Bernardo Iribarne contó a LPO el momento en el que tres transportistas de Atcade lo golpearon luego de esquivar un piquete. “Uno me apuntaba con un arma, otro me pegó dos culatazos en la cara y el tercero custodiaba la zona”, relató. Al llegar a su campo encontró daños en silobolsas. El trasfondo político del levantamiento del paro que desabasteció el sur de Buenos Aires.
La semana pasada el paro logístico que llevaron a cabo los transportistas nucleados en Atcade -que desabasteció a buena parte de la región sur de la provincia de Buenos Aires- fue uno de los temas principales de la agenda política del país.
La dinámica de los acontecimientos llevó a que dejaran de trascender algunas cuestiones vinculadas a la protesta como, por ejemplo, las agresiones y las amenazas de muerte por parte de los transportistas a los productores que intentaban saltear los piquetes.
Tal es el caso de Bernardo Iribarne, un productor agropecuario de 42 años oriundo de la ciudad de Necochea (epicentro de los piquetes de Atcade). Iribarne dialogó con La Política Online y contó con detalles el escalofriante momento que vivió días atrás.
“Estaba yendo a un acopio en mi camioneta a cargar fertilizantes. En eso me encuentro con un piquete en la intersección de las rutas 86 y 228. De muy mala manera intentaron retenerme, pero yo decidí seguir mi camino”, relató el productor.
Y continuó: “Una vez que logro saltearlos, comienzan a seguirme en dos autos, me arrinconan y me obligan a bajarme. Eran tres hombres: uno me apuntaba con un arma, mientras que otro me pegó dos culatazos en la cara y el tercero custodiaba la zona”.
“Una vez que me pegaron, huyeron y me dejaron tirado en el suelo. Herido y sangrando me dirigí al hospital más cercano. Terminé con una sutura de cinco puntos en la frente y tres a la altura del mentón”, describió Iribarne.
Pero la agresión de los transportistas de Atcade al productor no terminó ahí. Luego de recibir la atención médica correspondiente, Iribarne regresó a su campo y encontró daños en silobolsas de su propiedad (un modus operandi muy común en la zona).
“De los tres agresores solamente puedo reconocer la cara de uno. Esta gente se maneja siempre en patotas y de manera muy agresiva porque cuentan con una impunidad sorprendente muchas veces apañada desde el poder político”, se quejó el entrevistado.
La cuestión es que Iribarne decidió radicar una denuncia penal en la Fiscalía local que hasta el momento no generó resultado alguno. “Espero que la Justicia pueda avanzar para encontrar a los responsables, pero realmente tengo muy pocas esperanzas”, dijo.
En este contexto, el viernes pasado los dirigentes de Atcade -liderados por Miguel Aguilar- levantaron el paro que venían realizando desde comienzos de julio tras una denuncia penal que presentaron las autoridades del Puerto de Quequén.
La decisión de levantar los bloqueos se tomó, en parte, por la repercusión nacional que tuvo el paro que provocó el desabastecimiento de bienes básicos en muchas localidades del sur bonaerense (en Necochea llegó a faltar nafta y algunos alimentos).
En este sentido, los que conocen el trasfondo de la cuestión aseguran que se trató de una orden política vinculada a los negocios existentes entre Aguilar, el presidente del Puerto Quequén, José Luis de Gregorio, y el operador kirchnerista, Roberto Porcaro. (La Política OnLine).
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