El ministro de Planificación busca reestablecer su vínculo con los jefes comunales del conurbano con el objetivo de quedarse con el sillón que perteneció a Alberto Balestrini, hoy a cargo de Cristina Álvarez Rodríguez. Los mandatos vencen en noviembre y aún nadie pelea por ocuparlos.
Julio De Vido es uno de los candidatos a presidir el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, liderado hoy en los papeles por Cristina Álvarez Rodríguez pero ninguneado por la mayoría de los intendentes y legisladores que por años lo veneraron.
Es que las últimas elecciones terminaron de confirmar que el PJ ya no incide en la definición de las candidaturas, cerradas por el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; y el diputado y apoderado del PJ bonaerense, Jorge Landau.
Ambos reciben las instrucciones finales de Cristina Kirchner y modifican a gusto los bocetos imaginados por los intendentes.
Con Cristina como única líder, además, a los intendentes se les hizo casi imposible conocer los detalles finales de esas nóminas.
El primero en fustigarse por esa dinámica fue Hugo Moyano, presidente del Consejo del PJ hasta diciembre en reemplazo de Alberto Balestrini y casi sin intervención en la elección de las candidaturas. “Es una cáscara vacía. No se puede estar en lugar que no pasa nada”, repitió varias veces para justificar el abandono de la fuerza.
Moyano casi no reunió al PJ desde que quedó a cargo, en agosto de 2010, y menos aún después del traumático cierre de listas de junio. En diciembre confirmó que no tenía intenciones de seguir al mando.
Con la conducción de la CGT afuera, ahora el Gobierno nacional, el provincial y los intendentes deben definir los pasos a seguir. Y De Vido es una opción. Tiene domicilio en Zárate (en la localidad de Lima, cerca de la obra de Atucha II) y mantiene una estrecha relación con los intendentes más viejos del conurbano.
Ese vínculo se gestó desde la llegada de Néstor Kirchner y recién se enfrió con su muerte, cuando Cristina fue desligándose de las relaciones carnales ejercidas a través de la figura de su esposo.
De Vido no sólo cerraba las obras públicas más trascendentes en las comunas: junto a José López, el secretario del área, atendió personalmente las inquietudes de los intendentes. El mismo trabajo hizo con Moyano, ahora distanciado del Gobierno.
“Tendría un consenso inmediato, pero la verdad es que nadie habla del PJ”, admitió a La Política OnLine un intendente del conurbano.
Las intenciones de De Vido si fueron confirmadas a este medio por funcionarios del Ministerio de Planificación, quienes adelantaron que después de semana santa podrían comenzar a verse algunas pintadas en el conurbano.
Claro que su destino dependerá ante todo de Cristina Kirchner, quien debería habilitarlo para su aventura partidaria y darle, al menos en lo simbólico, algo del poder que declinó en los últimos meses. Con menos fondos para obras públicas y Guillermo Moreno al frente de las decisiones económicas más trascendentes, su influencia no es la de antes.
“Este semestre ya nos avisaron que no habrá ninguna obra nueva”, confiaron a La Política OnLine voceros de una pequeña comuna de la tercera sección electoral, favorecida por el reparto de fondos para infraestructura.
Tal vez se reactive en la última parte del año, cuando se deba definir qué hacer con el Consejo del PJ bonaerense.
Julio De Vido es uno de los candidatos a presidir el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, liderado hoy en los papeles por Cristina Álvarez Rodríguez pero ninguneado por la mayoría de los intendentes y legisladores que por años lo veneraron.
Es que las últimas elecciones terminaron de confirmar que el PJ ya no incide en la definición de las candidaturas, cerradas por el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; y el diputado y apoderado del PJ bonaerense, Jorge Landau.
Ambos reciben las instrucciones finales de Cristina Kirchner y modifican a gusto los bocetos imaginados por los intendentes.
Con Cristina como única líder, además, a los intendentes se les hizo casi imposible conocer los detalles finales de esas nóminas.
El primero en fustigarse por esa dinámica fue Hugo Moyano, presidente del Consejo del PJ hasta diciembre en reemplazo de Alberto Balestrini y casi sin intervención en la elección de las candidaturas. “Es una cáscara vacía. No se puede estar en lugar que no pasa nada”, repitió varias veces para justificar el abandono de la fuerza.
Moyano casi no reunió al PJ desde que quedó a cargo, en agosto de 2010, y menos aún después del traumático cierre de listas de junio. En diciembre confirmó que no tenía intenciones de seguir al mando.
Con la conducción de la CGT afuera, ahora el Gobierno nacional, el provincial y los intendentes deben definir los pasos a seguir. Y De Vido es una opción. Tiene domicilio en Zárate (en la localidad de Lima, cerca de la obra de Atucha II) y mantiene una estrecha relación con los intendentes más viejos del conurbano.
Ese vínculo se gestó desde la llegada de Néstor Kirchner y recién se enfrió con su muerte, cuando Cristina fue desligándose de las relaciones carnales ejercidas a través de la figura de su esposo.
De Vido no sólo cerraba las obras públicas más trascendentes en las comunas: junto a José López, el secretario del área, atendió personalmente las inquietudes de los intendentes. El mismo trabajo hizo con Moyano, ahora distanciado del Gobierno.
“Tendría un consenso inmediato, pero la verdad es que nadie habla del PJ”, admitió a La Política OnLine un intendente del conurbano.
Las intenciones de De Vido si fueron confirmadas a este medio por funcionarios del Ministerio de Planificación, quienes adelantaron que después de semana santa podrían comenzar a verse algunas pintadas en el conurbano.
Claro que su destino dependerá ante todo de Cristina Kirchner, quien debería habilitarlo para su aventura partidaria y darle, al menos en lo simbólico, algo del poder que declinó en los últimos meses. Con menos fondos para obras públicas y Guillermo Moreno al frente de las decisiones económicas más trascendentes, su influencia no es la de antes.
“Este semestre ya nos avisaron que no habrá ninguna obra nueva”, confiaron a La Política OnLine voceros de una pequeña comuna de la tercera sección electoral, favorecida por el reparto de fondos para infraestructura.
Tal vez se reactive en la última parte del año, cuando se deba definir qué hacer con el Consejo del PJ bonaerense.
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