El hijo del ex presidente denunció en la justicia la habilitación de 56 mil afiliados que registran esa condición en partidos locales. Sus laderos se reunieron con el presidente del Comité Nacional y le pidieron sumar fiscales de otras provincias. Moreau y Storani también vieron a Sanz y le propusieron incorporar veedores judiciales. Temen trampas en el conurbano.
El senador mendocino Ernesto Sanz, presidente del Comité Nacional de la UCR desde diciembre, se comprometió a conseguir fiscales que garanticen la mayor transparencia posible en las internas de la provincia de Buenos Aires previstas para el 6 de junio y envueltas ya en una pelea judicial.
Es que el jueves apoderados de la lista que postula a Miguel Bazze y apadrina Ricardo Alfonsín denunciaron ante el Juzgado Federal Electoral de La Plata la existencia de 56 mil afiliados habilitados para votar pese a ser además afiliados de otros partidos provinciales y locales.
Así lo había determinado un cruce de datos realizado por la propia justicia que la Junta Electoral de la UCR bonaerense decidió desconocer para estos comicios, al alegar que aún debía corroborarse la veracidad de esa información.
Cuatro de los cinco integrantes de ese organismo son cercanos a Leopoldo Moreau y Federico Storani, viejos lobos del radicalismo y que en esta vuelta apoyan a Eduardo Santín como candidato a presidir el Comité.
Con la idea de calmar los ánimos, Sanz recibió en su despacho a los dos bandos por separado, acompañado por el Secretario General del partido, el porteño Jesús Rodríguez.
Al mediodía llegaron Bazze, el diputado nacional Juan Pedro Tunessi y Juan Manuel Casella, otro veterano radical que sigue en las pistas.
Los alfonsinistas justificaron su incursión por los Tribunales y exigieron que el partido aporte al control de los comicios, sobre todo en el conurbano bonaerense, donde la influencia de Moreau y del intendente de San Isidro Gustavo Posse, aliado a su causa, podría ser crucial.
De hecho, creen que la mayor cantidad de los afiliados dobles eran de la zona norte del Gran Buenos Aires, cuyo epicentro está en San Isidro y Vicente López.
“Sanz se comprometió a apoyar nuestro reclamo de transparencia y va a pedir la presencia de más de 300 fiscales de otras jurisdicciones”, contó a LPO Tunessi, todavía sentido por el padrón de electores. “No queremos escandalizar, pero lo que hizo la Junta es objetivamente escandaloso”, agregó.
Pero minutos después Sanz recibió a Santín, Moreau, Storani y (el candidato a delegado nacional) Mario Espada, quienes usaron argumentos reglamentarios para oponerse a recibir fiscales de otras provincias.
“No es algo que esté contemplado en la Carta Orgánica. Por eso propusimos que lleguen veedores judiciales, que son sumamente objetivos”, explicó a LPO Santín. Y dijo que a Sanz le gustó la idea. Ahora, claro, deberá estudiarla.
Al salir del encuentro, Moreau, quien busca recuperar algo del terreno perdido en esta interna, puso paños fríos a la polémica por los afiliados dobles. “No hay que ceder a presiones, porque estaríamos anulando la vida democrática de los partidos y particularmente del nuestro”, minimizó.
Es que el jueves apoderados de la lista que postula a Miguel Bazze y apadrina Ricardo Alfonsín denunciaron ante el Juzgado Federal Electoral de La Plata la existencia de 56 mil afiliados habilitados para votar pese a ser además afiliados de otros partidos provinciales y locales.
Así lo había determinado un cruce de datos realizado por la propia justicia que la Junta Electoral de la UCR bonaerense decidió desconocer para estos comicios, al alegar que aún debía corroborarse la veracidad de esa información.
Cuatro de los cinco integrantes de ese organismo son cercanos a Leopoldo Moreau y Federico Storani, viejos lobos del radicalismo y que en esta vuelta apoyan a Eduardo Santín como candidato a presidir el Comité.
Con la idea de calmar los ánimos, Sanz recibió en su despacho a los dos bandos por separado, acompañado por el Secretario General del partido, el porteño Jesús Rodríguez.
Al mediodía llegaron Bazze, el diputado nacional Juan Pedro Tunessi y Juan Manuel Casella, otro veterano radical que sigue en las pistas.
Los alfonsinistas justificaron su incursión por los Tribunales y exigieron que el partido aporte al control de los comicios, sobre todo en el conurbano bonaerense, donde la influencia de Moreau y del intendente de San Isidro Gustavo Posse, aliado a su causa, podría ser crucial.
De hecho, creen que la mayor cantidad de los afiliados dobles eran de la zona norte del Gran Buenos Aires, cuyo epicentro está en San Isidro y Vicente López.
“Sanz se comprometió a apoyar nuestro reclamo de transparencia y va a pedir la presencia de más de 300 fiscales de otras jurisdicciones”, contó a LPO Tunessi, todavía sentido por el padrón de electores. “No queremos escandalizar, pero lo que hizo la Junta es objetivamente escandaloso”, agregó.
Pero minutos después Sanz recibió a Santín, Moreau, Storani y (el candidato a delegado nacional) Mario Espada, quienes usaron argumentos reglamentarios para oponerse a recibir fiscales de otras provincias.
“No es algo que esté contemplado en la Carta Orgánica. Por eso propusimos que lleguen veedores judiciales, que son sumamente objetivos”, explicó a LPO Santín. Y dijo que a Sanz le gustó la idea. Ahora, claro, deberá estudiarla.
Al salir del encuentro, Moreau, quien busca recuperar algo del terreno perdido en esta interna, puso paños fríos a la polémica por los afiliados dobles. “No hay que ceder a presiones, porque estaríamos anulando la vida democrática de los partidos y particularmente del nuestro”, minimizó.
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