(La Política OnLine). El ministro de Hacienda porteño viajará este sábado a EE.UU. para iniciar las conversaciones con bancos que coloquen el bono de U$S 300 millones para extender la red de subtes. Será, además, la oportunidad de medir cara a cara en Wall Street cuanto afectó al país la crisis del Central, a la hora de intentar conseguir fondos.
Mauricio Macri estaba entusiasmado hasta que estalló la crisis del Banco Central. Es que el jefe de Gobierno venía trabajando en silencio con su ministro Néstor Grindetti, una vía de financiación que finalmente le permita cumplir, aunque sea muy modestamente, su promesa de extender la red de subtes.
La administración macrista logró el año pasado que la Legislatura le permitira emitir deuda por 300 millones de dólares para obras en el Subte y además aprobó la obtención de un préstamo directo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por otros 50 millones.
El camino se despejó luego que Macri se decidiera a tomar una determinación que hoy reconocen fue tardía: romper el vínculo financiero con la Nación, que los obligaba a solicitar la autorización de a Casa Rosada a la hora de acceder a préstamos internacionales. “Nunca imaginamos que nos iban a trabar sin ningún argumento el acceso al crédito. Somos los que mejor calificabamos y al mismo tiempo los únicos vetados”, afirmó a La Política Online el ministro Grindetti.
Liberados de esa atadura, en el macrismo creen ser víctimas de alguna maldición bíblica. La crisis del Central que hundió el precio de los bonos y disparó las tasas, vuelve a poner en duda no sólo la oportunidad de tomar deuda. Es que Grindetti tenía previsto apretar el acelerador.
La idea era cerrar ya la colocación del bono, en la que distintos bancos mostraron interés, y dividir el ingreso de los fondos en dos tramos: 150 millones de dólares en febrero y 150 millones en marzo, que se depositarán en el Banco Ciudad.
“Tenemos que acelerar los tiempos, estamos en un contexto político muy inestable y no sabemos como van a reaccionar los mercados, hay temores de toda clase”, reconoció el ministro a sus íntimos. Es que en las conversaciones que viene manteniendo en el país con representantes de bancos extranjeros, lejos de soportar tediosas conversaciones técnicas, lo aguardan con un aluvión de preguntas sobre el rumbo del Gobierno Nacional, el sentido y futuro de la crisis del Central. “No pueden creer lo que está pasando”, comentó el ministro.
Las obras
Una vez ingresados los fondos, el dinero activará inmediatamente las obras de extensión de las líneas A, B y H. Como se trata de obras ya licitadas, que simplemente se ralentizaron a niveles cercanos a cero por falta de fondos, ahora una vez inyectada la plata se activarían de inmediato.
En estos días Grindetti enviará a su par de Desarrollo Urbano Daniel Chain, una carta en la que lo notifica de la inminencia del ingreso de fondos, para que a su vez se notifique a las empresas a cargo de las obras. Se trata de las estaciones Flores y Nazca de la línea A; Echeverría y Villa Urquiza (Rosas) de la B y las estaciones de la H que unen Plaza Once con la avenida Corrientes.
De los fondos adquiridos podrían quedar libres unos 100 millones de dólares que ser reservarían para licitar el segundo tramo de la línea H, exigiendo al ganador que traiga financiamiento por otros 150 millones de dóalares. Esa obra comenzaría en el 2011, pero Macri de esta manera concluiría su mandato con unas 7 nuevas estaciones.
“No son 20 kilómetros, pero es bastante más de lo que se hizo en la última década y encima con una crisis internacional y un gobierno nacional francamente en contra”, se justificó ante La Política Online un funcionario político del gobierno porteño.
Como sea, con esas estaciones de Subte, más la construcción de siete pasos a nivel, la habilitación del nuevo tramo de la autopista Illia y la puesta a nivel de la avenida Patricios, en el gobierno de Macri creen que habrán saldado en parte la falta de grandes obras que les achacan y en consecuencia esperan se realimenten sus chances presidenciales. “Ya no van a poder decir que lo único que hacemos es asfalto y plazas”, concluyeron.
