Una enfermedad dos a cuatro veces más frecuente en mujeres y más común entre la raza blanca
Cuando hablamos de Esclerosis Múltiple nos referimos a una enfermedad del sistema nervioso en la cual se afectan las neuronas y sus conexiones en sus distintas estructuras, tales como el cerebro, la médula espinal o los nervios ópticos. Como esta patología puede afectar distintas áreas del sistema nervioso, se manifiesta con una gran variedad de síntomas en los diferentes pacientes según cuál sea la zona comprometida: mientras un paciente puede presentar debilidad de una pierna o un brazo, otro puede quejarse de hormigueo, adormecimiento o falta de sensibilidad de una parte del cuerpo. En algunos pacientes la enfermedad se manifiesta por falta de equilibrio e inestabilidad y en otros por disminución de la visión en un ojo en forma abrupta y dolorosa. En definitiva, las formas de presentación y manifestación de los síntomas son múltiples y muy variadas, pero no todos los pacientes presentan todos los síntomas.
¿Qué causa la esclerosis múltiple?
Si bien la causa o etiología exacta de la esclerosis múltiple se desconoce, se considera actualmente que ésta es una enfermedad relacionada al mal funcionamiento del sistema inmunológico. Este sistema está compuesto por un grupo de células que normalmente nos protegen de los agentes infecciosos. En esta patología el sistema de defensa ataca y daña erróneamente las propias estructuras del organismo, específicamente el sistema nervioso, constituyendo una respuesta o reacción autoinmune. Es por esta razón que la esclerosis múltiple es considerada una enfermedad inmuno-mediada. La afección se produce a nivel de la mielina, la envoltura de grasa que rodea y aísla a las fibras nerviosas, y a nivel de las fibras nerviosas en sí mismas. Cuando estas estructuras se dañan los impulsos nerviosos se ven interrumpidos o enlentecidos y no llegan a su destino correctamente. Este daño en las conexiones dificulta o imposibilita la comunicación de las neuronas entre sí o con otras estructuras necesarias para que el sistema nervioso funcione normalmente. Además de la alteración a nivel del sistema inmunológico hay otros factores importantes que podrían desencadenar la enfermedad o contribuir a que una persona la desarrolle. Entre ellos se continúan estudiando los factores ambientales, geográficos, metabólicos, hormonales, infecciosos y genéticos.
¿Quiénes pueden padecer la enfermedad?
Aunque la esclerosis múltiple puede manifestarse en niños y en adultos mayores, la gran mayoría de los pacientes son diagnosticados entre los 20 y los 50 años de edad. Esta patología puede afectar a personas de todos los grupos étnicos, pero es más común en individuos de raza blanca descendientes del norte de Europa. Por otro lado esta enfermedad es dos a cuatro veces más frecuente en mujeres que en hombres y su aparición es más común en países alejados de la línea del Ecuador. Todas estas variaciones apoyan las teorías de los factores ambientales, geográficos, metabólicos, genéticos y hormonales que nombrábamos previamente.
¿Hay diferentes tipos de Esclerosis Múltiple?
Según la forma de presentación y cómo evoluciona la enfermedad, se describen cuatro tipos o variantes de esta afección. La más frecuente, denominada Recaída-Remisión, se caracteriza por ataques claramente definidos de empeoramiento de la función neurológica denominados recaídas, brotes o exacerbaciones de la enfermedad. Estos ataques duran días o semanas y son seguidos por períodos de recuperación parcial o completa de los síntomas, denominados remisiones, durante los cuales no hay progresión aparente de la enfermedad. Aproximadamente el 85% de los pacientes comienzan la enfermedad de esta manera.
Cuando posteriormente a un tiempo de evolución de los síntomas en forma de Recaída-Remisión, un paciente comienza a experimentar una progresión continua y estable de los síntomas, estamos en presencia de la variedad llamada Secundariamente Progresiva de la enfermedad. Cuando, por el contrario, la progresión continua y estable de los síntomas es desde el inicio de la afección, el paciente presenta la forma Primaria Progresiva de esclerosis múltiple.
Cuando a esta forma de inicio se le agregar recaídas por sobre la progresión continua, estamos en presencia de la forma Progresiva con recaídas.
¿Cómo se diagnostica la Esclerosis Múltiple? ¿Hay un análisis que se pueda realizar?
Realizar diagnóstico de Esclerosis Múltiple en un paciente puede ser un desafío para el médico, principalmente en las etapas precoces. Al inicio de la enfermedad los síntomas pueden ser muy variados e inespecíficos, como se describió previamente. No existe un test diagnóstico específico de la enfermedad. El profesional debe recoger evidencia de distintos ámbitos: el relato del paciente, los hallazgos al examen físico, los resultados de las resonancias magnéticas de cerebro y de médula espinal, las alteraciones en los estudios de funcionamiento de los nervios ópticos y en algunos casos el análisis del líquido cefalorraquídeo. Con los resultados de todas estas evaluaciones el médico toma en cuenta ciertos criterios diagnósticos estipulados y descartando además otras patologías que puedan causar manifestaciones similares, llega al diagnóstico de la enfermedad. En ciertas ocasiones se requiere de un tiempo de seguimiento y evaluación de la evolución de los síntomas y de los estudios complementarios para poder arribar al diagnóstico definitivo.
¿Existe tratamiento para la Esclerosis Múltiple?
A pesar de que hoy en día no se cuenta con un tratamiento curativo de la esclerosis múltiple, hay varios medicamentos disponibles que están indicados para tratar distintos aspectos de la enfermedad. Frente a un ataque o recaída, momento en el cual hay un empeoramiento franco de las funciones neurológicas, el médico puede emplear el uso de glucocorticoides con el objetivo de disminuir la inflamación del sistema nervioso y acelerar la recuperación para adelantar la remisión.
Por otro lado hay una gran variedad de medicamentos “inmunomoduladores” cuyo objetivo es evitar que el sistema inmune produzca nuevos ataques contra el sistema nervioso, disminuyendo las probabilidades de nuevas recaídas. Estos fármacos son también llamados “modificadores de enfermedad” porque apuntan a alterar la evolución natural de ésta y mejorar el pronóstico.
Una vez que ya se ha producido un daño, sea por recaídas con recuperación parcial o por la progresión continua de la enfermedad, pueden utilizarse tratamientos sintomáticos para mejorar los síntomas presentes. Para tal fin hay disponibles medicamentos para calmar dolores, disminuir la contractura de ciertos músculos, mejorar los trastornos del control de esfínteres y mejorar la fatiga, entre otros.
¿Cómo será mi vida si padezco esclerosis múltiple?
Frente al diagnóstico reciente de esclerosis múltiple debe mantenerse positivo. En la mayoría de las personas la enfermedad progresa muy lentamente y en promedio lleva muchos años antes de producir alguna consecuencia o discapacidad severa. Las alternativas de tratamiento actuales son en general muy bien toleradas por los pacientes y han demostrado enlentecer la progresión de la esclerosis múltiple en forma significativa. En el presente se llevan a cabo una gran cantidad de investigaciones en diferentes países, tanto con el objetivo de dilucidar factores determinantes de la enfermedad como así también con el fin de desarrollar nuevas alternativas de tratamiento cada vez más eficaces.
Dr. Pablo Adrián López MN 105.286
Médico Neurólogo - Servicios de Neurología y Neurofisiología
Departamento de Neurociencias - Hospital Alemán.
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