín tan preciado, y que tienen mucho tiempo por delante para caminar a nivel nacional (aunque con menos vidriera); y
2) no hay garantía de que todo ese espacio termine junto en 2011.
Por último, la decisión de ir o no por la presidencia en 2011 marca tiempos distintos para el posicionamiento frente a la opinión pública. Durante el conflicto del campo Macri tuvo dos actitudes: primero se mantuvo bastante al margen, mostrando preocupación y haciendo algunas críticas hacia la actitud del gobierno nacional; luego se metió más de lleno en el escenario, endureciendo sus declaraciones respecto al kirchnerismo, pensando en su proyección nacional. Es muy común que en momentos de alta tensión política, la sociedad se malhumore con toda la clase política reflexionando: “y este que critica tanto, ¿por qué no se dedica a atender los problemas de su gobierno?”.
Es por todo esto que los dilemas de Macri no serán de fácil resolución en los próximos 3 años." (PUNTO CERO).
Por qué se le presenta este dilema? Porque Macri no pertenece a ningún partido con estructura nacional, y si bien la fuerte presencia mediática es un maravilloso trampolín, solo con los medios no alcanza. Guste o no, Argentina es un país federal y eso significa poseer algún dominio sobre el territorio.
Desde 1983 a la fecha, salvo el caso de Alfonsín que se puede excluir del análisis por ser el primer mandatario de la democracia, todos los presidentes han tenido un paso previo por la gestión ejecutiva –que en sus respectivos distritos gozaban de una importante aprobación- y a la vez eran amplios dominadores electorales de sus comarcas. Cristina Kirchner es una excepción en cuanto a tener experiencia de administración, pero intervino políticamente en todas las gestiones de su esposo.
En este sentido, por el momento es difícil imaginar que en Argentina un outsider o un legislador salten a la presidencia sin escalas (sin representar una continuidad de la gestión previa, como recién se comentaba con la actual presidenta). Por eso, la elección de Macri de jugarse por la ciudad en 2007 fue acertada en la medida que sin estructura política nacional que lo apoye, y sin gestión previa, sonaba raro que pudiese quedar posicionado para la presidencial de 2011, aún saliendo segundo.
Se decía que quienes llegaron poseían una gestión exitosa según la percepción de sus votantes, y eso le permitía dominar electoralmente su territorio. Respecto al primer ítem Macri recién lleva 8 meses en el cargo, por lo que se deberá esperar a que transcurra un año más para mostrar un balance más definitivo. Respecto al segundo punto –el dominio electoral- tuvo un primer fracaso en la elección legislativa de octubre de 2007, al no poder ubicar ningún senador y obtener solo el 13 % en diputados nacionales, luego de cosechar el 44 % en la votación de los legisladores locales en junio. Esto significa que su liderazgo per se no puede arrastrar aún a sus candidatos cuando su figura no está en juego. Por eso es tan importante para él hacer una excelente elección para legisladores nacionales en 2009, como muestra de que su proyecto está siendo plebiscitado exitosamente, y empezar a proyectar la imagen de un ganador. Sin esta condición política, el 2011 se volverá una fuerte cuesta arriba.
¿Pero cómo se resuelve la ausencia de una estructura nacional? Como se dice habitualmente en política “o se hace, o se compra hecho”. Muchos piensan que Macri puede “comprar hecho”, siendo el candidato del justicialismo no kirchnerista. Sin embargo:
1) dentro de ese bloque hay varios dirigentes que quieren el botín tan preciado, y que tienen mucho tiempo por delante para caminar a nivel nacional (aunque con menos vidriera); y
2) no hay garantía de que todo ese espacio termine junto en 2011.
Por último, la decisión de ir o no por la presidencia en 2011 marca tiempos distintos para el posicionamiento frente a la opinión pública. Durante el conflicto del campo Macri tuvo dos actitudes: primero se mantuvo bastante al margen, mostrando preocupación y haciendo algunas críticas hacia la actitud del gobierno nacional; luego se metió más de lleno en el escenario, endureciendo sus declaraciones respecto al kirchnerismo, pensando en su proyección nacional. Es muy común que en momentos de alta tensión política, la sociedad se malhumore con toda la clase política reflexionando: “y este que critica tanto, ¿por qué no se dedica a atender los problemas de su gobierno?”.
Es por todo esto que los dilemas de Macri no serán de fácil resolución en los próximos 3 años." (PUNTO CERO).
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