(Telám). El ministro de Justicia, Julio Alak, destacó que "Argentina es el país que más armas destruyó en el mundo", al encabezar un procedimiento en el que se destruyeron más 16.300 armas en una planta siderúrgica de Campana.
El procedimiento en el que se destruyeron 16.354 armas fue supervisado por Alak y el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, y se hizo en una planta ubicada en la ruta 12 kilómetro 2,3, de la localidad bonaerense de Campana.
La destrucción de armas se efectuó en el marco de las políticas que lleva adelante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para promover el desarme de la sociedad civil, un objetivo clave en las iniciativas para la prevención de la violencia.
Alak indicó que "con el procedimiento de hoy, alcanzamos la cifra de 149.736 armas sacadas definitivamente de circulación", y destacó que "esa marca nos pone a la vanguardia del desarme civil en el mundo y convierte a la Argentina en el país que más armas ha destruido en todo el planeta".
Las armas destruidas fueron obtenidas en la segunda fase del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas y a partir de la liberación de armas que estaban en poder de la justicia de Buenos Aires, Neuquén, Misiones, Río Negro y Chubut.
Alak insistió en que como ante cada una de las instancias del Plan Nacional de Desarme este programa es prioritario para el Estado nacional porque representa una herramienta clave, para reducir los niveles de violencia en la sociedad.
En ese sentido, explicó que “la ausencia de armas en los hogares evita que conflictos interpersonales, que son el marco del 65 por ciento de los homicidios dolosos en la Argentina, terminen en muertes absurdas y absolutamente previsibles”.
Sostuvo que "la mejor manera de defenderse durante un asalto es llamando al 911, para que personal de las fuerzas de seguridad actúen en forma profesional”.
Advirtió que “el 90 por ciento de las veces que un ciudadano intenta defenderse empuñando un arma, el que termina herido es el asaltado y no el asaltante, que además se queda con el arma”.
Alak destacó que esta nueva etapa del plan “avanza con éxito gracias a la fuerte participación de la sociedad civil, los organismos no gubernamentales, las provincias y los municipios”.
En ese sentido, hizo hincapié en “el valiosísimo aporte de la provincia de Buenos Aires gracias a la voluntad política de su gobernador, Daniel Scioli, que respaldó este programa desde el primer momento con decisión y acciones concretas”.
Participaron del procedimiento, entre otros, el titular del RENAR, Andrés Meiszner; el diputado provincial Jorge Varela, en representación de la intendenta de Campana, Stella Maris Giroldi, el jefe comunal de San Miguel, Joaquín de la Torre y Alfredo Marcenac, de la Red Argentina por el Desarme.
El mecanismo utilizado para la destrucción consiste en la trituración de las piezas y su posterior fundición mediante la utilización de un horno de alta temperatura y el material resultante se dona a la Fundación del Hospital Garrahan.
El procedimiento en el que se destruyeron 16.354 armas fue supervisado por Alak y el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, y se hizo en una planta ubicada en la ruta 12 kilómetro 2,3, de la localidad bonaerense de Campana.
La destrucción de armas se efectuó en el marco de las políticas que lleva adelante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para promover el desarme de la sociedad civil, un objetivo clave en las iniciativas para la prevención de la violencia.
Alak indicó que "con el procedimiento de hoy, alcanzamos la cifra de 149.736 armas sacadas definitivamente de circulación", y destacó que "esa marca nos pone a la vanguardia del desarme civil en el mundo y convierte a la Argentina en el país que más armas ha destruido en todo el planeta".
Las armas destruidas fueron obtenidas en la segunda fase del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas y a partir de la liberación de armas que estaban en poder de la justicia de Buenos Aires, Neuquén, Misiones, Río Negro y Chubut.
Alak insistió en que como ante cada una de las instancias del Plan Nacional de Desarme este programa es prioritario para el Estado nacional porque representa una herramienta clave, para reducir los niveles de violencia en la sociedad.
En ese sentido, explicó que “la ausencia de armas en los hogares evita que conflictos interpersonales, que son el marco del 65 por ciento de los homicidios dolosos en la Argentina, terminen en muertes absurdas y absolutamente previsibles”.
Sostuvo que "la mejor manera de defenderse durante un asalto es llamando al 911, para que personal de las fuerzas de seguridad actúen en forma profesional”.
Advirtió que “el 90 por ciento de las veces que un ciudadano intenta defenderse empuñando un arma, el que termina herido es el asaltado y no el asaltante, que además se queda con el arma”.
Alak destacó que esta nueva etapa del plan “avanza con éxito gracias a la fuerte participación de la sociedad civil, los organismos no gubernamentales, las provincias y los municipios”.
En ese sentido, hizo hincapié en “el valiosísimo aporte de la provincia de Buenos Aires gracias a la voluntad política de su gobernador, Daniel Scioli, que respaldó este programa desde el primer momento con decisión y acciones concretas”.
Participaron del procedimiento, entre otros, el titular del RENAR, Andrés Meiszner; el diputado provincial Jorge Varela, en representación de la intendenta de Campana, Stella Maris Giroldi, el jefe comunal de San Miguel, Joaquín de la Torre y Alfredo Marcenac, de la Red Argentina por el Desarme.
El mecanismo utilizado para la destrucción consiste en la trituración de las piezas y su posterior fundición mediante la utilización de un horno de alta temperatura y el material resultante se dona a la Fundación del Hospital Garrahan.
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