ALMIRANTE BROWN, Setiembre 04, (PUNTO CERO-Inforegión) Las dificultades para circular por el centro de Adrogué se transformaron en una de las singularidades de la ciudad, ya que en varias zonas se producen terribles embotellamientos que complican el paso tanto de peatones como automovilistas. Una de las intersecciones más peligrosas es la de las calles Somellera, Mitre y Esteban Adrogué, donde se originan congestionamientos ante la falta de personal de tránsito y transporte que regule la situación.
Encontrar un espacio libre para estacionar, entrar y salir de las zonas neurálgicas rápidamente y evitar los embotellamientos, se convirtieron en quimeras para los vecinos de Adrogué que, día a día, deben convivir con un sistema de tránsito colapsado.
El creciente centro comercial de la ciudad y la falta de alternativas para alivianar la carga de tráfico terminan convirtiéndose en un combo alarmante para los residentes de la zona.
“Tenemos serios problemas en el tránsito y eso es desde hace mucho tiempo. Cada vez hay más negocios y bares, pero nadie puede estacionar y todos terminan dando varias vueltas a la manzana intentando localizar un espacio disponible. La gente tiene que dejar el coche a muchas cuadras o, lo que es peor, terminan estacionando en doble fila y complican al resto de la gente”, señaló Hernán Díaz, que vive en la zona.
Uno de los principales problemas es la falta de estacionamientos privados o subterráneos -como sí existen en Lomas de Zamora- que evitarían que muchos deban aparcar sobre la calle.
“Creció el centro y los vecinos se acercan mucho a comprar en los locales de Adrogué, pero la infraestructura de la cuidad no acompañó ese desarrollo. No hay día ni horario para los inconvenientes en el tráfico, pero el desborde total de autos se produce los fines de semana, cuando muchos se predisponen a cenar en los restaurantes. Nadie respeta las señalizaciones y el personal municipal destinado a controlar la zona se cansa de labrar multas y exigir que se retiren de la calle, pero nadie los escucha”, afirmó Gustavo Rolando, encargado de un edificio situado en la calle Mitre. Y resaltó: “Es necesario que las autoridades tomen medidas al respecto para que circular por estas cuadras no se torne una misión prácticamente imposible”.
En tanto, las características calles con orientación diagonal de la localidad también contribuyen al desorden vehicular. Uno de los ejemplos de ello es la intersección de Somellera, Mitre y Esteban Adrogué, donde los peatones deben esquivar coches, colectivos y taxis a la hora de atravesar las arterias.
“Es muy peligroso cruzar esa zona porque los vehículos doblan en varias direcciones y la gente tiene que estar muy atenta para no resultar lastimada. Permanentemente escuchamos frenadas de autos y a vecinos quejándose. La realidad es que nadie sede el paso y somos los peatones los que tenemos que abrir camino por entre los coches”, reclamó Alicia, empleada de un negocio que se dedica al arreglo y confección de prendas.
Además, las alternativas para solucionar el problema en esas calles se reduce notablemente debido a la cercanía con la barrera, por lo que colocar un semáforo sería un recurso viable. “Es imposible que pongan una señal ya que la mayoría de los coches que atraviesan la barrera no lograrían pasar el semáforo y se atascarían igual.
Encontrar un espacio libre para estacionar, entrar y salir de las zonas neurálgicas rápidamente y evitar los embotellamientos, se convirtieron en quimeras para los vecinos de Adrogué que, día a día, deben convivir con un sistema de tránsito colapsado.
El creciente centro comercial de la ciudad y la falta de alternativas para alivianar la carga de tráfico terminan convirtiéndose en un combo alarmante para los residentes de la zona.
“Tenemos serios problemas en el tránsito y eso es desde hace mucho tiempo. Cada vez hay más negocios y bares, pero nadie puede estacionar y todos terminan dando varias vueltas a la manzana intentando localizar un espacio disponible. La gente tiene que dejar el coche a muchas cuadras o, lo que es peor, terminan estacionando en doble fila y complican al resto de la gente”, señaló Hernán Díaz, que vive en la zona.
Uno de los principales problemas es la falta de estacionamientos privados o subterráneos -como sí existen en Lomas de Zamora- que evitarían que muchos deban aparcar sobre la calle.
“Creció el centro y los vecinos se acercan mucho a comprar en los locales de Adrogué, pero la infraestructura de la cuidad no acompañó ese desarrollo. No hay día ni horario para los inconvenientes en el tráfico, pero el desborde total de autos se produce los fines de semana, cuando muchos se predisponen a cenar en los restaurantes. Nadie respeta las señalizaciones y el personal municipal destinado a controlar la zona se cansa de labrar multas y exigir que se retiren de la calle, pero nadie los escucha”, afirmó Gustavo Rolando, encargado de un edificio situado en la calle Mitre. Y resaltó: “Es necesario que las autoridades tomen medidas al respecto para que circular por estas cuadras no se torne una misión prácticamente imposible”.
En tanto, las características calles con orientación diagonal de la localidad también contribuyen al desorden vehicular. Uno de los ejemplos de ello es la intersección de Somellera, Mitre y Esteban Adrogué, donde los peatones deben esquivar coches, colectivos y taxis a la hora de atravesar las arterias.
“Es muy peligroso cruzar esa zona porque los vehículos doblan en varias direcciones y la gente tiene que estar muy atenta para no resultar lastimada. Permanentemente escuchamos frenadas de autos y a vecinos quejándose. La realidad es que nadie sede el paso y somos los peatones los que tenemos que abrir camino por entre los coches”, reclamó Alicia, empleada de un negocio que se dedica al arreglo y confección de prendas.
Además, las alternativas para solucionar el problema en esas calles se reduce notablemente debido a la cercanía con la barrera, por lo que colocar un semáforo sería un recurso viable. “Es imposible que pongan una señal ya que la mayoría de los coches que atraviesan la barrera no lograrían pasar el semáforo y se atascarían igual.
Lo mejor sería que un policía de tránsito ordene un poco el tráfico en esa diagonal, de esta manera todos podríamos circular tranquilos. De todos modos, parece que en Adrogué no rige más eso de que el peatón tiene prioridad, porque los colectivos circulan a gran velocidad y los automovilistas imponen sus vehículos para poder pasar primeros”, relató enojado Maximiliano, que atiende un kiosco a pocos metros del lugar. (PUNTO CERO-Inforegión).
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