(La Política OnLine). Se trata de Pablo Walter, quien fuera legislador provincial por el bussismo y luego armara una alianza con el hijo del represor. Es la mano derecha del ministro de Educación de Macri y quien ahora encabezará la paritaria docente para febrero. En el gobierno dicen que hay que evitar que se repita el caso Posse.
El desembarco de Esteban Bullrich como ministro de Educación ya empieza, lentamente, a verse en el día a día de la gestión en dos temas: la relación con los gremios y algunas áreas que quiere comenzar a controlar lentamente (ver recuadro).
Por ello, a sabiendas de la difícil negociación que deberá entablar con los 17 gremios docentes de la ciudad, ya tomó cartas en el asunto y dejó afuera a Andrés Ibarra, secretario general de la cartera educativa, de la mesa. Los problemas que deberá enfrentar el ministro se dan en especial UTE, que concentra el 60% de los maestros, y Ademy´s, uno de los más férreos opositores al gobierno de Mauricio Macri.
En este marco, y luego de tener que remover a Abel Posse por su corrimiento a la derecha, Bullrich puso como uno de los funcionarios más importantes para negociar a Pablo Walter, un ex senador vinculado al represor tucumano Antonio Bussi, juzgado por delitos de lesa humanidad.
Walter es la mano derecha de Bullrich desde hace muchos años y fue uno de los que armó el ex partido de Ricardo López Murphy, Recrear, en Tucumán. De hecho cuando el bulldog dejó su partido peleado con el ahora ministro de Educación porteño, éste ocupó la presidencia y Walter fue su vicepresidente primero.
“Es el alter ego de Esteban”, apunta un ex legislador porteño que lo conoce. “De hecho fue jefe de asesores cuando pasó por el ministerio de Desarrollo Social en reemplazo de María Eugenia Vidal (al comienzo de la gestión ya que había pedido licencia por maternidad) pero decidió irse unas semanas al Interior a preparar el partido”, agrega.
Oscuro pasado con Bussi
Como se dijo, se relacionó con Bussi, en especial fuertemente en los noventa cuando el ex represor llegó a ser gobernador tucumano. Para 1998 Walter se hizo famoso por unos días pero no por su gestión como diputado provincial de Fuerza Republicana (el espacio bussista) sino por haber sido quien admitió que Bussi tenía una cuenta en Suiza con un depósito cercano a los 100.000 dólares.
En ese entonces justificó esa situación bancaria en el hecho de que la operación fue abierta durante la época de la hiperinflación.
Además, agregó que esos fondos "no tuvieron nada que ver" con recursos presuntamente robados a personas desaparecidas durante la primera gestión de Bussi al frente del Ejecutivo provincial, como sospechan algunos legisladores tucumanos.
Así fue diputado provincial hasta 1999 y para 2001 recaló como senador nacional por FR hasta 2003.
Desde allí prometió hacerse cargo del armado de Recrear en Tucumán. Ese año López Murphy hizo un muy buen papel en las presidenciales y Walter estaba envalentonado con ganar la gobernación en el futuro.
Para mediados de 2006, ya con las presidenciales en vista al igual que las locales en Tucumán, volvió al bussismo: armó “Acuerdo por Tucumán” , una alianza entre Fuerza Republicana y Recrear.
Por un lado estaba él y por el otro el hijo del represor, el senador Ricardo Bussi. Habían estado peleados durante tres años luego de que, mientras era senador, Walter se enfrentó con la cúpula del FR y dejó el partido por el lopezmurphysmo.
En ese entonces manifestaron, según consigna el diario tucumano “La Gaceta”, que trabajarían en una tarea coordinada de los representantes de FR y de Recrear en la Legislatura y en el Concejo Deliberante de la Capital.
Para 2007 la cuestión cambió con la seudo desaparición del bussismo. Con López Murphy ya casi alejado de Mauricio Macri, Walter fue candidato a vicegobernador de la provincia junto a Ernesto Padilla como gobernador. El PRO llevó sus propios candidatos.
Hoy Walter se ha transformado en un hombre fuerte en Educación y ya estuvo, junto a Bullrich, recorriendo los despachos. Hoy es su jefe de asesores y quien habla con los gremios.
Lo que no dejaba de sorprender en Bolívar es la posibilidad de que los gremios se agarren del pasado de Walter para vincularlo a la derecha. La misma con la que criticaron duramente a Abel Posse.
Hacer pie
Mientras se acomoda, además de poner en manos de Walter el conflicto gremial, Bullrich ya piensa en algunos pequeños cambios. En especial en las terceras líneas.
Por ello ya deslizó que podría desplazar a dos directores de área: la de Adultos (Carmen Toro) y a la directoria de primaria, entre otros que tiene en mente. La idea es ir cambiando figuras de a poco ya que la mayoría vienen de la gestión de Mariano Narodowski y se sienten perdidas con la nueva gestión.
Pero en el caso de las Adultos y primaria hay una razón extra: son las que mejor relación tienen con UTE y el ex diputado nacional quiere mantener la relación con el principal gremio docente en manos de los suyos.
¿Guardaespaldas para Bullrich?
En los primeros días Bullrich cultivó un bajo perfil y se dedicó a armar su equipo, pequeño por cierto, para instalarse en un ministerio más que complicado para cualquier dirigente político.
