Hasta el 7 de mayo del 76 Olga era una mujer común, enfermera y madre de sus hijos, orgullosa de la carrera de su hijo el “Negro” Héctor Luis dentro del Banco Provincia, y orgullosa también de la sensibilidad social del “Negro” que lo llevaba a desarrollar actividades gremiales, y también políticas en la Juventud Peronista.
Olga tenía 50 años y podía considerarse una mujer feliz, con una vocación cumplida, una familia encaminada, pero ese día se cumplió una norma de la época, al que molestaba lo “chupaban”, y al que podía llegar a molestar o era sospechoso, también lo “chupaban”.
El “Negro” nunca más apareció, y Olga se integró a la lucha de las Madres, en épocas muy difíciles, donde viajar desde Garín hasta el centro capitalino para los luchadores populares era complicado. Durante los últimos 33 años de su vida Olga se dedicó a la lucha por los Derechos Humanos y la igualdad social, el sueño de su hijo, además de encontrar tiempo para volcar su extrema sensibilidad en la pintura de cuadros, y en el cuidado de su jardín.
Cuando la Comisión Gremial Interna del banco presentó un libro con las historias de los bancarios del Provincia desaparecidos, en Garín Martínez fue secuestrado junto a “Tony” Gambilla, Olga sintió la justicia de la reparación de la memoria. Acompañó siempre las luchas democráticas del pueblo escobarense, era una persona respetada por todos, salvo Luis Abelardo Patti, todos los otros intendentes la trataron con deferencia, aunque varios familiares de desaparecidos escobarenses participaron activamente en la búsqueda de la verdad y la justicia, se pueden recordar a Eliana Naón, esposa del periodista Tilo Wenner, a David Magnarelli, hijo de Miguel, a Juana Muñiz Barreto, que peleó y lo sigue haciendo por llevar a juicio al ex intendente, acusado de participar del secuestro del diputado nacional Diego Muñiz Barreto, a Juan Pablo Vergara, hermano de Ricardito Giménez, y los hermanos García, que nunca olvidaron a Silvano, la única que se integró y fue una orgullosa Madre de Plaza de Mayo fue Olga, y todos quienes participaron aunque sea una vez de la lucha por dejar atrás el pasado horrible con esperanza, la recordarán con afecto y respeto.
Hoy el “Negro” Héctor tendría 59 años, hoy otra vez están juntos.
Olga tenía 50 años y podía considerarse una mujer feliz, con una vocación cumplida, una familia encaminada, pero ese día se cumplió una norma de la época, al que molestaba lo “chupaban”, y al que podía llegar a molestar o era sospechoso, también lo “chupaban”.
El “Negro” nunca más apareció, y Olga se integró a la lucha de las Madres, en épocas muy difíciles, donde viajar desde Garín hasta el centro capitalino para los luchadores populares era complicado. Durante los últimos 33 años de su vida Olga se dedicó a la lucha por los Derechos Humanos y la igualdad social, el sueño de su hijo, además de encontrar tiempo para volcar su extrema sensibilidad en la pintura de cuadros, y en el cuidado de su jardín.
Cuando la Comisión Gremial Interna del banco presentó un libro con las historias de los bancarios del Provincia desaparecidos, en Garín Martínez fue secuestrado junto a “Tony” Gambilla, Olga sintió la justicia de la reparación de la memoria. Acompañó siempre las luchas democráticas del pueblo escobarense, era una persona respetada por todos, salvo Luis Abelardo Patti, todos los otros intendentes la trataron con deferencia, aunque varios familiares de desaparecidos escobarenses participaron activamente en la búsqueda de la verdad y la justicia, se pueden recordar a Eliana Naón, esposa del periodista Tilo Wenner, a David Magnarelli, hijo de Miguel, a Juana Muñiz Barreto, que peleó y lo sigue haciendo por llevar a juicio al ex intendente, acusado de participar del secuestro del diputado nacional Diego Muñiz Barreto, a Juan Pablo Vergara, hermano de Ricardito Giménez, y los hermanos García, que nunca olvidaron a Silvano, la única que se integró y fue una orgullosa Madre de Plaza de Mayo fue Olga, y todos quienes participaron aunque sea una vez de la lucha por dejar atrás el pasado horrible con esperanza, la recordarán con afecto y respeto.
Hoy el “Negro” Héctor tendría 59 años, hoy otra vez están juntos.
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