Mauricio Macri estaba entusiasmado hasta que estalló la crisis del Banco Central. Es que el jefe de Gobierno venía trabajando en silencio con su ministro Néstor Grindetti, una vía de financiación que finalmente le permita cumplir, aunque sea muy modestamente, su promesa de extender la red de subtes.
La administración macrista logró el año pasado que la Legislatura le permitira emitir deuda por 300 millones de dólares para obras en el Subte y además aprobó la obtención de un préstamo directo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por otros 50 millones.
El camino se despejó luego que Macri se decidiera a tomar una determinación que hoy reconocen fue tardía: romper el vínculo financiero con la Nación, que los obligaba a solicitar la autorización de a Casa Rosada a la hora de acceder a préstamos internacionales. “Nunca imaginamos que nos iban a trabar sin ningún argumento el acceso al crédito. Somos los que mejor calificabamos y al mismo tiempo los únicos vetados”, afirmó a La Política Online el ministro Grindetti.
Liberados de esa atadura, en el macrismo creen ser víctimas de alguna maldición bíblica. La crisis del Central que hundió el precio de los bonos y disparó las tasas, vuelve a poner en duda no sólo la oportunidad de tomar deuda. Es que Grindetti tenía previsto apretar el acelerador.
La idea era cerrar ya la colocación del bono, en la que distintos bancos mostraron interés, y dividir el ingreso de los fondos en dos tramos: 150 millones de dólares en febrero y 150 millones en marzo, que se depositarán en el Banco Ciudad.
“Tenemos que acelerar los tiempos, estamos en un contexto político muy inestable y no sabemos como van a reaccionar los mercados, hay temores de toda clase”, reconoció el ministro a sus íntimos. Es que en las conversaciones que viene manteniendo en el país con representantes de bancos extranjeros, lejos de soportar tediosas conversaciones técnicas, lo aguardan con un aluvión de preguntas sobre el rumbo del Gobierno Nacional, el sentido y futuro de la crisis del Central. “No pueden creer lo que está pasando”, comentó el ministro.
Las obras
Una vez ingresados los fondos, el dinero activará inmediatamente las obras de extensión de las líneas A, B y H. Como se trata de obras ya licitadas, que simplemente se ralentizaron a niveles cercanos a cero por falta de fondos, ahora una vez inyectada la plata se activarían de inmediato.
En estos días Grindetti enviará a su par de Desarrollo Urbano Daniel Chain, una carta en la que lo notifica de la inminencia del ingreso de fondos, para que a su vez se notifique a las empresas a cargo de las obras. Se trata de las estaciones Flores y Nazca de la línea A; Echeverría y Villa Urquiza (Rosas) de la B y las estaciones de la H que unen Plaza Once con la avenida Corrientes.
De los fondos adquiridos podrían quedar libres unos 100 millones de dólares que ser reservarían para licitar el segundo tramo de la línea H, exigiendo al ganador que traiga financiamiento por otros 150 millones de dóalares. Esa obra comenzaría en el 2011, pero Macri de esta manera concluiría su mandato con unas 7 nuevas estaciones.
“No son 20 kilómetros, pero es bastante más de lo que se hizo en la última década y encima con una crisis internacional y un gobierno nacional francamente en contra”, se justificó ante La Política Online un funcionario político del gobierno porteño.
Como sea, con esas estaciones de Subte, más la construcción de siete pasos a nivel, la habilitación del nuevo tramo de la autopista Illia y la puesta a nivel de la avenida Patricios, en el gobierno de Macri creen que habrán saldado en parte la falta de grandes obras que les achacan y en consecuencia esperan se realimenten sus chances presidenciales. “Ya no van a poder decir que lo único que hacemos es asfalto y plazas”, concluyeron.
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