Sin embargo la nota saliente fueron cuatro hombres de negro que lo acompañaron en varias excursiones que realizó en los últimos días. “Salvo que sean sepultureros, son guardaespaldas”, apunta en broma un funcionario del área de política pedagógica que lo conoce y que lo pudo ver.
El desembarco de Esteban Bullrich como ministro de Educación ya empieza, lentamente, a verse en el día a día de la gestión en dos temas: la relación con los gremios y algunas áreas que quiere comenzar a controlar lentamente (ver recuadro).
Por ello, a sabiendas de la difícil negociación que deberá entablar con los 17 gremios docentes de la ciudad, ya tomó cartas en el asunto y dejó afuera a Andrés Ibarra, secretario general de la cartera educativa, de la mesa. Los problemas que deberá enfrentar el ministro se dan en especial UTE, que concentra el 60% de los maestros, y Ademy´s, uno de los más férreos opositores al gobierno de Mauricio Macri.
En este marco, y luego de tener que remover a Abel Posse por su corrimiento a la derecha, Bullrich puso como uno de los funcionarios más importantes para negociar a Pablo Walter, un ex senador vinculado al represor tucumano Antonio Bussi, juzgado por delitos de lesa humanidad.
Walter es la mano derecha de Bullrich desde hace muchos años y fue uno de los que armó el ex partido de Ricardo López Murphy, Recrear, en Tucumán. De hecho cuando el bulldog dejó su partido peleado con el ahora ministro de Educación porteño, éste ocupó la presidencia y Walter fue su vicepresidente primero.
“Es el alter ego de Esteban”, apunta un ex legislador porteño que lo conoce. “De hecho fue jefe de asesores cuando pasó por el ministerio de Desarrollo Social en reemplazo de María Eugenia Vidal (al comienzo de la gestión ya que había pedido licencia por maternidad) pero decidió irse unas semanas al Interior a preparar el partido”, agrega.
Oscuro pasado con Bussi
Como se dijo, se relacionó con Bussi, en especial fuertemente en los noventa cuando el ex represor llegó a ser gobernador tucumano. Para 1998 Walter se hizo famoso por unos días pero no por su gestión como diputado provincial de Fuerza Republicana (el espacio bussista) sino por haber sido quien admitió que Bussi tenía una cuenta en Suiza con un depósito cercano a los 100.000 dólares.
En ese entonces justificó esa situación bancaria en el hecho de que la operación fue abierta durante la época de la hiperinflación.
Además, agregó que esos fondos "no tuvieron nada que ver" con recursos presuntamente robados a personas desaparecidas durante la primera gestión de Bussi al frente del Ejecutivo provincial, como sospechan algunos legisladores tucumanos.
Así fue diputado provincial hasta 1999 y para 2001 recaló como senador nacional por FR hasta 2003.
Desde allí prometió hacerse cargo del armado de Recrear en Tucumán. Ese año López Murphy hizo un muy buen papel en las presidenciales y Walter estaba envalentonado con ganar la gobernación en el futuro.
Para mediados de 2006, ya con las presidenciales en vista al igual que las locales en Tucumán, volvió al bussismo: armó “Acuerdo por Tucumán” , una alianza entre Fuerza Republicana y Recrear.
Por un lado estaba él y por el otro el hijo del represor, el senador Ricardo Bussi. Habían estado peleados durante tres años luego de que, mientras era senador, Walter se enfrentó con la cúpula del FR y dejó el partido por el lopezmurphysmo.
En ese entonces manifestaron, según consigna el diario tucumano “La Gaceta”, que trabajarían en una tarea coordinada de los representantes de FR y de Recrear en la Legislatura y en el Concejo Deliberante de la Capital.
Para 2007 la cuestión cambió con la seudo desaparición del bussismo. Con López Murphy ya casi alejado de Mauricio Macri, Walter fue candidato a vicegobernador de la provincia junto a Ernesto Padilla como gobernador. El PRO llevó sus propios candidatos.
Hoy Walter se ha transformado en un hombre fuerte en Educación y ya estuvo, junto a Bullrich, recorriendo los despachos. Hoy es su jefe de asesores y quien habla con los gremios.
Lo que no dejaba de sorprender en Bolívar es la posibilidad de que los gremios se agarren del pasado de Walter para vincularlo a la derecha. La misma con la que criticaron duramente a Abel Posse.
Hacer pie
Mientras se acomoda, además de poner en manos de Walter el conflicto gremial, Bullrich ya piensa en algunos pequeños cambios. En especial en las terceras líneas.
Por ello ya deslizó que podría desplazar a dos directores de área: la de Adultos (Carmen Toro) y a la directoria de primaria, entre otros que tiene en mente. La idea es ir cambiando figuras de a poco ya que la mayoría vienen de la gestión de Mariano Narodowski y se sienten perdidas con la nueva gestión.
Pero en el caso de las Adultos y primaria hay una razón extra: son las que mejor relación tienen con UTE y el ex diputado nacional quiere mantener la relación con el principal gremio docente en manos de los suyos.
¿Guardaespaldas para Bullrich?
En los primeros días Bullrich cultivó un bajo perfil y se dedicó a armar su equipo, pequeño por cierto, para instalarse en un ministerio más que complicado para cualquier dirigente político.
Sin embargo la nota saliente fueron cuatro hombres de negro que lo acompañaron en varias excursiones que realizó en los últimos días. “Salvo que sean sepultureros, son guardaespaldas”, apunta en broma un funcionario del área de política pedagógica que lo conoce y que lo pudo ver.
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